Administrar consentimiento de cookies
Para brindarle las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento para estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar su consentimiento o retirarlo puede afectar negativamente algunas características y funciones. Política de privacidad
Aceptar

Aceite de oliva virgen extra: la grasa buena incluso para la dieta

aceite de oliva

Tabla de contenidos

El aceite de oliva virgen extra contiene vitaminas y ácidos grasos “buenos”, refuerza el sistema inmunológico y mantiene el colesterol bajo control.

Grasas buenas

El aceite de oliva virgen extra está compuesto por un 99% de lípidos, principalmente ácido oleico (75%), ácido linoleico y ácido palmítico. Son especialmente importantes las grasas monoinsaturadas, como la oleica, las que hacen del aceite de oliva virgen extra un valioso aliado del sistema cardiovascular.

De hecho, mantienen el colesterol malo (LDL) bajo control y potencian el colesterol “bueno” (HDL), que limpia las arterias. Por ello, el aceite de oliva virgen extra se considera tanto un alimento como una medicina natural.

Antioxidante que protege las células

Una sola cucharada de aceite de oliva virgen extra al día aporta el 15% de la ingesta diaria recomendada de vitamina E, que tiene una importante función antienvejecimiento y preventiva contra el cáncer y las enfermedades degenerativas.

También es útil para reforzar el sistema inmunológico gracias al apoyo de los carotenoides y la vitamina A, que favorecen la formación de nuevas células y la síntesis de colágeno, que contribuye a mantener la piel elástica y fuerte.

También es un buen reconstituyente.

Aliado de la dieta

Sin el aceite de oliva virgen extra, se pierden algunas de las vitaminas que se obtienen de las frutas y verduras, y con ellas parte del calcio.

Además, tiene una delicada acción antiinflamatoria que también protege el estómago de la inflamación, ayudando al proceso digestivo y evitando la hinchazón abdominal.

El aceite de oliva virgen extra era considerado erróneamente como un aceite graso que había que evitar o utilizar con cuentagotas, pero ahora se sabe que también puede incluirse en los regímenes alimenticios con un poco de moderación, sin superar la cantidad de 3 cucharadas al día.

¿Mejor crudo o cocido?

Es mejor en crudo porque muchos polifenoles y vitaminas son termolábiles, por lo que se dañan con la cocción.

Además, cumple mejor su función de antioxidante si se introduce en crudo en la dieta. Especialmente en combinación con otros alimentos como los tomates frescos. Aunque el licopeno de los tomates se aprovecha mejor cuando se cocina, si se añade aceite crudo a una salsa se produce una sinergia de acción excepcional entre los dos alimentos.

¿Mejora a medida que envejece?

Es mucho mejor cuando está fresco y conserva intactas sus propiedades nutracéuticas y organolépticas. El amargor y el picor son atributos positivos que indican la presencia de polifenoles antioxidantes.

Es muy importante almacenar el aceite adecuadamente: embotellado en recipientes de acero inoxidable o de vidrio oscuro, lejos de la luz, el aire y el calor.

¿El aceite virgen extra es más grasoso que el de semillas?

Los dos aceites contienen la misma cantidad de grasa y el contenido calórico también es el mismo, unas 9 calorías por gramo. El aceite virgen extra es más digerible.

También se necesita una menor cantidad porque es más aromático y tiene más sabor que los aceites de semillas.

Share the Post: