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Estilo de vida durante el embarazo: hábitos para ti y tu bebé

Tabla de contenidos

¿Acabas de enterarte de que estás embarazada? Enhorabuena, el embarazo es un momento mágico en la vida de una mujer y una espera estar en el séptimo cielo, pero a menudo no es así, en parte por las hormonas, en parte por todos los malestares asociados al embarazo. En ocasiones, el embarazo también se convierte en algo muy complicado de llevar, porque algunas de nosotras convivimos con náuseas o contracciones, o incluso nos vemos obligadas a permanecer en cama para no poner en riesgo nuestro embarazo.

Tanto si es el primero como el segundo, es importante comprender que cada embarazo es una experiencia en sí misma y que en cada uno hay que esforzarse al máximo para gestionar estos nueve meses de trastornos emocionales y físicos.

En primer lugar, estás a punto de vivir uno de los momentos más importantes de tu vida, pasarás por periodos de felicidad total y también por momentos de depresión o preocupación. Además, tu cuerpo cambiará, al igual que tu visión de la vida e incluso tus impulsos alimentarios.

Preparar tu cuerpo para darle la bienvenida a un bebé significa tener un peso normal y hacer ejercicio al menos tres veces por semana.

También es esencial mantener una dieta equilibrada sin carencias vitamínicas, por lo que es importante comer 5 raciones de fruta y verdura al día. 

Empezar ya con sobrepeso pone en riesgo tu salud y la del bebé, exponiéndote al riesgo de:

  • Parto prematuro.
  • Diabetes gestacional.
  • Hipertensión arterial.
  • Preeclampsia.
  • Macrosomía (para el bebé).

Hábitos alimenticios en el embarazo

Una dieta equilibrada durante el embarazo es esencial para tu salud y la de tu futuro bebé.

En realidad, no es necesario comer por dos: el aumento de peso óptimo en el embarazo oscila entre 9 y 16 kilos, dependiendo de si la mujer tiene un peso normal al inicio del embarazo o si tiene sobrepeso o un embarazo de gemelos.

He aquí el aumento de peso medio de una mujer de peso normal:

  • en el primer trimestre su peso puede aumentar ligeramente (entre 0,5 y 2 kilos)
  • a partir del cuarto mes, su peso aumenta una media de 0,5 kilos/semana.

El consejo es comer un poco más (20/30% más) y, sobre todo, seguir una dieta variada, hacer 4-5 comidas al día y beber al menos 2 litros de agua baja en minerales para evitar la retención de líquidos.

Si te interesa este tema, consulta nuestro artículo en profundidad sobre la dieta durante el embarazo.

Café durante el embarazo

El café, como todas las bebidas que contienen sustancias denominadas “nerviosas” (té, bebidas de cola, chocolate), debe tomarse con moderación porque la cafeína atraviesa la placenta.

La regla general es evitar los excesos y regular el consumo de todos los demás alimentos y bebidas que contengan cafeína, sin tener que renunciar necesariamente al café de la mañana.

Olvídate del alcohol durante el embarazo

El alcohol llega al feto directamente a través del cordón umbilical y sus efectos negativos están demostrados. Las mujeres que beben alcohol tienen mayor riesgo de aborto y el feto también corre el riesgo de sufrir defectos congénitos.

Durante la embriogénesis (es decir, las primeras 8 semanas) la sensibilidad al alcohol alcanza su punto máximo. Durante este periodo crucial, el óvulo fecundado experimenta una serie de transformaciones que conducen al desarrollo del embrión. La mayoría de los defectos congénitos se producen durante estas primeras semanas de embarazo, por lo que se aconseja evitar el consumo de alcohol.

Después de la octava semana y hasta el parto, el feto es menos “frágil” porque está en pleno crecimiento, pero el alcohol puede provocar malformaciones en ciertas partes del cerebro y, entre otras cosas, la muerte de neuronas. Esto se manifiesta al momento del parto por una reducción del tamaño del cerebro.

La ingesta de altas dosis de alcohol durante el embarazo es responsable del síndrome alcohólico fetal, caracterizado por:

  • retraso del crecimiento
  • anomalías neurológicas (microencefalia)
  • deterioro de la atención y el aprendizaje.
  • trastornos auditivos
  • anomalías cardíacas y craneofaciales.

También se ha observado un síndrome de abstinencia, el llamado síndrome alcohólico fetal, similar al síndrome de abstinencia de narcóticos. Por ello, durante el embarazo se recomienda abstenerse de beber alcohol o no beber más de 1-2 vasos a la semana.

