Muy pocos hidratos de carbono, muchas grasas, muchas proteínas: estos son los principios básicos de la dieta cetogénica. Este régimen dietético se ha hecho muy popular como dieta para adelgazar, tras haberse originado como protocolo contra la epilepsia.
Las variantes de la dieta cetogénica, muy de moda hoy en día, son muchas. Todas tienen en común la supresión de los hidratos de carbono como “truco” para que el organismo utilice en su lugar las grasas como combustible, lo que se traduce en una pérdida de peso.
Pero, ¿funciona realmente? Y, sobre todo, ¿es una dieta segura o esconde riesgos?
Qué es la dieta cetogénica: la explicación
Es una dieta con un consumo bajo de hidratos de carbono y un alto contenido en proteínas, especialmente grasas.
La reducción drástica de hidratos de carbono en favor de otros nutrientes pretende forzar al organismo a utilizar las grasas como fuente de energía, con el objetivo de favorecer la pérdida de peso.
El nombre de “cetogénica” deriva del hecho de que esta dieta, al reducir drásticamente la ingesta de hidratos de carbono, conduce a la formación de los llamados cuerpos cetónicos.
En que consiste la dieta cetogénica: todas las claves
Se basa en una fuerte reducción del consumo de hidratos de carbono, combinada con un aumento sustancial del consumo de grasas y una ingesta elevada de proteínas.
Determina así un desequilibrio sustancial, casi una reversión, de las proporciones entre los macronutrientes previstas por la dieta mediterránea. En ella se recomienda una ingesta de hidratos de carbono del 45-60% de la energía diaria, de grasas no superior al 35% y de proteínas del 10-12%.
Por el contrario, en la dieta cetogénica, las grasas representan el 70-75% del total de calorías ingeridas. Los hidratos de carbono no superan el 5-10% y las proteínas rondan el 15-25% de la ingesta calórica diaria.
A diferencia de otras dietas bajas en carbohidratos, la dieta ceto no incluye una carga excesiva de proteínas, que están presentes en mayor medida que en la dieta mediterránea, pero cuyo aumento no es tan drástico como el de las grasas.
Tipos de dieta cetogénica
Aunque los principios básicos siguen siendo los mismos (reducción de los hidratos de carbono, gran aumento de las grasas, presencia constante de proteínas), no existe una dieta cetogénica única. Esto se debe a que pueden contemplarse diversas variantes de la misma. Por ejemplo con diferentes proporciones de los distintos nutrientes, un aumento cíclico de la ingesta de hidratos de carbono, restricciones calóricas y fórmulas específicas para vegetarianos y veganos.
Las principales variantes de la dieta cetogénica
- Estándar (SKD – Standard Ketogenic Diet): es la dieta cetogénica más clásica y estricta. Consiste en obtener alrededor del 75% de las calorías de las grasas, el 5% de los hidratos de carbono y el 20% de las proteínas.
- Modificada (MKD – Modified Ketogenic Diet): este programa también incluye una reducción de la ingesta de carbohidratos. Sin embargo, es menos drástica, es decir, un 30% de la cuota calórica diaria. Las grasas y las proteínas cubren, respectivamente, el 40% y el 30% del total de calorías diarias.
- Cíclica (CKD – Cyclical Ketogenic Diet): es una variante de la dieta cetogénica. Consiste en aumentar la ingesta de hidratos de carbono de forma cíclica, normalmente 1-2 veces por semana. Está pensada para quienes tienen dificultades para seguir una dieta tan baja en carbohidratos, especialmente todos los días y durante periodos prolongados.
- Dirigida (TKD – Targeted Ketogenic Diet): está diseñada para personas que hacen deporte y permite añadir carbohidratos los días de entrenamiento.
- Dieta cetogénica alta en proteínas (HPKD): esta versión de la dieta keto la siguen a menudo quienes desean conservar la masa muscular, como los culturistas o las personas mayores. La cuota de proteínas es del 30%, la de grasas 65% y los hidratos de carbono se reducen al 5%.
- Dieta cetogénica vegana o vegetariana: sustituyen los alimentos de origen animal por alimentos de origen vegetal. Por ejemplo frutos secos, semillas, frutas y verduras bajas en carbohidratos, grasas saludables y alimentos fermentados.
