Como mucha gente, Sabina venía de innumerables dietas que acababan en fracaso. Demasiado aburridas, demasiado restrictivas o demasiado agotadoras, siempre le resultaba difícil completarlas. Entonces, una noche durante la cena, una amiga le habló de ManzanaRoja y se dijo: “¡Probemos ésta!”
Siempre carnosa desde jovencita, tras sus embarazos había alcanzado un peso que era demasiado para ella. La suya, sin embargo, es una vida ajetreada: dos trabajos, tres hijos, una madre discapacitada a la que cuidar. Para ponerse a dieta en un estado tan articulado, hay que estar muy motivada y aprender a quererse.
Sabina, en agosto, siente que ha alcanzado este punto de inflexión. Se descarga la dieta ManzanaRoja y empieza decidida. Fue el comienzo de la satisfacción que, semana tras semana, le hizo perder ¡45 kg!
“No me lo creía, empecé ManzanaRoja un poco por curiosidad. Pero luego, ¡la que gané fui yo!”
Una vida más ligera
En medio de todos sus compromisos diarios, llevar una dieta podría parecer una tarea más. En cambio, Sabina ha aprendido que es posible hacer frente a una dieta sana manteniendo un buen estado de ánimo y sin perder demasiado tiempo.
Por las tardes, la ayuda de la hija mayor era crucial. Al llegar tarde a casa después del trabajo, encontraba su menú ManzanaRoja preparado y listo para ser disfrutado. Su hija también perdió muchos kilos casi sin darse cuenta. Esta vez Sabina se dio cuenta de que había encontrado una dieta que no la estresaba ni la entristecía, como las otras.
Variados y sabrosos, los menús sacian y sorprenden. La sensación de que una dieta puede convertirse en un estilo de vida es sin duda la clave del éxito. Esta ligereza y sencillez también repercute positivamente en la vida cotidiana: todo adquiere una forma más clara.
“Nunca sentí hambre ni sacrificio y fue entonces cuando me di cuenta de que ManzanaRoja podía convertirse en mi estilo de vida”.
Una dieta que convence
Sabina pensaba que lo había probado todo. Asociaba hacer dieta con algo triste o complicado. ManzanaRoja ha sido para ella una lección, además de un camino para perder peso. Ha aprendido a comer más sano, a gestionar las combinaciones, a relacionarse con la comida sin miedo. El equilibrio de los platos y la armonía entre las comidas le han abierto una nueva visión de la nutrición.
Ahora sabe que para adelgazar no es necesario seguir únicamente un camino restrictivo. Para seguir realmente una senda hipocalórica a largo plazo, tiene que gustarte lo que comes y sentirte gratificado por lo que te ofrece una dieta. ManzanaRoja ha sido precisamente eso para ella: adaptable a cada situación, le ha permitido disfrutar de platos que la satisfacen pero que al mismo tiempo la hacen sentir mejor.
Incluso salir ya no es un problema, ceder a la tentación es una elección consciente, con ManzanaRoja como punto de referencia constante. Al día siguiente está deseando volver a su dieta y a su menú, sabiendo que se ha permitido un capricho y nada más.
“Hoy sé que para sentirme mejor no tengo que quitar nada a mi día, ¡sino aprender a comer con gusto!”.
Mejora de la salud
A medida que baja de peso y mejora su estado de ánimo, Sabina también nota cambios sustanciales en su día a día. Se siente mejor, trabaja con más ligereza y está menos cansada por las tardes. El dolor de pies y las molestias en las rodillas han desaparecido casi por completo y ya no sufre hipertensión. Las excursiones, su gran pasión, resultan más fáciles.
Además de su físico, su energía y sus relaciones con los demás también mejoran. Se siente más segura y realizada, y también más serena en sus relaciones con el mundo exterior.
“Me ayudó leer los testimonios de quienes lo habían conseguido, ¡ahora puedo ser yo quien anime a otros!”.
De una XXL a una S/M
La mejora de la relación con los demás va de la mano de la relación con uno mismo. Sabina se mira al espejo y ve a una persona nueva. Una mujer que, con tenacidad y determinación, ha recuperado la forma física que deseaba desde hacía años.
Ir de compras también es una experiencia totalmente nueva. Antes, se veía obligada a hacerlas por Internet, porque era difícil encontrar una tienda que vendiera tallas que se ajustaran a ella, sin tener que gastarse una fortuna. Hoy, al pasar de una XXL a una S/M, puede entrar en todas las tiendas que quiera y, sin esfuerzo, seguir sus gustos. El orgullo está a flor de piel y, con sólo 2 kg para llegar a la dieta de mantenimiento, ManzanaRoja ya no es una dieta, sino su alimento básico.
“A veces no me reconozco, realmente soy otra cosa, ¡sólo puedo estar orgullosa de mí!”.