Estilo de vida para un embarazo tranquilo

Además de comer y beber mucho, el consejo es dormir mucho, sobre todo en el primer trimestre. Acuéstate pronto y, entre otras cosas, lávate las manos a menudo para evitar infecciones y virus.

Consumo de tabaco y embarazo

En Italia, aproximadamente 4,5 millones de mujeres fuman y tan solo una de cada cuatro deja de fumar durante el embarazo.

En primer lugar, fumar durante el embarazo supone exponer al feto al riesgo de parto prematuro, determinadas malformaciones congénitas y el síndrome de muerte súbita del lactante.

De hecho, la nicotina puede dañar la placenta, lo que provoca una reducción del flujo placentario: esto se traduce en menos nutrientes para el bebé, que podría tener problemas de crecimiento.

Otra sustancia presente en los cigarrillos es el monóxido de carbono, que, además de ser perjudicial para la madre, reduce la cantidad de oxígeno para el feto y puede atravesar la placenta y provocar, junto con las demás sustancias cancerígenas presentes en los cigarrillos, malformaciones fetales, sobre todo en los primeros meses.

Fumar durante el embarazo tiene consecuencias no solo para ti, sino también para el bebé.

Fumar durante el embarazo: los riesgos

Según el Ministerio de Sanidad, las consecuencias más importantes son:

  • aborto espontáneo
  • precocidad del feto
  • bajo peso al nacer
  • mortalidad prenatal
  • Síndrome SMSL (muerte súbita del lactante).

El cigarrillo electrónico tampoco está exento de peligros. En un informe publicado en agosto de 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó prohibir los cigarrillos electrónicos a menores y mujeres embarazadas.

Los inhaladores eléctricos de nicotina pueden tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo cerebral.

Las mujeres que siguen fumando antes y durante el embarazo pueden padecer:

  • embarazo extrauterino
  • aborto espontáneo
  • placenta previa
  • desprendimiento de placenta
  • parto prematuro
  • retraso del crecimiento fetal.

Muchas mujeres pueden sentir aversión por los cigarrillos, así como por el café, el alcohol y determinados alimentos. Si perteneces a esta categoría, puedes considerarte afortunada.

Sin embargo, si no sufres náuseas y sientes un fuerte deseo de fumar, es posible que necesites ayuda para dejar de fumar: el consejo es que hables con tu médico, que podrá sugerirte el método más adecuado para ti.

Es muy importante pedir ayuda si sientes la necesidad, porque tener que dejar el cigarrillo puede generar mucho estrés, que también es perjudicial para el feto.

Relaciones sexuales durante el embarazo

Uno de los temas más delicados, sobre todo en relación con el embarazo, es el sexo. Toda mujer que espera un bebé siente que tiene una gran responsabilidad y junto con ella vienen mil dudas, mil miedos. Entre ellos está el miedo a dañar al bebé a través de la actividad sexual.

Mantener relaciones sexuales durante el embarazo no es peligroso si te sientes bien, pero si tienes un embarazo de riesgo, tu médico te aconsejará que no lo hagas. Hay situaciones médicas, ginecológicas, como el riesgo de aborto, o la posición anormal de la placenta (llamada placenta previa) en las que se recomienda reposo a la paciente, así que la actividad sexual también debe suspenderse.

¿Cómo se vive la sexualidad durante el embarazo? Cada mujer tiene una experiencia diferente, algunas no sienten deseo mientras que otras tienen un mayor deseo sexual. En general, existen diferencias en función del periodo del embarazo.

  • Las náuseas en el primer trimestre pueden ser un motivo de disminución del deseo.
  • El segundo trimestre suele ser el mejor desde el punto de vista de la sexualidad.
  • En el tercer trimestre se produce un nuevo declive relacionado con la imagen corporal que las mujeres consideran inadecuada, pero también con el miedo a hacer daño al bebé.

Mantener relaciones sexuales al final del embarazo puede ser útil para inducir el parto.

De hecho, mantener relaciones sexuales después de la semana 38 permite modificar más fácilmente el cuello del útero, lo que es esencial para el inicio del parto, ¡así que no tengas miedo! Mantener relaciones sexuales al final del embarazo no solo no es peligroso, sino que incluso puede ser extremadamente útil.

Cómo mantener relaciones sexuales durante el embarazo

Hay posiciones mejores que otras, por ejemplo la posición de lado, porque permite una penetración especialmente profunda sin cargar el vientre, mientras que la posición del misionero no es ideal cuando el vientre empieza a ser voluminoso

Las contracciones debidas a las relaciones sexuales no pueden crear riesgo de aborto espontáneo en los primeros meses ni de parto prematuro en los últimos.

