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Botox: Todo lo que debes saber sobre el tratamiento, beneficios, resultados y riesgos

Tabla de contenidos

La toxina botulínica, coloquialmente llamada Botox, que es una marca comercial, es la neurotoxina más potente que se conoce. Se utiliza tanto en el tratamiento de enfermedades neurológicas como en medicina estética para eliminar las arrugas y dar así al rostro un aspecto más juvenil.

Hoy en día, gracias a los conocimientos de un médico experimentado, Botox ya no es sinónimo de rostro congelado y sin expresión, sino de rostro terso. En este artículo encontrarás las indicaciones estéticas del bótox, los costos aplicados, los métodos de tratamiento y cuáles son los beneficios en comparación con los riesgos.

Botox: qué es la toxina botulínica y para quién está indicada

La toxina botulínica tipo A, más conocida por muchos como Botox, es una proteína derivada de la bacteria Clostridium botulinum, conocida por ser el veneno más tóxico que se encuentra en la naturaleza.

El nombre de toxina botulínica fue utilizado por primera vez en 1820 por el médico Justinus Kerner. En aquella época descubrió la relación entre ciertas muertes por parálisis muscular y el consumo de alimentos en mal estado. El nombre deriva del latín «botulus», que significa salchicha, y «toxin», que significa veneno.

La ciencia ha reconocido hasta ahora siete variantes de la toxina botulínica, los llamados serotipos A, B, C, D, E, F y G.

En medicina, la toxina más utilizada es la de tipo A, que se considera un medicamento de prescripción muy eficaz tanto para el tratamiento de las arrugas como en casos de trastornos neurológicos graves, músculos hiperactivos o sudoración axilar patológica.

¿Cómo funciona?

El botox paraliza los músculos durante un cierto tiempo. De hecho, la toxina bloquea la transmisión del nervio de control al músculo asociado a la glándula salival, las glándulas sudoríparas o la glándula lagrimal.

Existen varios fármacos que contienen toxina botulínica aprobados para el tratamiento, como Botox®, Dysport®, Xeomin®, Vistabel® y Neurobloc®.

Hoy en día, el fármaco está aprobado en más de 70 países para más de 20 indicaciones diferentes y solo puede ser utilizado por médicos autorizados a inyectar botulina, incluidos los de medicina estética.

Hay que recordar que el botulinum está formado por bacterias que también pueden crecer en alimentos mal conservados, especialmente en conservas de alubias o incluso salchichas. Esto puede provocar una intoxicación alimentaria potencialmente mortal llamada botulismo.

Botox: quién puede someterse al tratamiento

El candidato ideal para las inyecciones de Botox es una persona:

  • Con al menos 18 años de edad.
  • Físicamente sano.
  • Sin antecedentes de enfermedades neuromusculares como la miastenia grave o el síndrome de Eaton Lambert.
  • Que no sufre debilidad muscular.
  • Sin ptosis ni párpados caídos.
  • Sin trastornos cutáneos alrededor de los puntos de inyección.

También hay casos en los que personas poco sanas, niños o ancianos pueden someterse al tratamiento, pero únicamente con prescripción médica y para determinadas patologías concretas que veremos más adelante.

Botox para hombres y mujeres: las diferencias

El botox siempre ha sido uno de los mejores tratamientos de belleza para las mujeres porque es una forma rápida de combatir las arrugas.

Sin embargo, desde hace años, cada vez más hombres asaltan las clínicas de medicina estética para someterse al tratamiento.

Sin embargo, hay algunas diferencias:

  • Los hombres necesitan una dosis mayor de Botox, ya que tienen más masa muscular que las mujeres.
  • La técnica de inyección para los hombres es diferente a la de las mujeres debido a sus estructuras óseas.
  • Los hombres tienen una línea capilar más alta, lo que significa que el enfoque y el patrón de inyección deben modificarse para adaptarse a la forma. El riesgo es feminizar excesivamente el rostro de un hombre y conseguir un resultado antinatural.
  • Los hombres y las mujeres tienen necesidades estéticas diferentes. Por ejemplo, las mujeres suelen solicitar tratamiento en las líneas verticales del entrecejo, mientras que los hombres piden la eliminación de las patas de gallo o las líneas del ángulo externo de los ojos.

¿Para qué se utiliza la toxina botulínica?

