Julia llevaba varios años con problemas en las piernas y su médico le había sugerido a menudo que intentara adelgazar. La ciática la atormentaba y ni siquiera podía caminar con ligereza. Había probado varias dietas, también por consejo de especialistas, sin sentir nunca que fueran realmente adecuadas para ella. Le resultaban incómodas, aburridas y difíciles, y enseguida las abandonó.
Su vida gira en torno a sus nietas, para las que siempre está en movimiento y ocupada. Incluso en esas actividades cotidianas con ellas, el peso extra era un obstáculo. Un conocido suyo le habló de ManzanaRoja, pero no se animó a seguirla de inmediato. Temía enfrentarse a otra dieta difícil y repetitiva. Sin embargo, cuando echa un vistazo a la aplicación, ¡descubre un mundo! Se acabaron las largas visitas y los incómodos menús en papel: todo se vuelve inmediato y práctico.
“ManzanaRoja me sorprendió enseguida con su app: fácil, cómoda, inmediata”.
No hay nada malo en intentarlo
ManzanaRoja se convierte en un nuevo reto para sí misma. Aprende que es posible comer de forma variada y equilibrada, sin descuidar el sabor. Redescubre alimentos, como las legumbres, que antes no comía y que ahora le apetece tener en el menú. Y poco a poco, encuentra su equilibrio dentro de una dieta que se convierte en un estilo de vida.
Es difícil pensar en una dieta como algo agradable, muy a menudo sólo la palabra provoca cierta ansiedad. Pero Julia, encuentra en ManzanaRoja un ambiente diferente, de compartir y crear vínculos. La motivación extra le llega de los testimonios de otras mujeres que han hecho la dieta antes que ella.
Sus resultados, logros y objetivos han sido su estímulo diario. Incluso en los momentos de desánimo, que se producían cuando el peso no bajaba, ella siempre volvía a ponerse en marcha. Los resultados de hoy, nos dice, ¡se los ha trabajado mucho! Y leer tantas historias tranquilizadoras siempre la ha animado.
Pasiones redescubiertas
El deporte, en una dieta, ayuda mucho. Pero con unos kilos de más, incluso eso es difícil. Julia siempre ha encontrado en la natación una actividad beneficiosa para ella. Hoy, con 18 kg menos, también se ha vuelto mucho más enérgica en la piscina. En una hora consigue nadar 80 vueltas, ¡un resultado respetable!
Para ella, es un momento totalmente relajante, mental y físicamente. Un espacio propio que, con su mejor forma física, le resulta aún más agradable. Con menos kilos, le apetece hacer muchas más actividades cotidianas. Caminar ya no le cansa, al contrario, le da energía y la regenera.
“Me he vuelto más enérgica, tengo muchas ganas de hacer y ¡siempre estoy en movimiento!”.
Una abuela velocista
Las actividades con sus nietas se vuelven más ligeras y divertidas. Es más dinámica y proactiva. Sus piernas mejoran y sus dolores disminuyen. También cocina sano para sus nietas e intenta llevar a la mesa los consejos que aprendió de ManzanaRoja.
Su cambio, también mental, repercute positivamente en muchos aspectos de su vida. Antes se sentía incómoda cuando la fotografiaban. Hoy se sorprende: “¿pero soy yo de verdad?”
“Le dije a mi nieta que era genial haciéndome fotos, ¡me dijo que era yo la que estaba más guapa!”.
No más excusas
“Soy grande”, “tengo una vida desordenada”, “me molesta la tiroides”, eran todas excusas para no cuidarse. Con la ayuda de la dieta, descubrió que era una mujer llena de vida y que podía superarse. Abandonó los malos hábitos, como picar siempre algo.
Hoy se siente otra persona: ha pasado de una XL a una S e incluso le gusta ir de compras. Consciente de que tiene algunas arrugas, no le molesta en absoluto: hoy se siente mejor consigo misma. Y ahora le esperan los últimos kilos que tiene que perder, ¡y luego a seguir la dieta de mantenimiento!
“Hoy ya no me pongo mil excusas, he aprendido a controlarme y ¡estoy muy agradecida a ManzanaRoja!