Estrés en el embarazo

Por qué te sientes estresada durante el embarazo

Pronto serás madre. Sí, es una gran responsabilidad, pero ante todo es una felicidad total sentir que un ser crece dentro de ti, darlo a luz, sostenerlo, amamantarlo y verlo crecer. ¿Estás a punto de vivir la experiencia más bonita del mundo y quizá por eso a veces te sientes deprimida?

Es natural que te sientas estresada durante el embarazo: a algunas mujeres les ocurre al principio del embarazo porque temen un aborto espontáneo o una malformación, a otras les ocurre hacia el final porque temen el nacimiento y la nueva vida que se avecina.

El embarazo dura nueve meses también para ayudar a la futura madre a aceptar los cambios. Así que es normal tener preguntas y cierta ansiedad.

Cómo controlar el estrés durante el embarazo

Tómate tiempo para ti

¿Temes por la salud de tu bebé a causa de las próximas ecografías o pruebas, o incluso por el parto?  Sea cual sea el motivo, aquí tienes algunos consejos para vivir un embarazo sin estrés. No tienes por qué culparte si te tomas tiempo para ti, porque darte tiempo para ti te relajará. Si trabajas durante el embarazo, haz una pausa para comer que te ayude a reponer fuerzas. Durante las horas de trabajo, mantén los pies en alto y, una vez en casa, limita los esfuerzos. Pide ayuda a tu pareja, a un amigo o, si puedes, a una empleada doméstica.

Si estás cansada, acuéstate temprano: tu cuerpo trabaja duro para nutrir al bebé y ayudarlo a desarrollarse, por lo que necesita dormir para mantenerse vigoroso.

¿Ya eres madre? Entonces puede que te cueste más encontrar tiempo para ti. Si te sientes muy cansada y estresada, no dudes en pedir ayuda.

La importancia del diálogo

Si temes no estar a la altura de tu papel de madre, debes saber que no eres la única que lo teme.  Habla con tu ginecólogo o matrona, pero también con tu pareja. Al hablar en voz alta de tus preocupaciones, el estrés disminuirá y los miedos se desvanecerán.  También puedes apuntarte a una clase prenatal para intercambiar opiniones, dudas y dificultades: seguro que encuentras apoyo.

Embarazo y ruido

Una de las razones del estrés es el ruido. La Organización Mundial de la Salud ha fijado un umbral de 55 decibelios durante el día y de 45 decibelios por la noche como límites por encima de los cuales existen riesgos para la salud. ¿Quizá vives en un entorno muy ruidoso? Las embarazadas son aún más sensibles al ruido: el claxon de los coches, el llanto de los bebés, las peleas entre compañeros de oficina son una fuente de estrés para ti y para tu bebé.

En casa: pon la televisión y la radio a bajo volumen, baja al mínimo el tono del móvil y del despertador.

Libros sobre el embarazo

Un excelente agente antiestrés es la lectura, una novela por ejemplo, pero también un libro sobre el embarazo que te explique lo que ocurre en tu interior y desmonte los muchos falsos mitos sobre el embarazo.

La lectura es un momento de relax y una oportunidad para proyectarte imaginando tu vida futura junto a tu pareja y tu bebé.

Los libros sobre el tema de la crianza también son una oportunidad para hacer balance de uno mismo y de la forma en que quiere educar al bebé.

Dormir durante el embarazo

Primer trimestre

El aumento de estrógenos y progesterona desencadena varios cambios en el ciclo del sueño y esto hace que te sientas más cansada.

La hipersensibilidad de las mamas y los pezones, así como el aumento del volumen mamario, pueden impedirte encontrar una postura cómoda. Puedes probar a dormir de lado con una almohada entre las piernas.

Poco a poco, el bebé crece y ejerce una presión cada vez mayor sobre la vejiga, lo que puede obligarte a levantarte varias veces durante la noche.

Además, uno de los síntomas más comunes de los primeros meses de embarazo son las náuseas. Esto se debe a cambios hormonales, entre los que desempeña un papel fundamental el aumento de la gonadotropina coriónica humana (Beta-hCG), una hormona que se produce a los pocos días de la concepción.

Segundo trimestre

En general, el sueño está menos alterado durante el segundo trimestre. El nivel de hormonas disminuye al igual que las náuseas. Durante este periodo, puede que te sientas menos cansada y duermas mejor.

Pero el útero en expansión se apoya en el estómago y los intestinos, lo que puede provocarte ardor en el estómago.

Dado que las fases del sueño paradójico (o REM) son más frecuentes, es posible que tengas muchos sueños durante este periodo.

