Ana decidió volver a ponerse en forma tras la lactancia cuando sintió que había llegado el momento de perder unos kilos de más. En Alemania, donde vive con su marido y su hijo, no es fácil encontrar un profesional que ofrezca itinerarios dietéticos saludables, por lo que tras haber curioseado la app ManzanaRoja, decide intentarlo.
En los diez años que pasó en el extranjero, la nostalgia, un estado de ánimo a menudo triste y los malos hábitos alimentarios habían hecho que su alimentación fuera irregular. Había oído muchas opiniones positivas sobre esta dieta en diversos grupos de Facebook.
Comodidad, flexibilidad y variedad son los puntos clave que le dan el empujón adecuado. Comienza una aventura sana, una elección saludable que se convierte cada vez más en parte de su día a día.
“La comodidad de la app me convenció, al moverme mucho, ¡era esencial para mí tenerla a mano!”
Una dieta para llevar a todas partes
ManzanaRoja se convierte para Ana en un compañero de viaje, un aliado que siempre puede llevar consigo. En el supermercado, de vacaciones, en el restaurante, un simple clic, un vistazo al menú y la elección inmediata de qué comer llenan su tiempo.
Muchos años antes, ya había seguido un plan de dieta proporcionado por un dietista, pero le aburría y le entristecía comer los mismos platos durante meses. ManzanaRoja se renueva cada semana, llena la cocina de colores y sabores siempre cambiantes y, además, es sostenible en familia.
Precisamente por su variedad, Ana ha adaptado sus menús para todos los miembros de la casa. Su marido, que no necesita hacer dietas, aprecia el estilo saludable de alimentación y, al encontrar un equilibrio en su dieta, también se siente mejor.
“¡Lo bueno de ManzanaRoja es que nunca aburre y te da el impulso necesario para cumplir un objetivo!”
Recuperación de la energía y el bienestar
Ana no sigue ningún deporte en particular, pero lleva una vida muy activa y, gracias a los kilos que ha perdido, es capaz de recuperar el sprint y la energía incluso en días muy dinámicos. Y correr detrás de su hija ya no le resulta cansado ni agotador. Por primera vez, siente que puede completar una dieta sin sentirse limitada por un sistema estricto y rígido.
Le encantan los desayunos salados, que prefiere a los dulces, pero también aprecia la posibilidad de elegir según el gusto del momento. La calidad del plan alimentario, junto con la posibilidad de cambiar el plato que no le apetezca, son los puntos centrales de una dieta que está cambiando totalmente su forma de ver la nutrición.
Se siente muy satisfecha de ser flexible, autónoma y coherente a la vez que mantiene sus gustos y pierde peso. Tras el primer periodo, que requiere un poco de sacrificio para cambiar sus hábitos, se acostumbra a un estilo más sano y armonioso.
En vacaciones o salidas, disfruta de su tiempo con los demás e incluso las pequeñas tentaciones no afectan a su trayectoria porque ahora ha aprendido a elegir conscientemente.
“No siempre es fácil y de vez en cuando me doy pequeños caprichos, pero siempre elijo la cocina y los platos sanos, ¡porque ahora forma parte de mí!”
Escucharse a sí misma
Escucha a su cuerpo y sabe lo que necesita. Cuando come mal o más, siente inmediatamente una sensación de malestar que le dice algo sobre sí misma. Ahora sabe lo valioso que ha sido para ella este camino, porque también le ha enseñado a conocerse un poco más.
También está aprendiendo a hacer coincidir la imagen de sí misma que tiene en la cabeza con la que ve reflejada en el espejo. Un ejercicio que no siempre es fácil y que la lleva a cuestionarse mucho. Pero el objetivo que se marca a largo plazo es el mantenimiento, esa fase ya muy cercana en la que tendrá que asumir los resultados y llevarlos adelante.
Ahora quiere dar menos importancia a la opinión de los demás y sentirse en paz consigo misma. Quiere disfrutar de sus resultados y de la satisfacción que siente.
“¡Escucho más a mi cuerpo y puedo disfrutar de estos logros gracias a ManzanaRoja!”
Más motivación
Un estilo de vida sano y equilibrado es sin duda uno de los objetivos de Ana. A día de hoy ya está muy satisfecha. Tiene mucha más energía. Su ropa ya no es lo que era. Ahora juega con los colores, con una vestimenta más divertida y bonita.
El poder ver testimonios de otras personas que también lo han conseguido la hace sentirse menos sola en la lucha contra sí misma.
Con este estilo de vida que ha decidido adoptar, Ana se siente mejor persona, más capaz de reconocer lo que quiere y con mayor calidad de vida.
“¡Cambia la calidad de vida, vives en equilibrio contigo misma y te sientes indudablemente mejor!”