- Dieta cetogénica sucia (Dirty Keto Diet): las proporciones de nutrientes son las mismas que en la dieta clásica. Sin embargo, se da lugar a consumir grasas poco saludables, con concesiones incluso a los refrescos y la comida rápida.
- Dieta cetogénica perezosa (Lazy Keto): esta versión se denomina “perezosa” porque sólo implica un cálculo estricto de la ingesta diaria de hidratos de carbono, que no debe superar los 20 g, mientras que deja sin controlar la ingesta de grasas y proteínas.
Para qué sirve la dieta fotogénica: por qué ayuda a perder peso
La dieta cetogénica se basa en el supuesto de que si consumimos una cantidad muy elevada de hidratos de carbono y, por tanto, de azúcares, éstos se almacenarán en el organismo en forma de grasa corporal, lo que provocará un aumento de peso.
Si se reduce mucho la ingesta de hidratos de carbono, el cuerpo, que normalmente los utiliza como principal fuente de energía, se verá obligado a utilizar las grasas en su lugar tanto las almacenadas como las introducidas a través de los alimentos.
Esto hace que el cuerpo pierda peso rápidamente y queme grasa, mientras sigue consumiendo calorías en cantidades adecuadas a sus necesidades y, de hecho, sin necesidad de contarlas y sin sentir hambre.
El desequilibrio entre nutrientes pretende, por tanto, modificar el metabolismo energético del organismo, haciendo que éste utilice las grasas en lugar de los hidratos de carbono como combustible para producir la pérdida de peso.
La cetosis: qué es
Pero, ¿qué le ocurre al organismo si deja de consumir hidratos de carbono casi por completo? La ingesta de una proporción muy baja de hidratos de carbono o alta de grasas desencadena un estado de cetosis.
Esta es un estado metabólico en el que se induce al organismo a producir los denominados “cuerpos cetónicos”, que utilizará como fuente de energía en lugar de azúcares.
La cetosis es lo contrario de la glucólisis, en la que el azúcar proporciona la mayoría de energía del organismo.
La glucólisis es el medio de obtención de energía más explotado en la naturaleza. Se trata de un proceso metabólico por el que, en condiciones de ausencia de oxígeno, una molécula de glucosa se divide en dos moléculas de piruvato para generar moléculas de mayor energía.
Cómo entrar en cetosis: todas las claves
La cetosis puede alcanzarse después de unos días de ayuno total, algo que no sería sostenible para el organismo. Es decir, la dieta cetogénica “engaña” al organismo privándolo de hidratos de carbono, para que actúe como lo haría después de un ayuno, utilizando las grasas como fuente de energía y perdiendo así peso.
Pero, ¿cómo se alcanza realmente el estado de cetosis?
- Hay que reducir la ingesta de glucosa procedente de los alimentos que contienen hidratos de carbono (cereales, pero también verduras ricas en ellos).
- La reducción de hidratos de carbono obliga al organismo a buscar una fuente alternativa de energía, es decir, las grasas.
- En ausencia de glucosa, el organismo empieza a quemar grasas y produce cetonas.
- Cuando las cetonas en la sangre alcanzan un determinado nivel, se entra en un estado de cetosis que provoca la pérdida de peso.
Generalmente, alcanzar la cetosis sólo lleva un par de días con una ingesta diaria de carbohidratos de unos 20-50 gramos. Sin embargo, estas cantidades pueden variar de forma individual.
Síntomas de la cetosis
Hay ciertos signos que indican que se ha alcanzado un estado de cetosis. Por ejemplo, el aliento “afrutado”, que huele a acetona (uno de los cuerpos cetónicos que se producen en este estado, junto con el beta-hidroxibutirato y el ácido acético).
Pero el aumento de la sed y la necesidad más frecuente de orinar también son indicativos del estado de cetosis. En todos los casos, sin embargo, se trata de métodos bastante aproximados.
Para comprobar con precisión el valor de cetonas, se pueden utilizar tiras reactivas que miden el nivel en la orina.
Basta con colocarlas bajo el chorro y esperar unos segundos: en caso de cetosis, la varilla cambiará de color.
En función de cómo varíe el color respecto al espectro proporcionado con las instrucciones, el nivel de cetonas será mayor o menor y, por tanto, el estado de cetosis más o menos profundo. El nivel de hidratación puede afectar a esta medición y dar un falso positivo (en caso de deshidratación) o negativo (beber mucha agua puede dar lugar a una menor concentración de cetonas).
