Te llenan, contribuyen a regular los valores de azúcar y grasas en la sangre, las alubias son una válida alternativa a la carne.
Fibras valiosas
Gracias a su alto contenido de fibras, sobre todo solubles, las alubias ralentizan la absorción de los carbohidratos y del colesterol: esto aleja el riesgo de picos glucémicos, revelándose útil también para quien sufre de diabetes. Cien gramos de alubías secas aportan 291 calorías, que se reducen a 133 en el caso de alubias frescas. Atención a las que vienen enlatadas, su aporte calórico es aún menor (91 kcal) pero contienen una mayor cantidad de sodio.
Alubias, enemigas del colesterol y sin gluten
Como sucede con otras legumbres, también las judías son ricas de lecitina, cuya propiedad es favorecer la emulsión de las grasas, impidiendo que se acumulen en la sangre, reduciendo los niveles de colesterol y manteniendo el corazón saludable.
Hay que recordar también la alta presencia de proteínas cuyo valor biológico aumenta si las judías se combinan con los cereales: así se pueden obtener proteínas de calidad muy similar a las de un plato de carne o de huevos. Las judías no contienen gluten, así que son recomendables también para los celíacos.
Antioxidantes, vitaminas, minerales
Las judías aportan vitaminas A y C, que refuerzan el sistema inmunológico, y vitamina B3, fundamental para el sistema nervioso. No faltan las sustancias antioxidantes como antocianinas e isoflavonas, estrógenos vegetales indicados para compensar los desequilibrios hormonales típicos de la menopausia. También son una mina de minerales como el potasio, súper aliado para controlar la presión: en 100 g hay 1445 mg.
Cómo cocinarlas
Las alubias pueden provocar hinchazón abdominal a causa de algunos azúcares difíciles de metabolizar y que, asociándose a la flora bacteriana, causan fermentación y, por ende, producción de gases.
Por eso deben ponerse en remojo, lavarse varias veces, cocinarse muy bien y por un buen tiempo, para reducir la presencia de esos azúcares. También es útil hervirlos con hierbas o especias para hacerlos más digeribles. En cualquier caso, deben consumirse con cuidado, sobre todo por quien sufre del síndrome del intestino irritable.