Estimada psicóloga de Manzanaroja,
Mi nombre es Valentina y tengo 27 años, mi vida ha cambiado por completo desde hace aproximadamente un año. Ha habido una serie de eventos que han cambiado completamente mi estilo de vida.
Durante este año logré perder unos 10 kg, pesaba 77/78 kg y ahora alcancé 67/66 kg. No he seguido una dieta en particular, pero mis hábitos han cambiado y creo que ha influido mucho el estrés. En este período de tiempo, volví a casa (estaba estudiando en otra ciudad), terminé la universidad, comencé a trabajar, me separé después de 5 años de compromiso, superé el examen final, salí de un período de depresión, me encuentro sola porque mis amigas están lejos y tengo serios problemas en casa. Digamos que ha habido una serie de eventos positivos y negativos que me han desestabilizado por completo.
En este momento estoy tratando de reparar los pedazos de mi vida, pero estoy enfrentando muchas dificultades. A veces, en momentos de tristeza, me refugio en la comida, como tanto que siento que voy a explotar. Por alguna extraña razón, el peso sigue siendo de 67/66 kg, pero me doy cuenta de que estos atracones (que ocurren principalmente por la tarde y por la noche, o cuando estoy en casa) no son nada positivos para mi organismo. Durante las comidas como regularmente y de manera saludable, pero cuando tengo ataques de ansiedad, no puedo dormir por la noche y tengo la moral muy baja, abro el frigorífico y devoro cualquier cosa que encuentre frente a mí. ¿Podría amablemente darme algún consejo? ¿Cómo puedo evitar estos atracones?
Estoy aterrorizada por la idea de aumentar de peso, pero al mismo tiempo no puedo detener estos ataques de hambre.
Le agradezco inmensamente.
Respuesta:
Querida Valentina, ¡vaya, cuántos cambios en el último año! Es comprensible que tu cuerpo y tu psique hayan tenido y sigan intentando reestructurarse para encontrar un nuevo equilibrio. Sin embargo, desafortunadamente, los atracones o aquellos comportamientos contraproducentes, repetitivos e incontrolados aparentemente dirigidos a la regulación emocional no hacen más que empeorar tu angustia, causando culpa y vergüenza y estableciendo un peligroso círculo vicioso.
Puedes comenzar a manejar de forma diferente las situaciones en las que sientes el riesgo de tener atracones, utilizando estos instrumentos:
RECONOCE LAS SITUACIONES QUE IMPLICAN UN MAYOR RIESGO PARA TI Y ENCUENTRA ACTIVIDADES QUE TE DISTRAIGAN
Hay algunas situaciones en las que puedes estar especialmente expuesta al riesgo de comer en exceso y aprender a reconocerlas puede ser de gran ayuda.
Veamos cuáles son:
– Situaciones en las que experimentas emociones negativas: la ira, la ansiedad, la soledad, una discusión fuerte, a menudo pueden hacer que comas demasiado.
– Situaciones en las que experimentas emociones positivas: podrías encontrarte en una situación en la que “celebras” con comida, buenas noticias, vacaciones o una reunión alegre.
– Momentos conmovedores: una agradable velada con amigos de toda la vida, donde hay ofertas de alimentos y el simple hecho de verlos te hace ceder, aunque no tengas hambre.
– Deseo irresistible de comida: debido a la rigidez de la dieta puedes caer más fácilmente en la tentación. Mejor una dieta equilibrada, con al menos 5 comidas diarias, que una dieta muy estricta, que no se puede llevar sin tener constantemente hambre.
– Pensamientos contraproducentes: pensamientos como ”cuando estoy estresada, absolutamente debo comer algo” o similares conducen a perder el control y a comer en exceso.
Cuando estés en alguna de estas situaciones puedes encontrar actividades alternativas para ayudarte a desviar la atención de los alimentos a otra cosa.
¿Quieres saber cómo?
Debes preparar:
– una lista de cosas que hacer (por ejemplo, llamar a un amigo, leer un libro, tomar una ducha, salir a caminar…)
– una lista de cosas para pensar (por ejemplo, pronto pasará, puedo hacerlo, el hambre no es una emergencia…)
SIEMPRE LLEVA ESTA LISTA CONTIGO Y ¡ÚSALA SIEMPRE QUE LA NECESITES!
Recuerda que una actividad alternativa será efectiva si:
- Te hace pasar el tiempo
- Posiblemente es agradable
- Hace que el acceso a la comida sea difícil
Ahora tienes una serie de información útil para administrar mejor tu relación con la comida.
Te invito a tratar de poner en práctica las 3 indicaciones que acabo de sugerir.
Sin embargo, si después de un tiempo te das cuenta de que no puedes salir de este problema, Valentina, te invito a contactar a un psicoterapeuta que te ayude a trabajar, antes que nada, en la autoestima y en todos los aspectos que obstaculizan tu estado de ánimo y tu pérdida de peso.
¡Buena suerte, querida!
Floriana Ventura, psicóloga de Manzanaroja