¿Estás siguiendo una dieta pero no consigues bajar de peso? Presentamos aquí algunos consejos para adelgazar sin que ello suponga riesgos para tu salud.
Regla número uno: no te excedas, incluso cuando se trata de hacer dieta. De hecho, adelgazar quiere decir cambiar la proporción entre masa grasa y masa magra; por tanto, no se trata de hacer cualquier cosa sin límite alguno. Por ejemplo, debes desconfiar ante una dieta que promete un adelgazamiento milagroso, de muchos kilos a la semana: no es posible ni saludable.
Un kilo menos a la semana: reglas
Perder un kilo a la semana es el objetivo máximo (y posible) que podemos fijar, objetivo que podremos conseguir con la ayuda de la dieta Manzanaroja. Sin embargo, para perder un kilo de masa grasa en una semana es necesario «quemar» cerca de 7000 kilocalorías y el modo más sano de hacerlo es reducir nuestras necesidades nutricionales casi 1000 calorías al día. Si, por ejemplo, tus necesidades diarias son de 2400 calorías entonces Manzanaroja te asignará una dieta de 1400 calorías.
Un kilo es, por tanto, una meta perfecta, porque permite no desmotivarse frente a objetivos irreales, y porque es un resultado posible en un tiempo relativamente breve, aspecto importante ya que en toda dieta la motivación es fundamental.
A pesar de que un régimen se va regulando según las exigencias específicas de cada uno, existen unas normas fundamentales que son válidas para todos.
Actividad física
El ejercicio físico ayuda mucho a reactivar el metabolismo y a mantener completamente en forma el sistema cardiovascular. No es necesario seguir un elaborado programa en el gimnasio; basta con realizar media hora de actividad aeróbica al día (aunque solo sea caminar a paso ligero) y aprovechar cualquier ocasión para estar activos. Por ejemplo, un hábito muy bueno es usar la escalera en vez del ascensor y caminar por casa en lugar de estarse quieto.
Comer bien
Es importante comer menos, pero, sobre todo, mejor: es bueno tomar alimentos variados, limitar al máximo las grasas y eliminar los fritos, las salsas y la sal.
Es importante conocer el aporte calórico y los nutrientes de cada alimento, ya que ello nos ayudará a decidir en la mesa (y, por tanto, a comer una comida hipercalórica y grasa solo si realmente queremos, y no por desconocimiento).
Es útil comer lentamente para digerir mejor los alimentos y dar tiempo al cerebro para que note la sensación de saciedad.
Un buen consejo es tomar pequeños y ligeros tentempiés durante el día para no llegar a las comidas principales demasiado hambrientos, siempre evitando los aperitivos hipercalóricos envasados y eligiendo, en su lugar, piezas de fruta o verdura, yogures o barritas de cereales caseras.
Pesarse una vez a la semana
Mejor no pesarse todos los días, porque el peso puede estar influenciado por el equilibrio hídrico, que cambia diariamente. Los progresos de una dieta sana y equilibrada los notaremos sintiéndonos más en forma y notando cómo los pantalones nos resultan más cómodos.
Beber mucha agua
Es fundamental beber mucho, al menos un litro y medio de agua al día, que, además de ser sano, ayuda a calmar la sensación de hambre.
Es recomendable reducir al mínimo las bebidas gaseosas y alcohólicas.
Descansar
Por último, se recomienda dormir siempre ocho horas, ya que ello ayuda a quemar mejor las calorías durante el día siguiente.