Administrar consentimiento de cookies
Para brindarle las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento para estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar su consentimiento o retirarlo puede afectar negativamente algunas características y funciones. Política de privacidad
Aceptar

Laura -21 kg: “¡Me siento otra persona y me gusto!

Descubre cómo Laura ha conseguido perder 21 kilos utilizando ManzanaRoja. ¿Quieres seguir sus pasos? ¡Descárgate ya la app!
Laura antes y después de usar la app ManzanaRoja para perder peso

Tabla de contenidos

Tras un chequeo médico y un diagnóstico de fibromialgia, a Laura le aconsejaron perder peso. Convencida de que la única forma de hacerlo sería que la revisara un nutricionista, no se había puesto manos a la obra. El estrés era grande, al igual que los dolores.

Su trabajo en una residencia de ancianos, y toda la ansiedad que le produjo la Covid, no le daban la serenidad necesaria para someterse a ello. Sin embargo, se ve en una foto y ése es el empujón que necesitaba. “Fue como un shock”, nos cuenta. Y entonces, por casualidad, apareció un anuncio en Facebook que le presentaba a ManzanaRoja. En ese momento le pareció lo más adecuado y decidió dar el paso.

“ManzanaRoja llegó en el momento justo, ¡necesitaba cuidarme!”.

Dulces, ¡qué pasión!

Laura siente un gran amor por todo lo dulce. Además de adorarlos, es muy aficionada a hacer pasteles y decorarlos. Es fácil caer en la tentación y, en los malos momentos, ceder al encanto de algunos manjares. Aquí es donde viene al rescate la dieta ManzanaRoja, capaz de dosificar la cantidad de azúcar y no eliminarla por completo.

Laura necesitaba un equilibrio, algo que le diera regularidad sin privarla por completo del placer de comer. En los menús ManzanaRoja encontró una dieta equilibrada y sabrosa. A día de hoy sigue permitiéndose algún que otro pecado de glotonería, pero como parte de la reeducación dietética, ha aprendido a gestionarlo sin estrés.

También ha aprendido a gestionar las recaídas sin desesperarse. Su dieta se ha vuelto más sana, más armoniosa. Su relación con la fruta ha cambiado, lo que ahora le permite una regularidad intestinal de la que carecía. Al comer bien también mantiene bajo control su gastritis crónica con reflujo, que cada vez le ocurre menos. Duerme bien y descansa más.

“A día de hoy ya no me despierto con mis habituales problemas de reflujo. Dormir bien no tiene precio”.

Entusiasmo y resplandor

Sentirse mejor y más en forma compensa en todos los frentes. Incluso en el entrenamiento. Entre los entrenamientos en casa y los largos paseos, consigue recuperar la energía y las ganas. El ver que otras personas también han cambiado su vida con ManzanaRoja se convierte en algo fundamental, ya que el ejemplo de los demás se convierte en esa mano tendida virtual y apoyo emocional.

Ahora ella también se convierte en un ejemplo para muchos que le escriben pidiéndole sugerencias. Un círculo virtuoso en el que los modelos a seguir son personas muy normales que han elegido simplemente cuidar de sí mismas.

De ahí su cambio: se vuelve risueña, alegre, radiante. Cambia su enfoque de la vida cotidiana y de las relaciones. Cambia de trabajo, se siente más gratificada e incluso mejoran las relaciones entre compañeros. ManzanaRoja es para ella un reto constante, en busca de lo que la hace sentir bien.

“Me siento diferente, mejorada: ¡incluso en mi trato con la gente tengo más confianza y sonrío más!”.

Un espacio para ella misma

ManzanaRoja representa para Laura un espacio de bienestar propio. Seguir una dieta personalizada le ha ayudado a encontrar un tiempo agradable para sí misma. Y esta cita con ella misma se ha convertido en algo básico. También es la ayuda que necesita para dejar de lanzarse a la comida cuando algo va mal.

Ahora se dedica a varias actividades de ocio: pinta, lee, va a la montaña, hace manualidades. Busca situaciones placenteras que se alíen contra los ataques de hambre que solían abrumarla. Redescubre que se puede experimentar placer incluso en las pequeñas cosas.

“Para contrarrestar los momentos difíciles, a día de hoy busco situaciones agradables e interesantes, ¡ya no me tiro a la comida!”.

Cambios

Su piel está más luminosa, su cuerpo más armonioso, incluso su corte de pelo más acorde con lo que ella siente que es la nueva Laura. Una feminidad redescubierta que no es sólo estética, sino también interior.

Conoce a la gente, se escucha más a sí misma, necesita sentirse bien. Hoy, al mirar sus fotos, ya no tiene esas sensaciones desagradables del pasado. Ahora puede decirlo: ¡se gusta!

“Me siento otra persona, aparte del nuevo aspecto que tanto me gusta, ¡realmente me siento diferente a mí misma!”.

Share the Post: