La kombucha, conocida también como el “hongo de té”, es una bebida ligeramente efervescente y endulzada obtenida a través de la fermentación de té negro o verde. Esta bebida es ampliamente consumida debido a los presuntos beneficios para la salud que se le atribuyen.
La preparación del té kombucha implica cultivar bacterias y levaduras, a las cuales se les añaden especias, frutas u otros sabores para mejorar su perfil de sabor. Aunque esta bebida fermentada ha ganado popularidad en línea, surge la pregunta sobre si realmente puede ser considerada como una opción saludable.
Por todo ello, en este artículo exploraremos sus propiedades nutricionales y examinaremos si existen posibles contraindicaciones para la salud.
¿Qué es la kombucha?
La kombucha es una bebida obtenida a través de la fermentación de té azucarado, utilizando una colonia simbiótica de bacterias y levaduras conocida comúnmente como “madre” o “hongo” (SCOBY, por sus siglas en inglés).
Las poblaciones microbianas en una SCOBY pueden variar; no todas contienen exactamente las mismas cepas de bacterias y levaduras, pero en términos generales, todas cumplen la misma función.
La parte de levadura generalmente incluye Saccharomyces cerevisiae, junto con otras especies; mientras que la parte bacteriana casi siempre incluye Gluconacetobacter xylinus, que oxida los alcoholes ácidos producidos por la levadura y los transforma en ácido acético (y otros ácidos).
Se considera que las bacterias vivas responsables de la fermentación del té son consideradas probióticas, lo que contribuye a la popularidad de esta bebida.
Origen de la kombucha
Se desconocen los orígenes exactos de la kombucha, aunque Manchuria es el lugar probable de procedencia. Se dice que la bebida se consume en el este de Rusia desde al menos 1900 y desde allí se extendió a Europa.
Su consumo aumentó en Estados Unidos a principios del siglo XXI debido a su reputación como bebida energética y saludable.
Propiedades de la kombucha
Esta bebida se obtiene mediante el aprovechamiento del principio de la fermentación bacteriana, y sus propiedades principales dependen en gran medida de este proceso.
Su impacto primario se dirige hacia el intestino, donde se observa una acción probiótica significativa, especialmente en la microbiota intestinal. Se atribuye esta capacidad a una bacteria específica, Gluconacetobacter xylinus.
Este microorganismo parece desempeñar un papel crucial al convertir el alcohol producido por las levaduras (también presentes en la kombucha) en ácido acético. Este ácido suave parece ejercer un efecto inhibitorio sobre el crecimiento de bacterias perjudiciales.
Como es ampliamente conocido, un intestino saludable proporciona defensas más robustas y contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico. Las posibles consecuencias de este proceso podrían incluir varios efectos secundarios, aunque es importante destacar que aún no hay una validación científica para muchos de ellos.
¿Qué beneficios tiene la kombucha para la salud?
Se sugiere que el consumo de kombucha puede tener efectos beneficiosos, como:
- Estimulación del sistema inmunológico, proporcionando una mayor protección contra enfermedades, incluyendo trastornos articulares, insomnio y enfermedades cardíacas.
- Estimulación directa del metabolismo, resultando en una aceleración del mismo.
- Estimulación de la producción de ácido glucónico, un metabolito hepático con propiedades desintoxicantes, incluso frente a sustancias nocivas.
- Aumento de la libido.
- Mejora del cuadro clínico de ciertas enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2, el cáncer y el SIDA.
Es importante destacar que estos beneficios son considerados supuestos y no han sido confirmados científicamente. Estas afirmaciones se basan en ensayos in vitro realizados en animales. Hasta la fecha, no se ha establecido su validez real en humanos. Además, un estudio de 2003 demostró que los presuntos beneficios “terapéuticos” son mínimos. Por otro lado, se subraya que los efectos secundarios asociados al abuso de esta bebida podrían ser significativos, y se enfatiza que la kombucha no debe ser recomendada en casos de ciertas enfermedades.