Tercer trimestre

Tu vientre crece cada vez más y puedes experimentar dolor de espalda, dolores musculares y una sensación general de malestar.  Y no solo eso, tus articulaciones y ligamentos se vuelven cada vez más elásticos a medida que se preparan para el parto. Todos estos cambios pueden impedir que encuentres una postura cómoda para dormir.

Durante ese tiempo, es posible que te sorprendas jadeando porque la presión del vientre presiona el diafragma. Si no puedes cerrar los ojos durante toda la noche, habla con tu médico.

Durante el tercer trimestre, también puede que sufras el síndrome de las piernas inquietas.

Aquí tienes algunos consejos para aliviar las molestias si las sufres:

  • no te impidas mover las piernas cuando sientas la necesidad de hacerlo
  • toma un baño caliente y masajéate las piernas antes de acostarte para relajarte y conciliar el sueño.

También puedes sufrir calambres nocturnos.

Embarazo y medicamentos

Durante el embarazo, los fármacos, algunas plantas medicinales, las vitaminas y los suplementos pueden atravesar la placenta y poner en peligro a tu bebé. Por ello, se recomienda consultar al médico ante cualquier malestar. Esto no significa que no debas tratarte si tienes fiebre, tos o resfriado; de hecho, si te encuentras mal debes tomar los remedios apropiados, pero es esencial que sigas los consejos de tu médico/ginecólogo.

Si padeces de una enfermedad crónica (diabetes, etc.) y tomas medicamentos, tu médico te explicará qué hacer durante estos nueve meses.

El consejo es que consultes la página web del Ministerio de Sanidad para saber qué medicamentos puedes tomar durante el embarazo.

Cómo curar algunas dolencias del embarazo

Fiebre durante el embarazo

Tener fiebre durante el embarazo no es peligroso ni para ti ni para tu bebé. Si tienes fiebre baja (37,5) que persiste durante varios días, llama a tu médico.

Si tienes fiebre alta (más de 38 grados) consulta a tu médico porque podría provocarte contracciones. Entre los antibióticos, si se prescriben, la amoxicilina y la ampicilina (penicilinas) son los fármacos recomendados durante el embarazo y la lactancia, mientras que el ácido acetilsalicílico y el ibuprofeno deben evitarse durante el embarazo, en lugar de ello puede ser útil el paracetamol para bajar la temperatura.

Embarazo y resfriados

El resfriado también es una dolencia frecuente durante el embarazo. Para deshacerte de él, como sugiere la AIFA (Agencia Italiana del Medicamento), aquí tienes algunos consejos:

  • descansa
  • sigue una dieta rica en frutas y hortalizas para ingerir la cantidad adecuada de vitaminas y minerales
  • bebe mucho (agua e infusiones)
  • aerosol con solución salina (no añadir medicamentos).

Recuerda que solo debes tomar antibióticos en caso de infección debida a bacterias (por ejemplo, bronquitis) y con prescripción médica.

Dolores de cabeza durante el embarazo

Para quienes sufren dolores de cabeza durante el embarazo (cefalea o migraña), la AIFA (Agenzia Italiana del Farmaco) recomienda probar tratamientos alternativos como:

  • acupuntura
  • masaje
  • biorretroalimentación
  • descanso
  • técnicas de relajación.

En caso de cefalea aguda, puedes tomar paracetamol por prescripción médica.

Consulta en la web de la AIFA la lista exhaustiva de enfermedades y tratamientos autorizados durante el embarazo.

Embarazo y drogas

El consumo de drogas durante el embarazo conlleva múltiples riesgos para el feto, dependiendo del tipo de droga consumida, la dosis, la vía y la duración del consumo.

Las drogas de uso común actúan sobre el feto por dos mecanismos diferentes, directamente tras el paso placentario e indirectamente al afectar a la circulación útero-placentaria y a las condiciones de homeostasis materna.

En cualquier caso, todas las drogas atraviesan la placenta y pueden tener consecuencias negativas para el desarrollo del embarazo y el feto.  Entre ellas figuran la cocaína, el éxtasis, los alucinógenos (LSD, setas, etc.), las anfetaminas y los opiáceos (heroína, morfina, etc.).

Drogas en el embarazo: riesgos para el bebé

Algunas de estas drogas, si se consumen durante el embarazo, pueden causar el síndrome de abstinencia prenatal al nacer

Los síntomas son:

  • llanto constante
  • irritabilidad
  • temblores
  • dificultad para alimentarse, etc.

Entre las drogas más consumidas está la cocaína. La cocaína atraviesa fácilmente la placenta, acumulándose en el tejido fetal en concentraciones mucho más elevadas que en la sangre de la madre.

