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En el día a día: ¡celíacos sin preocupaciones!

De la compra sin gluten a la vida social: ¡celíacos sin preocupaciones!

Tabla de contenidos

Tras el diagnóstico de la enfermedad celíaca, la compra sin gluten, que podemos considerar una auténtica “compra desenfrenada” de alimentos, puede ser una forma estupenda de empezar a familiarizarse con la enfermedad.

Al principio, la dieta sin gluten, que implica la eliminación total y permanente del gluten de la dieta, puede resultar confusa. Y las primeras dudas suelen girar en torno a la disponibilidad de alimentos sin gluten. A menudo, la gente se imagina que la dieta sin gluten es “triste” e insípida. Pero no es así en absoluto.

Aquí tienes algunos consejos útiles para que puedas dedicarte a la compra sin gluten, cambiar tus hábitos alimentarios, obtener el mayor número posible de ventajas y beneficios y, por qué no, divertirte en la cocina, experimentando con recetas sencillas y sabrosas.

¿Te enfrentas a la compra sin gluten? Organízate así

De la compra sin gluten a la vida social: ¡celíacos sin preocupaciones!

Los hábitos de un celíaco cambian empezando por la compra. Al recorrer las estanterías de un supermercado, es bueno tener en mente qué alimentos pueden formar parte de la dieta sin gluten.

Parece complicado, pero no lo es. En primer lugar, para saber si un producto está permitido o no en la dieta sin gluten, los alimentos se dividen en tres macrocategorías:

  • Permitidos, es decir, que pueden consumirse porque no contienen gluten por naturaleza o pertenecen a categorías de alimentos sin riesgo.
  • De riesgo, es decir, que pueden contener gluten y, por tanto, no son adecuados;
  • Prohibidos, porque contienen gluten.

En el supermercado, sin embargo, es imprescindible dar un paso más: aprender a leer atentamente las etiquetas de los productos. Si no figura en el manual, un alimento sin gluten debe cumplir al menos una de estas 2 normas:

  • El envase debe llevar la mención “sin gluten”, la única que garantiza la seguridad del producto para los celíacos. Otras inscripciones como “no contiene gluten”, etc., son inútiles o engañosas;
  • El símbolo de la espiga de trigo tachada debe figurar en el envase.

¿Hemos llenado el carrito siguiendo estos sencillos consejos? Bueno, ¡ahora estamos listos para divertirnos en la cocina!

¿Cómo transformamos nuestra despensa?

De la compra sin gluten a la vida social: ¡celíacos sin preocupaciones!

En general, la despensa de una cocina sin gluten es muy similar a la de una cocina convencional. Conscientes del riesgo de contaminación y habiendo tomado todas las precauciones necesarias, sólo nos queda disponer nuestros comestibles sin gluten en las distintas estanterías.

Un pequeño truco para encontrar los alimentos inmediatamente, y no arriesgarse a confusiones, puede ser separar, tanto en las estanterías como en la nevera, los alimentos con gluten de los que no lo tienen. Esto puede ser especialmente útil si tienes un hijo celíaco, porque así tendrá una idea clara de su “zona prohibida”.

Imaginando la compra sin gluten, ¿te parece que la despensa está más vacía? No hay nada más equivocado. Es cierto, el gluten está presente en muchos platos que estamos acostumbrados a comer y que forman la base de nuestra dieta mediterránea (pan y pasta sobre todo). Sin embargo, tómate un segundo para descubrir cuántos alimentos de los que consumimos a diario no contienen gluten por naturaleza (por ejemplo, arroz, patatas, legumbres, pescado, carne, huevos, verduras y frutas, leche y queso, maíz).

A estos, simplemente añade otros ingredientes (como quinoa, mijo, amaranto, teff, etc.) y ¡listo! La buena noticia es que puedes descubrir nuevos alimentos: ¡la dieta sin gluten será mucho menos aburrida, además de más sana!

En la cocina y en el restaurante, ¡celíacos sin preocupaciones!!

De la compra sin gluten a la vida social: ¡celíacos sin preocupaciones!

En la vida social, por fin ha llegado tu gran oportunidad: pasteles, magdalenas, galletas, sándwiches, pizzas… siguiendo una dieta sin gluten, tendrás un empujón extra para hacerlos en casa y divertirte en la cocina. Hay muchas razones para ello, la primera y más importante es la ventaja de preparar en casa recetas sanas, nutricionalmente equilibradas y saludables, que puedes alternar con productos envasados.

¿Te dan miedo los pasteles y los dulces en general? Te equivocas al pensarlo, porque pronto descubrirás que preparar platos sin gluten en casa es mucho más fácil de lo que parece. También será un buen hábito que resultará útil en caso de invitación a comer o cenar en casa de otras personas.

Pero, ya sabes, la vida social también significa salir y disfrutar de un poco de socialización. ¿Cómo cambiarán los almuerzos de los domingos y las salidas a restaurantes con amigos tras el diagnóstico? Borra de tu mente cualquier temor al ayuno. La oferta gastronómica sin gluten es bastante rica, y no sólo en las grandes ciudades. No olvides descargarte aplicaciones para smartphone, que pueden avisarte en tiempo real de las direcciones correctas donde encontrar tus productos sin gluten favoritos.

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