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Yogur casero: cómo prepararlo bien en pocos pasos

Tabla de contenidos

Hoy en día se sabe que el yogur es un alimento valioso y saludable. Y esto se aplica aún más a los yogures caseros. Fácil de hacer, extremadamente económico y excelente tanto en sabor como en propiedades nutricionales, el yogur casero es un experimento que vale la pena probar si quieres preparar tú mismo un producto perfecto en todos los sentidos.

Solo se necesita un poco de leche y un vasito de yogur para iniciar una producción prácticamente infinita. Sí, porque si guardas tu yogur casero puedes utilizarlo para hacer más.

Yogur casero, lo que debes saber

Si crees que para hacer un buen yogur casero necesitas decenas de utensilios, te corregimos ahora mismo. Lo único que se necesita es un iniciador, es decir, una base natural para comenzar la fermentación ácida.

Así que empieza con un simple vasito de yogur, entero o bajo en grasa según tus necesidades.

Gracias al calor, los fermentos lácticos del yogur transforman la leche en una crema con un toque agrio. Es delicioso con la fruta, pero también se utiliza como base para salsas saladas (tzatziki, por ejemplo).

¿El secreto de un yogur casero perfecto? Encontrar el equilibrio adecuado en la temperatura de los ingredientes.

La leche no debe estar demasiado caliente, de lo contrario inactivará los cultivos. Asimismo, el yogur no debe estar demasiado frío.

Receta de yogur casero

Tiempo de preparación: 15 minutos
Tiempo de cocción: 5 minutos
Tiempo de reposo: 6-8 horas
Porciones vasitos: 7
Calorías por persona: 102
Calorías totales: 720

INGREDIENTES

  • 1 l de leche entera
  • 1 vasito de yogur entero sin azúcar

INSTRUCCIONES

  1. Hierve la leche en una cacerola. Una vez que empiece a hervir, apágala.
  2. Deja que se enfríe y utiliza un termómetro de alimentos para comprobar que la temperatura esté entre 37 y 38 grados.
  3. Elimina la pátina que se ha formado. A continuación, vierte el yogur a temperatura ambiente y unas cucharadas de leche en un tarro grande. Mezcla bien, añade más leche y sigue mezclando. Vierte el resto de la leche y distribuye la mezcla en los tarros.
  4. Ciérralos bien y déjalos reposar en un lugar cálido, a unos 35 grados, lejos de las corrientes de aire. El horno apagado con la luz encendida será perfecto.
  5. Déjalo reposar durante 6-8 horas. Una vez que esté listo, déjalo enfriar a temperatura ambiente y luego guárdalo en la nevera en la parte más fría.

El yogur, un alimento (desde siempre) muy valioso

El yogur tiene orígenes muy antiguos. Los primeros pueblos que lo produjeron, principalmente en comunidades de pastores, fueron los de Asia Central en el año 6000 a.C. Se dieron cuenta de que almacenando la leche en odres construidos a partir de estómagos de animales, se creaba una crema que duraba más que la leche.

Luego, el producto se exportó a todo Occidente y, con el paso de los años, evolucionó cada vez más. Para ello, fueron esenciales una serie de estudios realizados en los años 1900 por médicos e investigadores de Europa del Este, donde el yogur se consumía en grandes cantidades.

El aislamiento de la bacteria responsable de la fermentación de la leche, el Lactobacillus bulgaricus, y los análisis sobre la longevidad de la población búlgara hicieron crecer el interés por el yogur. Esto supuso la creación de las primeras plantas industriales. A partir de entonces, el yogur llegó a los hogares de todos.

Yogur casero con la yogurtera

La yogurtera permite acelerar la producción del yogur casero. Se trata de una especie de incubadora que alberga un número determinado de tarros de cristal y proporciona la cantidad de calor adecuada para activar la fermentación.

Procedimiento

  • Coge un tarro de yogur y un litro de leche entera UHT a temperatura ambiente. En este caso, la leche ya está esterilizada y no es necesario hervirla.
  • Añade dos cucharaditas de yogur en cada tarro de cristal limpio y seco.
  • Luego, vierte la leche, tratando de añadir la misma cantidad en cada frasco.
  • Mezcla con cuidado la leche y el yogur.
  • Pon los tarros en la yogurtera sin sus tapas y cúbrelos solo con la tapa de la yogurtera.
  • Déjala trabajar durante 6-8 horas. Luego, apaga la yogurtera y si la consistencia del yogur te gusta, déjalo enfriar y después de 30 minutos cierra los tarros con su respectiva tapa.
  • Cuando estén a temperatura ambiente puedes guardarlos en la nevera. Durarán aproximadamente dos semanas.

Consejos útiles para una buena preparación

Si tu primer experimento con el yogur casero no tiene mucho éxito, no te desanimes. Todo lo contrario: aprende de la experiencia para la próxima vez.

Yogur demasiado ácido

Si el yogur está demasiado ácido, es posible que tengas que reducir el tiempo de fermentación/incubación. El yogur quedará menos compacto, pero también menos agrio.

Yogur sin sabor

Si falta un poco de sabor, puede ser que el yogur que utilizaste como base no sea de la mejor calidad. El sabor mejorará cuando lo vuelvas a preparar si utilizas como iniciador tu yogur casero, mucho más rico en cultivos y sabor. Utiliza la mitad de la cantidad que indicamos en nuestra receta.

Un suero “amarillento”

Si se forma un suero amarillento, es posible que el yogur se haya calentado demasiado. Podría ser suficiente mezclarlo para que desaparezca y usar menos iniciador la próxima vez.

Si hay agua

La formación de agua puede deberse a un cambio de temperatura durante la preparación. Es posible que el iniciador estuviera demasiado frío o la leche demasiado caliente. En este caso, tendrás que prestar atención a estos aspectos en tus próximos intentos.

También es posible que el yogur que has utilizado como iniciador no sea particularmente bueno. Prueba con otra marca.

La versión vegana del yogur casero

El yogur casero elaborado con la bebida vegetal de soja también es muy fácil de preparar. El procedimiento es prácticamente el mismo, solo cambian los ingredientes. Es decir, yogur de soja y leche de soja.

Valores y propiedades nutricionales

Como ya hemos dicho, el yogur es un alimento rico, nutritivo y saludable. No solo es una excelente fuente de proteínas especiales y calcio, sino que, gracias a la presencia de enzimas lácteas, ayuda a reactivar la población bacteriana intestinal, reequilibrando la microbiota.

Desde este punto de vista, el yogur casero es más eficaz porque cada vez que se utiliza como iniciador (siempre hay que guardar un poco) aumenta la cantidad y la actividad de los fermentos.

Por último, las propiedades nutricionales son idénticas a las del yogur industrial. Cada 100 gramos contienen 3,8 gramos de proteínas, 3,9 gramos de lípidos y 4,3 gramos de carbohidratos. A continuación, presentamos una lista de sus principales valores nutricionales.

  • Vitamina C: 1 mg
  • Calcio: 125 mg
  • Potasio: 170 mg
  • Fósforo: 105 mg
  • Vitamina A: 38 mg
  • Vitamina B1: 0,4 mg.

Yogur casero en la dieta y los menús

Consume yogur casero para desayunar por la mañana, con mucha fruta fresca, un puñado de frutos secos y semillas y cereales integrales (prueba nuestra granola de avena). El desayuno será completo y muy saciante. También podrás limitar el azúcar.

Una salsa de yogur casera aromatizada con ajo y sal para aliñar la ensalada tiene menos calorías que la clásica cucharada de aceite de la vinagreta. Igualmente, puedes utilizarlo en lugar de la mayonesa para tus emparedados.

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