Por lo tanto, los análisis de sangre siguen siendo el método más preciso para medir la cetosis. El organismo se encuentra en estado de cetosis cuando el valor de cetonas en sangre se sitúa entre 0,6 y 1,5 mm gl/l.
Dieta cetogénica: alimentos permitidos y qué evitar
Las tres reglas básicas para alcanzar un estado de cetosis son:
- Comer alimentos sin hidratos de carbono.
- Limitar los alimentos que aportan cantidades moderadas del mismo.
- Evitar los alimentos ricos en hidratos de carbono.
A continuación se detallan los alimentos recomendados (que deben consumirse de forma habitual u ocasional, en función de su contenido en hidratos de carbono) y los no recomendados, que deben evitarse.
Alimentos recomendados de consumo habitual
Grasas
Las grasas consideradas saludables por la dieta cetogénica son las grasas saturadas, las monoinsaturadas y ciertos tipos de grasas poliinsaturadas, en particular los ácidos grasos omega-3. El consejo es incluir todos los tipos de grasas en la dieta diaria, con mayor énfasis en las grasas saturadas.
Entre ellas están el aceite de oliva, la mantequilla, el aceite de palma, el aceite de aguacate o la manteca.
Proteinas
Según la dieta keto, hay que privilegiar las fuentes de proteínas ricas en grasas.
Entre ellas están las carnes rojas y blancas (ternera, cordero, ternera, hígado, pollo, pavo, codorniz, ganso, pato), los huevos y el pescado (atún, trucha, anchoa, salmón, sardina, caballa, solla).
Verduras
Todas las verduras sin almidón, que contienen proporciones muy bajas de hidratos de carbono, están permitidas.
Entre ellas se encuentran las verduras de hoja verde, como acelgas, rúcula, achicoria, achicoria, hinojo, espinacas, verduras crucíferas (brécol, col y coliflor), apio, pepinos, calabacines, cebolletas y puerros.
Los tomates, espárragos, champiñones, pimientos, judías verdes, brotes de bambú y brotes de soja contienen cantidades más elevadas pero aceptables de hidratos de carbono, por lo que pueden incluirse de forma rutinaria en una dieta cetogénica.
Fruta
En la dieta cetogénica, es posible consumir frutas grasas como el aguacate.
Condimentos
Especias y hierbas, vinagre de manzana, mostaza sin azúcar.
Bebidas
Agua, café y té sin azúcar (con moderación).
Alimentos recomendados, pero de consumo ocasional
Productos lácteos
Los productos lácteos, por su contenido en azúcares, deben consumirse ocasionalmente, dando preferencia a los quesos más grasos (elaborados con leche entera) y a los quesos duros, que tienen un contenido reducido en hidratos de carbono, y limitando los elaborados con leche desnatada.
Verduras de almidón medio
Alcachofas, zanahorias, remolachas.
Legumbres y judías
Garbanzos, lentejas y productos a base de estas legumbres, como hummus, soja y derivados como tofu, tempeh, edamame.
Frutos secos y semillas
Almendras, nueces, anacardos, pipas de girasol, semillas de calabaza, chía y lino, pistachos, castañas.
Fruta
Fresas, peras asiáticas, y bayas como arándanos, moras, frambuesas.
Condimentos
Están permitidos el ketchup sin azúcar añadido, la nata agria, las salsas picantes, la salsa Worcester, el zumo de limón, la salsa de soja, los pepinillos, la stevia y el eritritol que son dos edulcorantes que no elevan los niveles de azúcar en sangre.
Bebidas
Zumos de frutas y verduras frescas, bebida vegetal de almendras. La bebida vegetal de almendras sin azúcar puede aceptarse dentro de la dieta cetogénica (0 g de azúcar/100 ml) porque las grasas son predominantemente insaturadas.
Alimentos no recomendados
Azúcares de cualquier tipo
Azúcar blanco y moreno, jarabe de arce, jarabe de garrofín, jarabe de maíz, jarabe de agave, caramelo, miel, cualquier alimento que contenga fructosa, glucosa, maltosa, dextrosa y lactosa.
Todos los cereales
Están prohibidos en la dieta keto el trigo, la avena, todos los tipos de arroz, la quinoa, el cuscús, el maíz y todos los productos que los contienen (incluidos el pan y la pasta) y las patatas.