Antioxidante
Los antioxidantes son sustancias valiosas para el organismo, ya que combaten los radicales libres, moléculas reactivas que pueden dañar las células. Según algunas investigaciones, la kombucha, especialmente cuando se prepara con té verde, parece tener efectos antioxidantes en el hígado. Aunque se requieren más estudios, el campo de investigación es prometedor, especialmente para aquellos que padecen enfermedades hepáticas.
Actividad antimicrobiana
Durante la fermentación de la kombucha, se produce una de las principales sustancias, el ácido acético, que también se encuentra en abundancia en el vinagre. Similar a los polifenoles del té, el ácido acético puede descomponer muchos microorganismos potencialmente perjudiciales para la salud. Por esta razón, la kombucha elaborado con té negro o verde parece tener fuertes propiedades antibacterianas y antifúngicas. No obstante, la relevancia de estas características antimicrobianas para la salud aún no está completamente clara.
Aliado del corazón
Estudios realizados en ratones de laboratorio sugieren que la kombucha puede mejorar significativamente dos marcadores de enfermedades cardíacas, el colesterol “malo” LDL y el “bueno” HDL, en aproximadamente 30 días. Más crucial aún, el té, especialmente el té verde, protege las partículas de colesterol LDL de la oxidación, considerada un factor de riesgo para las enfermedades cardíacas. Según un estudio japonés publicado en J. Nutr., los bebedores de té verde tienen hasta un 31% menos de riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, un beneficio que también podría aplicarse a la kombucha.
Valores nutricionales
Los valores nutricionales de la kombucha fluctúan según la duración de la fermentación y el tipo de té empleado, ya sea verde o negro. Una taza de té contiene aproximadamente pocas calorías (alrededor de 30), unos 12 g de hidratos de carbono, ninguna proteína, y ninguna grasa, pero sí vitaminas del grupo B y minerales.
Por ende, se presenta como una excelente opción para una bebida dietética, especialmente gracias a sus propiedades probióticas que promueven la función intestinal y la regularidad.
Receta de kombucha: ideal para hacer en casa
No se requieren herramientas especiales para preparar kombucha en casa, y los ingredientes básicos son levadura (SCOBY), azúcar y té negro o verde. SCOBY son las siglas de Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeasts, es decir, una colonia (o comunidad) de levaduras y bacterias que viven en simbiosis. Estos son el iniciador de la fermentación y los principales responsables de los beneficios atribuidos a esta bebida. Tienen una apariencia y consistencia gelatinosas.
La mezcla de ingredientes debe fermentar durante aproximadamente una semana, un proceso similar al de la leche convertida en yogur. El SCOBY, una especie de fermento de masa madre, también puede prepararse en casa, pero el proceso es bastante largo, o puede comprarse deshidratado o remojado en la cantidad de kombucha necesaria para que las bacterias sobrevivan.
Para la receta necesitas:
- El SCOBY y una pequeña parte de kombucha ya preparada, que debe ser aproximadamente el 10% de la cantidad total de té que quieras preparar.
- Vinagre: sirve como desinfectante natural para limpiar tanto tus manos como el tarro donde pondrás a reposar el té.
- Tarro de cristal bastante grande, de 2 a 5 litros, preferiblemente con tapón hermético.
- Un paño de algodón limpio y una goma elástica. El paño se utiliza para tapar el tarro, la goma elástica para cerrarlo herméticamente. Esto evitará la contaminación, pero permitirá la oxigenación durante la fermentación.
Antes de empezar, es crucial seguir pautas generales, como evitar recipientes de metal o plástico, mantener la higiene para un buen crecimiento bacteriano y estar alerta ante el moho, descartándolo si aparece.