Los riesgos son distintos: la madre tiene más riesgo de hipertensión y de reducir el flujo sanguíneo al bebé, proporcionándole menos oxígeno.

La hipoxia (falta de oxígeno) del bebé provoca retraso del crecimiento, parto prematuro y un mayor riesgo de rotura prematura de membranas y complicaciones en el parto.

Embarazo y mascotas

Embarazo y mascotas

Si tienes un gato: cuidado con la toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una enfermedad causada por un protozoo (Toxoplasma gondii) que puede infectar a diversos animales. Por ello, la mejor forma de prevenir la infección es lavar bien las verduras del huerto, lavándote bien las manos después de tener contacto con ellas, y cocinar bien la carne.

Los gatos también transmiten la toxoplasmosis a través de las heces. La mayoría de las personas que tienen un gato ya han padecido toxoplasmosis sin siquiera saberlo.

Riesgos para la mujer embarazada: aunque generalmente es benigna, la toxoplasmosis no lo es para la mujer embarazada porque puede atravesar la placenta. En cuanto sepas que estás embarazada, entre los numerosos exámenes, deberás hacerte también una prueba de toxoplasmosis para saber si estás o no inmunizada, ya que una vez contraída esta enfermedad tienes una inmunidad permanente y, por tanto, ya no corres el riesgo de enfermarte de nuevo.  

Si nunca has contraído toxoplasmosis, debes tener mucho cuidado (sobre todo los seis primeros meses de embarazo) porque puede tener graves consecuencias para el feto. Cuanto antes se produzca la infección, mayores serán los daños:

  • parto prematuro
  • aborto espontáneo
  • anomalías del sistema nervioso, etc.

Si tienes un gato en casa: aléjate de la caja de arena para gatos durante 9 meses. Si no hay nadie que pueda limpiarla, ponte guantes cuando lo hagas y lávate bien las manos inmediatamente después. Las células no son infecciosas durante las primeras 24 horas, por lo que el consejo es limpiar la caja de arena todos los días.

Perros, gatos, conejos, hámsters: portadores de la tiña

La tiña también es una enfermedad benigna para la mayoría de nosotros, pero no para la mujer embarazada.

La tiña la transmite un hongo llamado Microsporum canis y acecha en el pelaje y las plumas de nuestros animales. Provoca picores.

Aquí tienes algunas recomendaciones:

  • lávate bien las manos después de tocar a tu mascota
  • evitar el contacto con la boca porque el hongo también se transmite por esa vía.

Si tienes erupciones y picores, consulta a tu médico. El tratamiento utilizado para tratar la tiña está contraindicado durante el embarazo, por lo que podrá recomendarte un tratamiento local con una crema. También será importante desinfectar toda la casa porque el hongo de la tiña se esconde en las alfombras, en la ropa, etc.

No olvides pedir consejo a tu ginecólogo, pero también a tu veterinario, sobre el tratamiento de tu mascota.

Perros, gatos, aves, anfibios y reptiles: riesgo de salmonelosis

La salmonela es una bacteria que se ha aislado en varias infecciones divididas en formas tifoideas (responsables de las formas más graves), en las que el ser humano es el único reservorio del microorganismo, y formas no tifoideas, causadas por las denominadas salmonelas menores, responsables de las formas clínicas con manifestación gastroentérica prevalente.

La salmonelosis es una enfermedad bacteriana (salmonela) que puede provocar un aborto espontáneo si la contrae una mujer embarazada. También puede contraerse al comer carne cruda, huevos poco cocinados o mariscos.  

Si tienes animales en casa, evita el contacto con ellos durante el embarazo.

  • Evita limpiar la pecera
  • Deja al animal en una jaula.

Los síntomas son molestias gastrointestinales (náuseas, vómitos, dolor abdominal y fiebre).

El consejo es consultar al médico inmediatamente.

Embarazo y vuelo

¿Estás embarazada y no sabes si puedes volar? Consulta siempre a tu médico y a la compañía aérea.

De hecho, algunas compañías aéreas exigen la presentación de un certificado médico antes de subir al avión.

Si piensas viajar después de la semana 28 de embarazo, es mejor que lo hagas acompañada de alguien que pueda ayudarte en caso de necesidad. 

El consejo es que lleves ropa holgada durante el viaje y medias de compresión si haces un viaje largo para favorecer la circulación sanguínea y evitar problemas vasculares.

Evita llevar equipaje pesado.

Consejos durante el vuelo

  • Levántate y camina de vez en cuando
  • Masajea tus piernas
  • Ajústate el cinturón bajo la barriga
  • Bebe regularmente
  • Evita los almuerzos abundantes.

