¿Qué puede saber mejor que la pizza? Es la comida más confortable por excelencia y, obviamente, puedes comerla incluso a dieta. La pizza es un alimento completo, contiene proteínas, carbohidratos y grasas y, si la preparas con verduras, también fibras. Preparar la base de la pizza en casa es rápido y sencillo. Los ingredientes son pocos y económicos: sólo harina, aceite de oliva extra virgen y levadura.
La base de la pizza: usos a dieta
Puedes prepararla cuando te apetezca un antojo y una comida diferente a la habitual. Luca Piretta, nutricionista de Manzanaroja, te explica cómo incluir la pizza en un régimen dietético, en este artículo: sí a la pizza, incluso a dieta.
Puedes prepararla para su uso inmediato, teniendo cuidado de calcular el tiempo de levitación, o congelarla y tenerla siempre disponible. Lo ideal es dividir la base ya en porciones antes de meterla en el congelador, utilizando bolsas para alimentos. De este modo, podrás sacar directamente la cantidad que necesites, dejar que se descongele, extenderla y rellenarla como desees.
Base: ideas para aderezarla
La pizza es versátil, puedes aderezarla de forma sencilla con tomate, mozzarella o verduras, según tu gusto. Obviamente, eres tú quien decide si quieres reducir al máximo la grasa y elegir una pizza con verduras y sin mozzarella. Esta opción será más ligera y compatible con tu dieta. O puedes dejarla blanca y completarla sólo con aceite de oliva extra virgen, una pizca de sal y romero, si te gusta.
Intenta preparar la base con nuestra receta: verás que es fácil incluso si no tienes grandes habilidades en la cocina y al final te dará una gran satisfacción.
La receta de la base para pizza es una idea de Antonella del sitio Fotogrammi di zucchero.
Cómo preparar la base
Porciones: 4 pizzas
Calorías por Persona: 482
Calorías Totales: 1931
INGREDIENTES
550 g de harina 0
400 ml de agua tibia
4 g de levadura di cerveza seca
9 g de sal
1/2 cucharada de aceite de oliva extra virgen
INSTRUCCIONES
- Vierte la harina junto con la levadura en polvo en un bol grande y añade el agua tibia.

2. Remueve con una cuchara para mezclar los ingredientes y deja reposar durante unos 15-20 minutos.

3. Luego añade el aceite y la sal y comienza a amasar con las manos para mezclar los ingredientes.

4. Pasa la masa a una superficie de trabajo enharinada y amasa la pizza enérgicamente para incorporarle aire.

5. Coloca la masa en un bol grande ligeramente engrasado con aceite y cubierto con papel de plástico, y déjala levitar en un lugar cálido hasta que doble su tamaño: tardará unas 2 o 3 horas. También puedes reducir la levadura en la masa y aumentar el tiempo de levitación para obtener una pizza aún más digerible.

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