Martina es una mujer trabajadora, con familia y poco tiempo para dedicarse a sí misma. Siempre se ha sentido descolocada, cansada y nerviosa. Entre el trabajo y los kilos de más, a menudo le dolía la espalda.
Probó muchas dietas sin éxito, le resultaban sobre todo estresantes, nunca eran fáciles. ManzanaRoja fue un salvavidas, también porque su marido decidió seguir esta nueva dieta con ella. Fue un punto de inflexión, le simplifica la vida y le da un gran apoyo. Cuando trabaja, su marido hace la compra y cocina según el menú que comparten. Martina se da cuenta de que quizá esta vez lo consiga, algo le dice que es el momento adecuado.
“Cuando mi marido empezó a apoyarme, todo fue más fácil”
Satisfacción y gratificación
Hacer dieta no es fácil y Martina lo sabe bien. Cuando luchas durante años con tu peso y tu imagen, cada pequeño logro cuenta. Poco a poco aprende a seguir una dieta equilibrada, se toma su tiempo, llega a conocerse a sí misma. Los resultados son inmediatamente alentadores, su silueta cambia, su cara se afina, su cuerpo empieza a adquirir una armonía que le gusta.
También llegan los malos momentos, por supuesto: estancamientos de peso, vacaciones en las que no puede contenerse, un problema de salud. Pero no se rinde; en el pasado se habría rendido, pero esta vez se siente una mujer diferente. En pocos meses no sólo ha adquirido un método, sino que también ha aprendido que debe quererse a sí misma.
Se apunta a un gimnasio, saca tiempo para pasear con sus hijas, se cuida. Más que la dieta y los kilos perdidos, la verdadera victoria es aprender a dedicarse tiempo a sí misma. También está más serena en casa, y su marido confirma este cambio felicitándola: “¡Vaya, qué buen aspecto tienes!”.
“Estoy muy orgullosa de lo que estoy haciendo, ¡por fin empiezo a sentirme yo otra vez!”
Dolor de espalda, ¡adiós!
Su postura mejora, su energía se refuerza y sus días se revitalizan. Su satisfacción le hace vivir todo con más positividad. Cuando vuelve a casa, ya no está nerviosa y, aunque no todo esté en orden, reparte sonrisas y mimos a sus hijas y a su marido.
La nueva Martina, que puede cuidar de sí misma, ya no se preocupa si algo no sale como le gustaría. En los momentos de desánimo ha aprendido a abrirse más, a hablar de ello y a ser paciente.
“Estoy más sonriente y relajada, disfruto de mi marido y mis hijas sin el nerviosismo que sentía antes”
Gestionar la autonomía
Con ManzanaRoja ha llegado a ser satisfactorio poder manejar los platos con total libertad y es agradable no sentirse nunca en un rígido mecanismo dietético. En el gran sacrificio que supone una dieta, por primera vez no se siente aplastada por reglas demasiado estrictas.
Aprende a organizarse, a crear y a experimentar. Llevar la ropa con la que soñaba en un crucero fue una gran satisfacción. Aunque todavía está a medio camino, se siente orgullosa de sí misma. El cambio estético es sólo una pequeña parte de todo lo que siente que mejora día a día en su vida.
“Por fin estoy orgullosa de mí misma, incluso cuando es difícil, ¡consigo no rendirme!”
Cambios radicales
Martina sabe que este camino la está cambiando por fuera y, sobre todo, por dentro. Se ha dado cuenta de que puede seguir siendo la misma mujer, esposa y madre que se dedica a su familia, y al mismo tiempo reservarse ratos para sí misma.
En estos momentos, que pueden incluir el gimnasio, la peluquería o un momento de cuidado personal, encuentra una serenidad que repercute positivamente en sus días. Su marido también lo nota, ve una nueva luz en sus ojos. Y ella sabe que ya puede conseguir todo lo que se proponga.
“He aprendido a encontrar mi espacio y a comprender lo importante que es sonreír”
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