Raquel ya había seguido la dieta ManzanaRoja y había conseguido su objetivo de ponerse en forma antes de su boda. Durante mucho tiempo no tuvo problemas de peso, comía, incluso mucho, sin engordar. Entonces algo cambió, dos embarazos, una vida diferente y su metabolismo también se alteró. En ese momento, fue inmediato pensar en confiar en ManzanaRoja que, para Raquel es una garantía, la hace sentir segura y serena.
Las dietas caseras, que podían parecer más rápidas, no le inspiraban confianza y eran difíciles de llevar a cabo. Necesitaba un estilo de alimentación duradero, no para un periodo limitado con el fin de contener los daños.
“Había engordado algunos kilos porque ya no tenía el metabolismo de antes, ¡por eso volví a ManzanaRoja!”
Una app siempre a mano
La app ManzanaRoja resolvió muchos dilemas cotidianos, que para ella, madre de dos niños pequeños, eran considerables. Uno de ellos era averiguar a diario qué cocinar para todos. Ahora, cada día ya sabe qué comer y, gracias a la elección de la dieta de comidas rápidas a la hora de comer se ocupa de los niños y sus comidas, y en la cena, cuando puede, cocina los mismos platos para toda la familia. Sin duda, esto facilita la vida a una mujer muy ocupada.
Sus hijos son sus fans, la pequeña mastica zanahorias con ella, la ayuda en los ataques de hambre. El pequeño, cuando se da un capricho y se siente culpable, le dice “¡vamos mamá, no seas tan dura contigo misma!”. Ahora, también estimulada y apoyada por sus pequeños, se esfuerza cada vez más. Aunque todavía no puede ser superprecisa, nota muchos cambios y sólo puede seguir con la dieta.
Tiene un objetivo claro: sentirse mejor y estar más en forma.
Una elección para sí misma
Elegir comer sano y disfrutar de ello es un objetivo a largo plazo para Raquel. No es fácil aceptar los cambios en su cuerpo y la idea de que ya no puede comer lo que quiere sin engordar. Se describe a sí misma como una “gran comilona” y también como una gran aficionada al chocolate, su pasión. Pero con esta dieta también está aprendiendo mucho sobre sí misma. Por ejemplo, que si come mal, no está bien. Aquejada del síndrome del intestino irritable, lo había probado todo, incluso la medicación.
Con esta dieta, ya no tiene problemas, se siente mejor y más sana. Y cuando se da un pequeño capricho, volviendo a algunos viejos hábitos, nota inmediatamente la diferencia. Volver a la dieta, después de algunas tentaciones de más, es la elección que le parece más beneficiosa. Por eso, más allá del aspecto exterior, empezar una dieta como la de ManzanaRoja fue una elección de salud. Hoy, afronta su día a día con la dieta como una valiosa aliada en la búsqueda de su equilibrio personal.
“Además de la dieta, todos deberíamos aprender a comer bien para estar mejor y más sanos”
Seguridad y confianza
Tras confiar en ManzanaRoja por segunda vez, Raquel se siente más segura de sí misma y con ganas de hacerlo bien.
Cuando consigue no ceder a la gula habitual, también se siente más feliz y orgullosa de sí misma. Sus hábitos cambian, se inclina por opciones más sanas. Ahora se toma un buen desayuno, que antes se saltaba. Bebe más, incluso antes de las comidas, y se asegura de comer verduras variadas, algunas que antes no le gustaban, como espinacas y judías verdes. Una dieta tan variada le permite cambiar a menudo, sin aburrirse nunca.
“Consigo reducir los excesos más que antes, y cuando voy en línea ¡también me siento orgullosa de mí misma!”
Una nueva imagen
La imagen de sí misma cambia, aunque no haya tantos kilos que perder. Se ve más deshinchada, el abdomen se le encoge e incluso en la cara los cambios son cada día más notables. Antes, incluso hacerse fotos era un momento que la incomodaba. No se gustaba y a menudo las borraba. En el último periodo se siente más cómoda consigo misma y empieza a gustarle lo que ve.
También empieza a llevar ropa que ya no solía ponerse. Esto le da más confianza. Aunque está cerca de su objetivo, no cree que tenga que parar. Para ella, ManzanaRoja es una dieta que se puede seguir durante mucho tiempo, porque es creativa, nunca repetitiva y además te hace comer con gusto.
“¡Me siento más a gusto conmigo misma!”
