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Helado de coco casero: receta clásica y variante sin lactosa

Tabla de contenidos

El verano también es sinónimo de grandes cantidades de helado, un pequeño capricho veraniego que también ayuda a soportar el calor. Sin embargo, hay un sabor que, más que muchos otros, evoca viajes exóticos y paraísos tropicales, gracias a su icónico ingrediente principal: el helado de coco.

Hoy descubrirás la receta del helado de coco casero y una variante sin lactosa deliciosa y saludable. Ingredientes, calorías y elaboración para obtener una auténtica delicia culinaria que podrá preparar fácilmente y siempre que lo desee.

Cómo (y por qué) hacer helado de coco

Esta especialidad de sabor redondo y apetitoso puede degustarse de diversas maneras: en un aromático cono, en una taza adornada con chocolate, o como un refinado postre servido en su propia cáscara y rociado con un licor cremoso.

El helado de coco también es un manjar que se consume por las numerosas propiedades beneficiosas de la fruta; es apto para cualquier momento del día y, además, es una estupenda merienda energética de la que disfrutan grandes y pequeños.

Puedes experimentar fácilmente en casa, de forma artesanal, con o sin máquina de hacer helados: se tarda muy poco en hacer y el proceso es intuitivo y rápido. ¡Pruébalo para creerlo!

En la receta clásica de Manzanaroja preparamos el helado utilizando harina de coco, es decir, coco deshidratado y molido (si prefieres una consistencia más suave y aterciopelada recuerda pasarlo por la batidora).

Receta del helado de coco

Helado de coco

Preparación 1 minuto

Porciones 2 personas

Calorías por persona: 450

Calorías totales: 900

INGREDIENTES

  • 150 ml de leche semidesnatada
  • 100 ml de nata líquida fresca
  • 50 g de harina de coco
  • 50 g de azúcar en polvo

INSTRUCCIONES

  1. En un cazo de acero vierte la leche entera fresca (si deseas un sabor más fuerte, leche de coco) y caliéntala a fuego medio.
  2. Añade la nata montada fresca y el azúcar y mezcla muy bien.
  3. Cuando el azúcar esté completamente disuelto y la mezcla tenga un aspecto homogéneo, retírala del fuego y déjala enfriar.
  4. Ahora añade la harina de coco, mezclando bien, deja reposar la mezcla unos diez minutos a temperatura ambiente y luego métela en el frigorífico hasta que se enfríe por completo.
  5. Introduce la mezcla en la máquina de hacer helados y sigue las instrucciones de tu aparato. Una vez listo, podrás disfrutarlo inmediatamente o meterlo en el congelador en un recipiente tapado.
    1. Puedes servir tu helado de coco en cuencos adornados con virutas de la fruta o decorados con chocolate negro; o bañado en Batida, un licor cremoso que combina bien con el sabor.
    2. Si quieres causar una gran impresión, recuerda servirlo con una excelente copa de Passito di Pantelleria.

Calorías del helado de coco

El helado de coco debe consumirse con moderación; hay que prestar especial atención a las personas de riesgo, con enfermedades relacionadas con la hipercolesterolemia, dado el contenido en azúcares y ácidos grasos saturados.

No está recomendado para las personas diabéticas o con sobrepeso, tanto por las calorías intrínsecas como por las razones antes mencionadas. En cualquier caso, una porción de helado de coco aporta unas 238 kcal.

Alternativas deliciosas que puedes probar

Helado de coco sin máquina de helados

Si no tienes una máquina para hacer helados, sigue el mismo procedimiento para preparar la mezcla, pero viértela en una tarrina de acero o aluminio y métela inmediatamente en el congelador, acordándote de mezclarla cada 20-30 minutos. Así quedará cremoso sin que se formen cristales de hielo.

Con la Thermomix

Si quieres acelerar las cosas y tienes una thermomix, sigue otro procedimiento.

  • Pon la leche, la nata, el azúcar y la harina de coco en la taza y prepara la mezcla, que meterás inmediatamente en el congelador.
  • Cuando sea necesario, echa una cantidad de la mezcla y bate durante 10 segundos a velocidad 9, luego otros 20 segundos a velocidad 4, intentando sacar la mezcla por el agujero.

Tu helado quedará perfecto.

Helado de coco vegano

También se prepara un excelente helado de coco para los veganos; basta con sustituir la leche fresca por leche de coco, la nata por mantequilla de coco, el azúcar por sirope de arce y la harina de coco por rapè, coco deshidratado rallado grueso.

  • Procesa todo en un procesador de alimentos hasta que la mezcla esté espesa y aterciopelada.
  • Vierte inmediatamente en un recipiente de acero ya enfriado en el congelador.
  • Durante la primera hora recuerda remover la mezcla cada 15 minutos y después déjala reposar estáticamente durante 4 horas.

Helado de coco sin lactosa

Otra propuesta sabrosa, sana y ligera es el helado de coco sin lactosa. Una receta que, de todos modos, se puede hacer fácilmente en casa, siguiendo dosis y procedimientos ligeramente diferentes.

Lo importante es elegir siempre ingredientes de primera calidad, genuinos y no procesados: de este modo, el resultado final tendrá un sabor más intenso y “sincero”. Una forma sabrosa y segura de experimentar en la cocina, haciendo un guiño a la nutrición y el bienestar.

