Con la aparición de la menopausia y la desaparición del ciclo, el cuerpo femenino experimenta cambios muy importantes: la menor producción de estrógenos se refleja en tu cuerpo y tu estado de ánimo.
La menopausia representa una fase en la vida de la mujer en la cual, debido al agotamiento de los óvulos, la ovulación y consecuentemente el ciclo menstrual ya no ocurre. Esto se acompaña de una variación hormonal que conduce a la aparición de diversos síntomas, incluido el aumento de peso, debido a varios factores:
• un deseo constante de comer, debido a la disminución en los niveles de estrógeno, pero sobre todo a los cambios emocionales y la necesidad psicológica de colmar el miedo a una nueva etapa de la vida con alimentos gratificantes;
• ralentización del metabolismo lo que conlleva al aumento de peso;
• una distribución diferente de grasa en tu cuerpo que se concentra en el estómago, la cintura, la espalda y los brazos;
• la pérdida progresiva de fibra muscular a favor de una mayor presencia de grasa.
Esta fase de grandes cambios puede hacer que pienses que engordar en este momento de tu vida es inevitable, a menos que sigas un estricto régimen alimentario. Pero, ¿es realmente así?
¿Es inevitable ganar peso en la menopausia?
La menopausia te advierte de su aparición a través de síntomas específicos, como por ejemplo bochornos de calor. Desde el momento en que observas los primeros síntomas hasta el final del proceso, pueden pasar de uno a tres años.
Durante esta fase puede suceder que ganes peso, porque los estrógenos regulan el apetito y la progesterona modula el consumo de energía, pero esta disminución de hormonas provoca un aumento de peso, de 2 a 5 kg como máximo.
Por lo tanto, el aumento de peso excesivo no es una consecuencia inevitable de la menopausia, como los bochornos o la piel seca, sino más bien es el resultado de desequilibrios emocionales y psicológicos relacionados con este momento de transición, a menudo experimentado como el comienzo de la vejez.
Por esta razón, es muy importante que vivas esta nueva etapa de tu vida de manera plena, sintiéndote bien contigo misma y cuidando de tu cuerpo y de tu salud.
Es como si tuvieras que aprender a conducir un automóvil nuevo, con un motor diferente al anterior: puede ser suficiente con tomar algunas precauciones simples en la dieta y en tus hábitos para garantizarte una buena calidad de vida, incluso durante la menopausia.
Descubre aquí cómo hacerlo.
Aumento del apetito
Este período de la vida es mal experimentado por muchas mujeres, que sienten tristeza por la pérdida de fertilidad, asociada con la juventud y la belleza.
El estrés emocional causado por estos pensamientos inconscientes, combinado con la disminución en el nivel de estrógeno, puede hacer que desees comer con más frecuencia y consolarte con alimentos grasos y rellenos de azúcar.
Cómo combatirlo
Estar consciente de los cambios que suceden en el cuerpo ayuda a enfrentar los problemas y, por lo tanto, a sentirse mejor.
Si te sientes triste, casi deprimida, en lugar de consolarte con dulces y grasas, consulta a tu médico de confianza: hoy en día existen muchas terapias que pueden ayudarte a manejar esta etapa delicada de tu vida.
Ralentización del metabolismo y pérdida de masa muscular
Hay quienes piensan que el aumento de peso durante el periodo de la menopausia es inevitable, porque el metabolismo cambia y es muy difícil controlarlo, pero en realidad se puede compensar esta disminución con un aumento en el consumo de energía a través de la actividad física.
Cómo combatirlo
Hacer deporte no solo aumenta el consumo calórico, sino que también evita la pérdida de masa muscular, esencial para mantener el metabolismo en eficiencia
Reanuda o aumenta tu actividad física, haz gimnasia para fortalecer el cuerpo y no te olvides del estiramiento que necesitas para estirar tus músculos y no perder elasticidad y agilidad.
Reducción de requerimientos calóricos
En la menopausia, el organismo necesita una menor ingesta calórica, por lo que es necesaria una revisión de la dieta diaria para satisfacer las nuevas necesidades del organismo. Pero esto no necesariamente significa comer menos, sino más bien aprender a comer de manera diferente.
Cómo combatirlo: alimentación balanceada
Intenta evitar comer de manera desordenada: estructurar las comidas te permitirá evitar ataques de hambre inesperados y demasiadas calorías.
Además del desayuno, el almuerzo y la cena, siempre toma 2 refrigerios al día, a media mañana y a media tarde: un yogur o una fruta están bien.
Entre la fruta, prefiere las de pulpa blanca, como peras y manzanas, o naranjas y fresas, ricas en flavonoides.
Cómo combatirlo: menos grasas y proteínas
Reducir las grasas es esencial, pero deberías saber que la ingesta de proteínas también debería reducirse durante la menopausia.
De hecho, las proteínas estimulan los andrógenos, que ya son altos en la menopausia, por lo que se adelgaza, pero aumenta el tronco y, por lo tanto, también el riesgo de desarrollar hipertensión.
Hipertensión
Cómo combatirlo: calcio, legumbres y soja
La disminución de los estrógenos puede contrarrestarse con la ingesta de estrógenos naturales, llamados fitoestrógenos: la soja y las legumbres son las mejores, así que aprende cómo incorporar estos alimentos a tu dieta.
Además, con la menopausia se produce un rápido descenso de la presencia de calcio en los huesos, lo que provoca la osteoporosis, por lo que es importante asegurarse ya antes (el pico de masa ósea se forma en la segunda y tercera década de vida) y luego continuar garantizando al organismo durante la menopausia, la ingesta de una buena dosis de calcio a través de los alimentos, como productos lácteos y vegetales de hoja verde.