Después del séptimo mes. Muchas compañías aéreas no piden el certificado antes de la semana 29. Esto solo es válido si estás viviendo un embarazo sereno. Si quieres coger un avión en el octavo mes de embarazo, casi todas las compañías aéreas te exigirán el certificado.

Por último, coger un avión en el noveno mes de embarazo puede ser peligroso: no hay que subestimar el riesgo de dar a luz en un avión.

Embarazo y desplazamientos en automóvil

A menos que estés pasando por un embarazo de alto riesgo por el que te hayan prohibido explícitamente el uso del automóvil, con un poco más de cuidado puedes sentarte en el asiento del conductor durante los nueve meses.

Durante los tres primeros meses, marcados por el cansancio y muchas horas de sueño, tienes que tener en cuenta cuándo y cuánto tiempo conduces. Este particular estado de agotamiento puede favorecer los accidentes y las distracciones. Pero no hay ningún motivo médico concreto por el que esté prohibido conducir.

En el segundo trimestre, un periodo de gran energía, no parece haber complicaciones. Como mucho, dado el aumento de peso y la dificultad cada vez mayor de permanecer sentado durante largos periodos, es necesario hacer pausas frecuentes para que las piernas descansen y la circulación se reactive.

Un consejo que se aplica aún más en el último trimestre, con la barriguita del bebé asomando y dificultando aún más los movimientos. Es precisamente en este periodo cuando se tiende a alejar mucho el asiento del volante, haciendo que los brazos sufran tensiones antinaturales y acentuando la posible lentitud de reflejos y de acción.

Así pues, en el tercer trimestre, lo mejor es evitar viajar sola, al volante o, mejor aún, como pasajera, para ahorrarse el estrés de conducir. Por último, elige rutas que no sean demasiado accidentadas para evitar un estrés excesivo.

Cinturón de seguridad durante el embarazo

El Código de la Circulación (artículo 172, apartado 3) prevé la exención de su uso únicamente para las mujeres embarazadas en situaciones especiales de riesgo certificadas por un ginecólogo.

Para todas las demás, aunque cuanto más crece el vientre más aumenta la sensación de opresión, el cinturón debe abrocharse colocando la parte diagonal entre el pecho y el vientre y la parte horizontal entre el vientre y los muslos.

Si te sientes agobiada con el cinturón de seguridad, debes saber que también existen adaptadores para el cinturón de seguridad durante el embarazo.

Belleza e higiene durante el embarazo

Dientes y embarazo

Las encías de la embarazada reaccionan de forma excesiva a la presencia de placa bacteriana, lo que puede provocar inflamación de las encías y sangrado frecuente: es lo que se denomina gingivitis. 

Algunas mujeres con náuseas y vómitos frecuentes durante el primer trimestre pueden ver cómo se deteriora su esmalte debido a la acidez gástrico-biliar. Los dientes se vuelven hipersensibles y pueden causar dolor.  Si no se cuidan los dientes, una simple caries puede convertirse en un absceso dental que hay que tratar, porque una infección no tratada puede contribuir a aumentar el riesgo de parto prematuro. 

Para evitar situaciones complicadas y dolorosas, si estás planeando un embarazo, lo ideal es visitar al dentista con regularidad. El dentista aprovechará esta visita para limpiarte los dientes y comprobar que no tengas caries.

Si, por el contrario, ya estás embarazada, programa una visita durante el segundo trimestre de embarazo, que es el periodo ideal.

Pero no te preocupes, durante el embarazo tu dentista también puede tratar problemas agudos o desvitalizar un diente.

También se puede realizar una radiografía panorámica para detectar posibles caries. Aunque el radio esté lejos de tu vientre, el dentista te colocará un delantal de plomo para proteger al feto de la radiación. La anestesia dental también puede aplicarse durante el embarazo. En cambio, es mejor evitar tratamientos largos y dolorosos como la colocación de prótesis dentales.

Por último, en el embarazo es más frecuente tener formas de gingivitis y además pueden aparecer extroversiones interdentales llamadas Epulides gravídicas o Granuloma piógeno, que generalmente se localizan en la arcada superior y suelen desaparecer después del embarazo.

El cabello en el embarazo

Las hormonas producidas durante el embarazo también tienen un efecto sobre el cabello, estimulando su crecimiento. El cabello se vuelve más grueso y suele caerse menos. También puede ser menos graso, ya que la acción de los estrógenos tiende a reducir la cantidad de sebo.

En cambio, al final del embarazo, el descenso de estrógenos y otras hormonas puede provocar un aumento de la caída del cabello, pero es totalmente reversible. Así que no te preocupes.