Fruta
Las frutas están casi totalmente excluidas de la dieta cetogénica. Especialmente aquellas con un alto contenido de azúcar, como los mangos, las papayas, los plátanos, las naranjas y las manzanas.
Productos envasados
Los alimentos a evitar incluyen:
- Galletas saladas, patatas fritas, pretzels.
- Todos los tipos de caramelos.
- Todos los dulces como galletas, pasteles, helados.
- Productos horneados para el desayuno.
- Gachas y cereales.
- Aperitivos con hidratos de carbono, barritas de cereales, barritas de proteínas y sustitutivos de comidas.
- Sopas y alimentos enlatados, cualquier comida preenvasada.
- Alimentos con edulcorantes artificiales (como sucralosa y aspartamo, etc.).
Bebidas azucaradas
- Refrescos.
- Alcohol (cerveza, vino, licores).
- Bebidas azucaradas de té o café.
- Leche y sustitutos lácteos (bebidas de soja).
- Zumos de fruta con azúcar añadido.
Dieta cetogénica menú 7 días
Como hemos visto, existen diferentes interpretaciones de la dieta cetogénica, más o menos estrictas, sobre todo en lo que respecta a los porcentajes y pautas de ingesta de hidratos de carbono.
Por lo tanto, la composición del menú semanal varía, no sólo en función del sexo, la edad y las necesidades calóricas, sino también según el tipo de dieta cetogénica que se elija seguir, más o menos estricta, con un suplemento de hidratos de carbono 1-2 días a la semana, vegetariana o vegana.
Por lo tanto, es importante que el menú diario y semanal se adapte a sus necesidades específicas.
En ceto, los hidratos de carbono proceden principalmente de las verduras. Concepto: en una dieta de 1400 kcal, el 5 – 10 % corresponde a 70 – 140 Kcal al día procedentes de los hidratos de carbono. Estos me dan 4 kcal / g, por lo que puedo consumir 17 – 35 g de carbohidratos al día.
En una dieta cetogénica estos son los gramos de carbohidratos en la porción de verduras que consumes en tus comidas.
He aquí un ejemplo de menú para 7 días de una dieta cetogénica hipocalórica, con un consumo de carbohidratos del 5 – 10 %.
Desayuno | Tentempié | Comida | Merienda | Cena | |
Lunes | Pan proteico (2 rebanadas) con mantequilla de maní sin azúcar (10 g) | 1 yogur griego blanco – bajo en grasa o entero, pero sin azúcares añadidos (150 g) | Pechuga de pollo (180 g), brócoli (100 g), aceite (5 g) | Zumo de arándanos sin azúcares añadidos (200 ml) | Ensalada mixta (lechugas, achicoria, tomates cherry) con atún (150 g) aceitunas verdes (15 g) |
Martes | Huevos batidos (2 huevos) con jamón cocido (80 g) y aguacate (50 g) | Apio (2 ramitas) con queso untable proteico (10 g) | Carpaccio de salmón ahumado (150 g), con guarnición de rúcula e hinojo | Almendras (10g) | Tofu (180 g) con champiñones (50 g) y pimientos asados (100 g), aceite de oliva virgen extra (5 g) |
Miércoles | Kéfir (150 g), muesli integral con frutos secos (30 g) | Zumo de pomelo rosa sin azúcares añadidos (200 g) | Lubina al horno (250 g), espárragos (100 g), aceite de oliva virgen extra (5 g) | Pan proteico (1 rebanada) con jamón serrano (5 g) | Pechuga de pavo (180 g) con coles de Bruselas (100 g) y salsa de guacamole (5 g) |
Jueves | Tortilla (2 huevos) con brie (20 g), calabacín (50 g), y aguacate (50 g) | 1 manzana verde con piel (200 g) | Hamburguesa de soja (200 g), brócoli (100 g), aceite de oliva virgen extra (5 g) | Nueces (10g) | Lonchas de cerdo (180 g) con limón y espinacas (200 g) aceite de oliva virgen extra (5 g) |
Viernes | Bebida vegetal de almendras sin azúcar (200 g), frutos del bosque (150 g) | Pan proteico (1 rebanada) con mantequilla de maní (5 g) | Lenguado al horno (250 g) con acelgas (180 g) aceite de oliva virgen extra (5 g) | Aguacate (200 g), apio (4 ramitas) y lima (1) | Jamón serrano (180 g) con tomates cherry, rúcula (al gusto), queso parmesano(10 g), aceite de oliva virgen extra (5 g) |
Sábado | Pan proteico (2 rebanadas) con salmón ahumado (15 g) | 1 pomelo (200 g) | Pechuga de pavo (180 g) con limón (al gusto) y brotes de bambú (50 g), aceite de oliva virgen extra(5 g) | Coco seco (10 g) | Queso brie (100 g) con judías verdes (100 g), espárragos (100 g), aceite de oliva virgen extra (5 g) |
Domingo | Tortitas proteicas (4 piezas) | Zumo de arándanos sin azúcares añadidos (200 ml) | Hamburguesa de ternera (180 g), alcachofas (150 g), aceite de oliva virgen extra (5 g) | Apio (2 ramitas) con queso untable proteico (10 g) | Caballa estofada (250 g) con puré de tomate (200 g), alcaparras (10 g) y aceitunas negras (10 g) |
Beneficios de la dieta cetogénica como protocolo terapéutico
Dieta cetogénica y la epilepsia
La dieta cetogénica es la terapia de primera elección en casos de epilepsia farmacorresistente o cuando los fármacos antiepilépticos provocan efectos secundarios graves.