En particular, en nuestra receta hemos utilizado una bebida vegetal que realza el sabor del helado, garantizando la ausencia total de leche. Una forma de hacerlo cremoso y sabroso incluso para las personas con problemas de intolerancia, sin precauciones especiales. Entre los ingredientes tenemos:

  • Bebida de avena y coco, sin lactosa y sin azúcares añadidos
  • Sal.

Helado de coco sin lactosa

Preparación 40 minutos

Porciones 4 personas

Calorías por persona: 348

Calorías totales: 1390

INGREDIENTES

  • 200 ml de bebida de avena y coco
  • 100 g de azúcar
  • 220 ml de leche de coco
  • 50 g de harina de maíz
  • 60 g de harina de coco
  • Sal al gusto

INSTRUCCIONES

  1. Pon a cocinar la leche de coco con Avena Cocco Drink junto con el azúcar, cuidando que se disuelva completamente.
  2. Pon la harina de maíz en un cuenco pequeño, saca un poco de leche del cazo y diluye la harina de maíz con una gota de leche de coco caliente en un cuenco. Mezcla hasta que esté bien disuelto.
  3. Añade la harina de maíz mezclada con la leche a la mezcla y sazona con Novosal según sea necesario.
  4. Añade la harina de coco al cazo, removiendo hasta que quede cremoso.
  5. Coloca en un recipiente de acero, cubre con papel de aluminio y mete en el congelador.
  6. Una hora después saca y mezcla bien la crema. Repite la misma operación tres veces a intervalos de una hora y el helado estará listo. Sirve.

Helado y coco: las tradiciones se unen

El helado artesanal es una excelencia italiana en el mundo. Desde el sur hasta el norte del Bel Paese, hábiles heladeros experimentan y crean delicias utilizando fruta seleccionada y fresca o diversos tipos de cremas.

La invención del cono de helado, un aromático barquillo en forma de cono que se rellena con bolas o bolas de helado, se la debemos a Italo Marchioni, de Cadore, en 1903. La invención del cono generalizó y popularizó la degustación gracias al consumo para llevar, pero la historia del helado es mucho más antigua.

Encontramos las primeras menciones de un poeta griego ya en el año 500 a.C.; siglos más tarde, los árabes de Sicilia utilizaban la nieve del Etna mezclada con fruta para elaborar un precursor del helado, el sorbete o “sorbete”.

Se dice que el primer helado elaborado con leche y nata se degustó en la corte de Catalina de Médicis -en el siglo XVI- en Florencia. En 1846, el helado se hizo más fácil de hacer con la invención americana, inventada en Nueva Jersey, de la máquina para hacer helados. Esta brillante idea aceleró el tiempo de preparación y favoreció la perfecta homogeneidad del producto.

¿Pero el helado de coco? Fueron los exploradores españoles quienes bautizaron la fruta con el nombre de “Coco“, “cara de mono“, regalo de la longeva palmera cocotera, originaria de Indonesia y típica de los países tropicales. Fruta de larga conservación, también desembarcó en Europa y fue apreciada por sus múltiples usos: de la harina al aceite… pasando por el helado.

Propiedades y beneficios nutricionales

Coco, fruta preciosa

El coco, como ya se ha dicho, es el fruto de la palmera cocotera, Cocos nucifera, una planta de la familia de las Arecáceas, muy extendida en la actualidad por todo el cinturón tropical. Sobre todo en Tailandia, Indonesia y la India, donde suele regalarse a los recién casados como símbolo de prosperidad y buen augurio.

Pero hablando de sensaciones y alimentación, el coco es una fruta sabrosa y delicada que satisface el paladar con dulzura; su pulpa se caracteriza por su textura firme, mientras que su zumo sacia mucho la sed. También destaca como una notable fuente de beneficios para la salud.

  • De hecho, es una fruta rica en minerales como zinc, potasio, hierro, cobre, magnesio, fósforo, sodio y vitaminas B, C, E, K y J.
  • El coco también aporta ácidos muy útiles para nuestro bienestar, como el mirístico, palmítico, láurico, oleico, esteárico, linoleico y caprílico; además, también están presentes aminoácidos como la arginina, la cistina y la glicina.
  • Recomendado como alimento para el verano, útil para combatir el agotamiento de los meses más cálidos: un excelente tónico rico en potasio.
  • También es bueno para el corazón, gracias a su alto contenido en ácidos grasos que protegen contra las enfermedades cardiacas y la arteriosclerosis; además, ayuda a reducir los niveles de colesterol malo LDL.
  • Además, el coco tiene propiedades digestivas y carminativas, ayuda a los intestinos a eliminar el exceso de aire y expulsa las toxinas del aparato digestivo.
  • Además, es un aliado de los huesos; su zumo es una alternativa natural a la leche de vaca y no contiene lactosa, sino ácido láurico, beneficioso para el sistema óseo.

La leche, entre el sabor y la nutrición

Para los que siguen la receta clásica, la leche es imprescindible. Contiene principalmente agua (87,5%), pero también proteínas de alto valor biológico (3,3%). Contiene varios minerales importantes, como potasio, zinc y, sobre todo, calcio, esencial para el crecimiento óseo y para prevenir la osteoporosis.También contiene vitaminas como la A, la D y las del grupo B. La leche entera aporta 64 kcal por cada 100 gramos; la semidesnatada (1,8 por ciento de grasa), 46 kcal; la desnatada, 36 kcal.

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