Ingredientes para preparar kombucha
- 2 litros de agua
- 30 g de té negro a granel o en bolsitas
- 150 g de azúcar moreno (o blanco)
- 1 SCOBY
- 200 ml de kombucha ya preparada
Para aromatizar
- Unas hojas de albahaca y menta u otra especia
- 1 limón o lima o jengibre
- 2/3 trozos de canela
- 1 anís estrellado
¿Cómo se prepara la bebida de kombucha?
Para preparar kombucha en casa, sigue estos pasos:
- Prepara el té negro o verde dejándolo reposar en agua y azúcar durante unos 15 minutos. Puedes utilizar bolsitas de té o crear mezclas según tus preferencias.
- Cuela el té con un colador y deja que se enfríe. Luego, viértelo en un tarro ya desinfectado con vinagre.
- Añade la kombucha ya preparada y, después de mezclar bien, incorpora el SCOBY. El SCOBY flotará, y no te preocupes si empieza a hundirse después de un tiempo.
- Cubre la abertura del tarro con un paño de algodón limpio y asegúralo con una goma elástica. Deja el tarro a temperatura ambiente, lejos de la luz directa, durante al menos una semana. Cuanto más tiempo fermente, menos dulce será la lombucha.
- Después de la fermentación, retira el SCOBY y colócalo nuevamente en su líquido para comenzar un nuevo ciclo de fermentación. La kombucha está listo para beber, o puedes optar por una segunda fermentación de 2 a 3 días a temperatura ambiente para aromatizarlo según tus preferencias y obtener una bebida más compleja.
- Utilizando un embudo con filtro, vierte la kombucha en una botella y guárdalo en el refrigerador.
Kombucha de jengibre y limón
Añade la ralladura y el zumo de un limón, junto con 1-2 cucharaditas de jengibre rallado, a 750 ml de kombucha. Mezcla bien los ingredientes. Vierte la mezcla en una botella y ciérrala herméticamente.
Deja la botella a temperatura ambiente durante dos a cuatro días, probando diariamente hasta alcanzar el nivel de sabor deseado. Cuela la mezcla y refrigérala antes de servir.
Kombucha de frutos rojos
Agrega un puñado de fresas troceadas, arándanos triturados o frambuesas a 750 ml de kombucha. Mezcla bien los ingredientes para incorporar las bayas. Vierte la mezcla en una botella y ciérrala.
Deja la botella a temperatura ambiente durante dos a cuatro días. Cuela la mezcla y sírvela fría después de refrigerar.
Contraindicaciones del té kombucha
Al igual que con los beneficios, las posibles contraindicaciones asociadas al consumo de kombucha deben considerarse hipotéticas y estar respaldadas científicamente. Existe un riesgo que puede presentarse con mayor frecuencia y está relacionado con el cultivo inadecuado de los microorganismos involucrados en la elaboración de la bebida.
La mezcla de microorganismos y levaduras en la kombucha, si no se cultiva adecuadamente, podría favorecer el crecimiento de colonias bacterianas. Esto podría resultar en el crecimiento de microorganismos, especialmente hongos, capaces de producir metabolitos tóxicos conocidos como aflatoxinas.
Estas moléculas son altamente perjudiciales para los seres humanos, por lo que es importante tener precaución con el consumo de kombucha de origen dudoso. Aunque es necesario destacar que los efectos secundarios documentados son extremadamente raros y generalmente están asociados con un abuso significativo de la bebida.
Entre los efectos secundarios raros se incluyen casos de toxicidad hepática y renal, así como acidosis metabólica. La acidificación de la sangre, derivada del consumo en grandes cantidades de esta bebida con su pH ácido específico, está vinculada a estos problemas.
Es recomendable no abusar de las dosis, ya que esto podría provocar dolores de cabeza, náuseas o trastornos gastrointestinales. Si decides preparar kombucha en casa, es esencial tener precaución con la contaminación. Además, se sugiere evitar su consumo durante el embarazo y en niños.
En general, se necesita realizar más investigación científica para confirmar o refutar los beneficios y posibles efectos secundarios asociados al consumo de esta bebida.