La observación en los años 20 de que el ayuno podía sedar las crisis epilépticas condujo al desarrollo de un tipo particular de dieta cetogénica utilizada en la epilepsia.
El recurso a esta dieta debe hacerse por recomendación de un médico especialista. Aunque se trata de una dieta generalmente bien tolerada, puede de hecho tener efectos secundarios. Es por ello que el tratamiento debe establecerse de manera que se reduzcan estas complicaciones a corto y largo plazo.
Dieta cetogénica y síndrome de deficiencia de Glut1
La dieta cetogénica es también el único tratamiento conocido hasta la fecha para el síndrome de deficiencia de Glut1.
Se trata de una enfermedad genética que afecta al metabolismo cerebral. La Glut1 es la proteína responsable del transporte de glucosa a través de la barrera hematoencefálica y actúa de forma independiente como reguladora de ciertas funciones cerebrales. Es producida por el gen SLC2A1, situado en el cromosoma 1.
Si este gen está dañado por una mutación, la proteína no se produce en cantidades suficientes. Esto supone que el transporte de glucosa en el cerebro se ve afectado.
La glucosa es la principal fuente de combustible del cerebro, que en caso de deficiencia de Glut1 no recibe por tanto los componentes metabólicos esenciales para su crecimiento y funcionamiento normales.
La dieta cetogénica, que promueve la quema de grasas para producir energía en lugar de glucosa, es la terapia de elección para los pacientes con síndrome de deficiencia de Glut1, siempre por indicación médica y bajo estricto control médico.
Por las mismas razones, también se utiliza terapéuticamente en los casos de deficiencia de una enzima llamada piruvato deshidrogenasa. Esta deficiencia, al igual que la de Glut1, provoca una alteración en la utilización de los hidratos de carbono y, por tanto, una menor disponibilidad de energía en el cerebro.
Alzheimer y Parkinson
Algunos estudios también sugieren su uso en casos de enfermedades como la migraña, el Alzheimer o el Parkinson.
Contraindicaciones de la dieta cetogénica
La dieta cetogénica permite perder peso de forma significativa reduciendo la ingesta de hidratos de carbono. Esto lo hace provocando una alteración de los hábitos metabólicos normales del organismo, que reacciona revisando su funcionamiento de forma antinatural, con consecuencias incluso perjudiciales.
La cetosis es un estado tóxico, que obliga al organismo a hacer un esfuerzo para eliminar los cuerpos cetónicos. Esto sobrecarga los riñones, que deben deshacerse de ellos.
En los días previos a alcanzar el estado de cetosis, aparecen síntomas como:
- Náuseas.
- Estreñimiento.
- Cansancio.
- Dificultades respiratorias.
Complicaciones y contraindicaciones
Es una dieta que, por su composición, también puede provocar carencias de micronutrientes, en particular:
- Calcio.
- Vitamina D.
- Hierro.
- Ácido fólico.
Esta dieta está contraindicada en caso de trastornos de la degradación lipídica, la cetogénesis y la cetólisis.
A largo plazo, la dieta cetogénica también puede causar problemas como cálculos renales, dislipidemia, acidosis y deshidratación, retraso del crecimiento o del aumento de peso y alteraciones del metabolismo óseo.