Las inyecciones de toxina botulínica son adecuadas para tratar determinadas enfermedades y afecciones, así como en el campo de la estética.

En el primer caso, se trata de adultos y niños que padecen rigidez y tensión muscular debido a una afección neurológica u otras enfermedades, como un infarto. En concreto, el Botox se utiliza en casos de:

  • Traumatismo craneal.
  • Lesión medular.
  • Esclerosis múltiple.
  • Paraparesia espástica.
  • Parálisis cerebral.
  • Enfermedad de la motoneurona.
  • Distrofia muscular.

Las personas con estas afecciones suelen tomar también fármacos para reducir la espasticidad muscular, pero estos provocan que todos los músculos del cuerpo pierdan tono.

Las inyecciones de Botox, por su parte, pretenden alcanzar el mismo objetivo actuando únicamente sobre el grupo muscular específico en el que se inyecta, dejando intactos los demás.

¿Cómo se aplica el Botox?

El tratamiento con Botox es un procedimiento sencillo pero que requiere mucha precisión y experiencia.

Antes de cualquier tratamiento, el profesional debe realizar un examen minucioso del rostro para determinar si las inyecciones de toxina botulínica se adaptan a las necesidades reales de la persona.

Deben examinarse las expresiones faciales específicas del paciente, así como las irregularidades y los problemas de asimetría facial. El médico también debe predecir el efecto de la inyección y utilizarla de forma que no se estropeen las expresiones faciales.

Técnica de inyección de toxina botulínica

La técnica es relativamente sencilla, ya que se realiza mediante jeringuillas con agujas muy finas para inyecciones subcutáneas, que no son muy dolorosas.

El botox suele inyectarse a unos milímetros de profundidad (en los músculos de la piel) y se realiza en varios puntos repartidos por todos los músculos de la zona tratada.

Se necesitan unos diez puntos de inyección para las arrugas horizontales de la frente, de 5 a 7 puntos para las arrugas de león (es decir, las líneas mímicas que se forman en la raíz de la nariz). Mientras que para las patas de gallo, el médico necesita de 3 a 5 puntos de inyección para cada una de las zonas.

El procedimiento propiamente dicho comienza con una cuidadosa limpieza de la piel del rostro, continúa con la dilución del Botox y finaliza con las inyecciones en el rostro. Cada inyección de Botox se administra en cantidades mínimas.

Una vez terminadas las puntadas, hay que procurar no realizar ningún masaje para evitar que el producto se extienda.

Botox en la estética

En el campo de la estética, la toxina botulínica se utiliza para reducir o eliminar temporalmente las líneas finas y las arrugas de la cara.

Las zonas más tratadas son las cejas, los pliegues de la frente y las patas de gallo cerca de los ojos. Otras zonas en las que se utiliza son los músculos de la mandíbula y las arrugas cerca de los labios.

Básicamente, las inyecciones de toxina botulínica bloquean las señales nerviosas del músculo en el que se ha inyectado. Sin esa señal, el músculo es incapaz de contraerse. El resultado final es una disminución de las arrugas faciales.

Botox para los labios

El botox no hincha los labios, sino que puede actuar sobre la contracción de los músculos de los labios y de su contorno. Por lo tanto, puede corregir una asimetría y/o corregir una sonrisa gingival (las encías se muestran más de lo normal).

En algunas personas, puede reducir las arrugas verticales del labio superior causadas por una contracción permanente de la zona.

Inyecciones para elevar las cejas

Con la edad, la contracción repetida del músculo orbicular de los párpados y la flacidez de la piel de la frente, puede ocurrir que la cola de las cejas baje (ptosis de la ceja).

En este caso, el rostro parece triste y la mirada tiene menos brillo. El lifting de cejas con Botox, también llamado levantamiento de cejas, relaja los músculos que tiran de las cejas hacia abajo.

Así, se puede conseguir, según los casos, una elevación de las cejas y, en consecuencia, una apertura de la mirada. Las inyecciones pueden realizarse de forma que se eleve el cuerpo y/o la cabeza de la ceja: todo depende de los puntos de inyección.

Toxina botulínica para rejuvenecer la piel del cuello

El envejecimiento es sinónimo de arrugas en el cuello y de los famosos cordones detrás de la barbilla (cordones platismales, «cuello de pavo»). Para rejuvenecer un cuello y mejorar el óvalo facial, se puede inyectar toxina botulínica.