Piel durante el embarazo

No les ocurre a todas, pero sí a muchas: las embarazadas suelen tener una piel bonita, suave y resplandeciente. Esto se debe a la irradiación de la epidermis: durante el embarazo, el volumen sanguíneo aumenta y los capilares se dilatan, lo que favorece un mayor flujo sanguíneo, especialmente evidente a nivel epidérmico.

Este aumento de la circulación de la piel es también la causa de una mayor nutrición y una renovación celular más rápida, lo que hace que la piel parezca más joven y luminosa.

Los cambios hormonales del embarazo pueden provocar “cambios fisiológicos de la piel“.

Entre las más comunes se encuentran la pigmentación con hiperpigmentación y el melasma.

La hiperpigmentación es muy frecuente en el embarazo, sobre todo si tienes un fototipo oscuro. La hiperpigmentación generalizada suele observarse en zonas ya pigmentadas normalmente, como las areolas mamarias, los genitales, las axilas y la cara interna de los muslos.

La hiperpigmentación comienza al principio del embarazo, aumenta progresivamente a lo largo del mismo y tiende a disminuir después del parto.

Otra hiperpigmentación típica se produce en el abdomen, concretamente desde el ombligo hasta el monte de Venus, y se denomina línea alba. Se cree que se debe a un aumento local de melanocitos. Suele persistir tras el parto hasta que se recupera el tono normal de la pared abdominal.

El melasma, también llamado cloasma, es frecuente y también se conoce como la “máscara del embarazo“. Se trata de una hiperpigmentación de la cara, simétrica, constituida por manchas con márgenes irregulares y nítidos, de color marrón más o menos oscuro, más frecuente en sujetos con fototipo oscuro y, por tanto, con piel, pelo y cabellos morenos. Se acentúa con la exposición al sol, por lo que es muy importante protegerse del sol.

Cuidado con las estrías

Las estrías aparecen repentinamente cuando se tira de la piel de forma rápida y brutal. Por este motivo, el embarazo puede provocar la aparición de estas lesiones cutáneas.

Tu barriga crece, tus pechos se agrandan, tus caderas se ensanchan… cuanto más avanzas en el embarazo, más propensa eres a las estrías.

Además del aumento de peso, también está el factor hormonal. Las mujeres embarazadas producen más cortisol, una sustancia que reduce la elasticidad de la piel, y si tu piel es menos elástica, tienes más riesgo de sufrir estrías.

Qué hacer para prevenir las estrías: la clave de la prevención es la hidratación. Aquí tienes algunos consejos:

  • frota la piel
  • hidrata la piel
  • utiliza aceites de masaje para favorecer la microcirculación
  • bebe mucha agua.

Recuerda no exponerte al sol si tienes estrías.

El embarazo y el sol

Si estás embarazada debes tener aún más cuidado con el sol para evitar las manchas solares.

¿Ya no soportas el sol y prefieres quedarte en la sombra? Es normal, sobre todo durante el tercer trimestre de embarazo, cuando puede resultar difícil tolerar el calor. Se suda más y el calor amplifica este fenómeno. Otra consecuencia del calor: favorece la dilatación de los vasos sanguíneos que ya están tensos.

Cómo evitar el melasma o la máscara del embarazo

  • No te expongas al sol entre las 12.00 y las 16.00 horas.
  • Aplica crema solar con filtro de alta protección (SPF 50) cada 2 horas
  • Lleva sombrero y gafas de sol.

El sol es bueno para la piel, para la moral y aporta mucha vitamina D, pero durante este periodo hay que ser prudente.

Cómo vestirte durante el embarazo

Para no sentirte incómoda, el consejo es que optes por vestidos, leggings y camisas que no ejerzan ninguna constricción sobre tu vientre. Se trata de prendas que son tan fáciles de combinar en verano como en invierno y que podrás usar hasta que des a luz. Para todas las prendas, lo importante es comprobar dónde están las costuras que puedan resultar incómodas.

Sí a los pantalones para embarazadas porque tienen una cintura elástica que no comprime el vientre.

En cambio, evita:

  • ropa ajustada
  • cremalleras o botones
  • tejidos rígidos.

Qué calzado usar

Debes tener cuidado con el calzado que usas durante el embarazo porque, a medida que crece tu barriguita, puedes sufrir retención de líquidos e hinchazón de piernas y tobillos. Es posible que necesites zapatos de una talla más.  En cualquier caso, para evitar el riesgo de caídas y dolores de espalda, es mejor no llevar zapatos con tacón y preferir zapatos anchos y cómodos sin tacón.

Lencería durante el embarazo

Durante el embarazo, tu lencería debe ser funcional para mantener bien tus pechos, que pueden crecer una o dos tallas.

