Gracias a un conocido suyo, Giusi ya había tenido conocimiento de la dieta ManzanaRoja en el pasado. Incluso la había empezado algunas veces, pero sin mucha convicción, y, tras perder algunos kilos, la abandonó por falta de constancia.
En octubre pasado, ve una foto suya tomada en la boda de su hermano: no se reconoce y se queda de piedra. Había llegado el momento. Al día siguiente retoma ManzanaRoja y, decidida como siempre, comienza su dieta con un objetivo claro. Quiere por fin estar bien, por su propio bienestar y salud.
“Aquella foto me impactó y no quise volver a hacerme otra, pero también fue decisiva para mí”.
Determinación y fuerza de voluntad
Empieza a tope, sin parar, y la primera semana va como una bomba: ¡pierde casi 2 kg y encuentra la motivación adecuada! ManzanaRoja la empuja a confiar en sí misma y, de forma totalmente autónoma y decidida, sigue adelante con mucha iniciativa.
Su determinación es muy fuerte y consigue seguir su dieta incluso en esta época en la que, lejos de casa por trabajo, se siente un poco sola. En otro tiempo se habría dejado llevar por el placer de la comida como válvula de escape y alivio.
Hoy, gracias a ManzanaRoja, sabe que puede hacerlo.
“Antes, en momentos de dificultad me refugiaba en la comida. Ahora salgo, llamo a un amigo, hago algo bonito por mí”.
Una opción de bienestar
Aunque la apariencia importa y la alegría de apreciar su forma física es grande, Giusi con ManzanaRoja ha elegido su salud. Esta dieta le está devolviendo el equilibrio y esto también tiene importantes efectos en su bienestar físico.
Se acabó el reflujo ácido que le hacía pasar noches en vela, así como los problemas digestivos que la atormentaban.
Incluso su endocrino calificó la dieta ManzanaRoja de completa y variada. A Giusi le gusta precisamente por eso: gracias al equilibrio de los platos, es variada y sencilla.
“ManzanaRoja es un recurso y una fuente constante de apoyo, sé que puedo volver a hacerlo en el futuro”.
Sentirse bien
“Hacía 20 años que no veía un siete en la báscula”, dice Giusi con entusiasmo. Para una mujer que lleva a dieta desde la adolescencia, éste es un hito importante. Aún le quedan kilos por perder, pero por primera vez no siente el viaje como un esfuerzo desproporcionado, sino como un camino hacia el bienestar.
Incluso en el trabajo, consigue organizarse bastante bien. Antes, asociaba los obstáculos y el estrés con la necesidad de tomar tentempiés o comida reconfortante. Hoy, prevalece la opción de sentirse bien. Y los resultados, semana tras semana, son sin duda un incentivo extra para seguir adelante.
“Hago dieta desde los 11 años, ¡pero es la primera vez que me siento tan bien!”.
Mucha confianza recuperada
Giusi siente que este camino también está cambiando algunas facetas de su carácter, se siente más espontánea y segura de sí misma. No siente esa tristeza típica de quien atraviesa dificultades. Al contrario, vuelve a sentirse radiante y serena.
Sus conocidos y amigos le dicen que debe de ser una buena dieta, ya que nunca ha perdido su bonita sonrisa. Tiene más confianza en sí misma y ya no se siente tensa ni estresada al gestionar la vida cotidiana. Seguir adelante e ir directa a la meta ya no es imposible.
“ManzanaRoja me cambió, ¡me hizo recuperar la confianza en mí misma sin perder la sonrisa!”.