Como resultado, se restringe la contracción muscular del músculo cutáneo, reduciéndose así los pliegues.

Botox: precios y duración

Estos fármacos no actúan de forma permanente, sino que tienen una duración variable que varía entre hombres y mujeres y de acuerdo a otros factores.

Según algunos estudios, el tratamiento dura más tiempo en los hombres, entre 4 y 6 meses. Mientras que en las mujeres los efectos duran algo menos, entre 3 y 5 meses.

Sin embargo, la duración también depende de otros factores. Por ejemplo:

  • La zona tratada.
  • Tipo de Botox utilizado.
  • Concentración.
  • Edad y sexo del paciente.
  • Hábitos.

Tras una inyección terapéutica, el efecto mejora día a día y alcanza su punto álgido al cabo de un mes aproximadamente.

El tratamiento suele costar una media de unos 300 euros y varía en función del especialista al que se acuda y de la zona tratada.

Por ejemplo, de media:

  • Arrugas horizontales de la frente entre 150 y 200 euros.
  • Patas de gallo entre 150 y 200 euros.
  • Frente a unos 300 euros.
  • Las 3 zonas entre 300 y 450 euros.
  • Cuello entre 150 y 250 euros.

Beneficios y contraindicaciones del botox

Beneficios de las inyecciones de toxina botulínica

Existen otras formas de tratar y mejorar las arrugas y líneas de expresión faciales. Pero, ¿por qué el Botox? He aquí cinco razones por las que la mayoría de la gente elige el Botox en lugar de otros procedimientos.

Procedimiento no quirúrgico

Otros procedimientos, como el lifting facial, pueden resolver el problema de las arrugas, pero implican varias semanas de recuperación. El Botox, en cambio, es un procedimiento que no implica cirugía ni láser y, por lo tanto, no obliga a un tiempo de inactividad.

Rápido y de fácil acceso

El botox es un procedimiento rápido, de unos 20 minutos, a veces menos, que se realiza en la consulta del médico o en clínicas de medicina estética. No requiere anestesia y es fácilmente accesible a cualquier persona que desee realizarla, a menos que un médico aconseje lo contrario.

Seguridad

El Botox es un tratamiento aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) y, por tanto, es seguro siempre que lo realicen profesionales médicos cualificados y con experiencia.

Resultados duraderos

Aunque los efectos completos del Botox tardan unos días en manifestarse, una vez que lo hacen duran varios meses, incluso hasta seis.

Puede tratar la migraña crónica y otras afecciones

Una vez inyectado en determinadas zonas de la cabeza y el cuello, puede ayudar a reducir la migraña crónica. También puede utilizarse para el control del dolor y el tratamiento de la hiperhidrosis o sudoración excesiva, el ojo vago, el blefaroespasmo, la rigidez muscular y la distonía cervical.

Mejora la confianza en uno mismo

Tanto hombres como mujeres parecen más jóvenes y tienen una piel más lisa y uniforme gracias al Botox. Esto suele aumentar la autoestima y ayuda en la vida social.

Botox: riesgos

Las inyecciones de Botox son bastante seguras siempre que las aplique un médico con experiencia. Los posibles efectos secundarios y complicaciones incluyen:

  • Dolor, hinchazón o hematomas en el lugar de la inyección.
  • Dolor de cabeza o síntomas gripales.
  • Párpado caído o cejas arqueadas.
  • Sonrisa torcida y posible babeo lateral.
  • Ojos secos o lagrimeo excesivo.

Aunque es muy improbable, la toxina botulínica podría extenderse desde el lugar de la inyección al resto del cuerpo. 

Por eso, después de una inyección de Botox es importante vigilar la situación y llamar al médico inmediatamente si se aprecia alguno de estos síntomas:

  • Debilidad muscular.
  • Problemas de visión.
  • Dificultad para hablar o tragar.
  • Problemas respiratorios.
  • Incontinencia urinaria.

Por lo general, los médicos desaconsejan el uso de Botox durante el embarazo o la lactancia y no debe utilizarse en personas alérgicas a las proteínas de la leche de vaca.

Fuentes

  1. Botox (Botulino) – Uso estetico – ISSalute.
  2. Antirughe. info.
  3. Magazine.x115.
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