Un estudio austriaco también demostró que las dietas cetogénicas, especialmente las ricas en triglicéridos de cadena media (TCM), pueden empeorar la inflamación de la piel y exacerbar los síntomas de la psoriasis.
Dieta keto: ¿es mejor que otras para perder peso?
Frente a estos riesgos para la salud, la pérdida de peso con la dieta cetogénica requiere un estricto cumplimiento de sus principios.
Incluso la más mínima desviación en términos de ingesta de carbohidratos puede, de hecho, bloquear la cetosis y hacer que el cuerpo vuelva a utilizar su fuente de energía preferida, el azúcar.
Todo ello en ausencia de pruebas de que, a largo plazo, los resultados obtenidos con la dieta cetogénica sean mejores y más duraderos que los logrados con una dieta equilibrada.
Dieta cetogénica: la opinión de nuestro nutricionista
Hemos pedido al nutricionista de ManzanRoja Lorenzo Traversetti que se pronuncie sobre la dieta cetogénica. No oculta sus perplejidades, sobre todo en lo que se refiere a la utilización de esta dieta para adelgazar.
“En un mundo compuesto por multitud de dietas incompletas, la dieta cetogénica tiene su lugar porque es un protocolo nutricional absolutamente deficitario en hidratos de carbono y fibras y excesivamente rico en grasas animales y proteínas.
Este protocolo, que se originó para el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso en las que la producción de productos de desecho cetónicos puede desempeñar un papel importante, con el tiempo también ha visto aumentar su aplicación en el tratamiento de casos de obesidad muy grave (obesidad de nivel tres), es decir, condiciones fisiológicas en las que el daño causado por la formación de cetonas es menor que el causado por la misma condición patológica.
Daño hepático
El daño cetónico incluye alteraciones en el cuadro hepático, ya que las sustancias cetónicas, obtenidas de la oxidación de las grasas para obtener energía, provocan una verdadera intoxicación del hígado. A esto hay que añadir las complicaciones intestinales, ya que la fuerte reducción de la ingesta de fibra corre el riesgo de complicar la función del colon provocando un estreñimiento severo.
También se recomienda consumir al menos 3 litros de agua al día, aunque esto puede ser díficil para muchos.
Repito que, leída así, la dieta cetogénica no es una cura sino “el mal menor”. De ahí a hacer de ella una panacea para controlar el sobrepeso y la masa grasa va un trecho.
De hecho, este protocolo nutricional puede, si se abusa de él, provocar daños muy graves al organismo y, por lo tanto, no debe aplicarse salvo en los casos mencionados anteriormente”.
Historia de la dieta cetogénica
La dieta cetogénica comenzó como un plan dietético bajo en carbohidratos destinado a reducir los ataques epilépticos en pacientes que no respondían a la medicación, especialmente en niños.
Las dietas muy bajas en carbohidratos se han utilizado con este mismo fin desde la década de 1920. Fueron investigadores y médicos del Centro Médico Johns Hopkins quienes observaron que estas dietas, en pacientes con epilepsia, ayudaban a reducir trastornos como las convulsiones.
Desde los años sesenta, estas dietas se han utilizado ampliamente para el tratamiento de la obesidad, pero también en presencia de otras condiciones patológicas como la diabetes, el síndrome de ovario poliquístico y el acné.
En efecto, se había observado que, además de actuar sobre las convulsiones, producían efectos positivos sobre la grasa corporal, la glucemia, el colesterol y los niveles de hambre.
Así pues, la dieta cetogénica se ha impuesto cada vez más como una dieta de adelgazamiento, que aprovecha las consecuencias para el organismo de la reducción de hidratos de carbono y el aumento del consumo de grasas no con fines terapéuticos, sino para estimular la pérdida de peso.
No existe un único tipo de dieta cetogénica. Todos los estilos de alimentación altamente hiperlipidémicos son cetogénicos. Ello implica una fuerte reducción de la ingesta de hidratos de carbono y la ingesta de fuentes de proteínas predominantemente de alto valor biológico. Entre ellas se encuentran la dieta Atkins, la dieta Blackburn, la Tisanoreica y las primeras fases de la dieta Dukan.
Entre las dietas keto más famosas se encuentra la del Dr. Josh Axe. Este es el autor del bestseller “Dieta ceto: su plan de 30 días para perder peso, equilibrar las hormonas, potenciar la salud cerebral y revertir enfermedades”.