Para evitar el dolor de espalda, debes asegurarte de que tus pechos están bien sujetos. Invierte en sujetadores premamá con tirantes anchos y sin costuras.

Banda de apoyo a la maternidad

Durante el embarazo, puedes sufrir dolor lumbar: el peso del útero desplaza el centro de gravedad del cuerpo hacia delante. Para compensar este desequilibrio, la espalda se arquea: es la hiperlordosis de la embarazada.  Además, la hiperlordosis ligamentosa, la distensión y la hipermovilidad articulares y, por último, la relajación de los músculos abdominales acentúan la tensión de los músculos lumbares.

La banda de sujeción ayuda a corregir este desequilibrio y alivia la espalda al soportar el peso del vientre.

La banda no tiene por qué utilizarla todo el mundo, pero es sumamente útil para quienes:

  • trabajan de pie todo el día
  • ya padecen dolor de espalda
  • han ganado mucho peso
  • tienen una gran barriga.

Maternidad y trabajo

No siempre es fácil vivir un embarazo en el trabajo.

El cansancio, el estrés, el transporte, pueden hacer que te sientas dividida entre el deseo de escuchar a tu cuerpo y el deseo de continuar con tus compromisos laborales.  Aquí tienes algunos consejos para conciliar embarazo y vida laboral.

Puede ocurrir que hacia el cuarto o quinto mes te sientas desmotivada en el trabajo, por razones hormonales o psicológicas. Sabes que estás a punto de cambiar de vida, te sientes abrumada por todo y ya no puedes gestionar tu trabajo. Si estás estresada o muy cansada, no dudes en pedir unos días libres para relajarte. 

Durante este periodo de gestación, tu organismo está muy estresado y te sientes agotada y sin energía para trabajar. El consejo es ralentizar la vida social y disfrutar en casa.

Si vives lejos de tu oficina, te desplazas en automóvil y esto te cansa demasiado, intenta ponerte de acuerdo con un compañero que tenga automóvil y pueda llevarte.

Durante el embarazo, es importante escuchar al cuerpo incluso en el trabajo. Aunque tengas mucho que hacer, tómate descansos y mímate. Si tienes un trabajo sedentario, levántate y camina por la habitación para estirar las piernas.  Si tienes las piernas hinchadas, también puedes colocar un reposapiés debajo del escritorio.

Por último, procura no picar durante todo el día: lleva contigo tentempiés saludables (frutos secos, compotas, verduras crudas, etc.) y no abuses del café, las bebidas gaseosas o las energéticas.

Maternidad y trabajo: tus derechos

Para conocer todos sus derechos durante el embarazo, consulta la publicación del organismo laboral correspondiente.

Deporte durante el embarazo

Tu cuerpo sufre una metamorfosis continua, y si antes levantabas cierta carga en el gimnasio o corrías un determinado número de kilómetros, no puedes ni imaginarte haciendo lo mismo ahora que esperas un bebé.

Sin embargo, hacer deporte durante el embarazo no solo está permitido, sino que es recomendable por los múltiples beneficios, tanto físicos como psicológicos, que aporta. El concepto fundamental que hay que entender es que el embarazo no es una enfermedad, por lo que no hay que cambiar nuestros hábitos: si teníamos la costumbre de hacer ejercicio no debemos dejar de hacerlo, sino aprender a modular nuestra actividad en relación con los cambios de nuestro cuerpo.

Hacer deporte durante el embarazo:

  • tonifica los músculos, lo que es importante para soportar mejor el peso de la barriga del bebé
  • mantiene alto el metabolismo, porque los músculos queman más que la grasa
  • ayuda a mantener la forma antes del parto y a recuperarla más fácilmente en los meses siguientes.

Por tanto, deporte sí, siempre que se haga con seguridad, es decir, siempre con el consejo positivo de tu médico y teniendo en cuenta los cambios que experimenta tu cuerpo durante el embarazo y las necesidades tuyas y de tu bebé.

Deportes para hacer durante el embarazo

No cabe duda de que hay algunos deportes más adecuados que otros. El consejo es siempre que consultes con tu médico, evalúes con él la conveniencia de hacer deporte y luego diseñes un programa adaptado a tu nuevo estado.

1 – Actividades acuáticas

Las actividades acuáticas se recomiendan en todas las etapas del embarazo, ya que ayudan al organismo a afrontar los cambios. En el agua, el impacto es prácticamente nulo, por lo que no sientes el peso de la barriguita, puedes moverte con más facilidad, evitando traumatismos y fatiga, y además facilitas el retorno venoso. En el agua puedes hacer ejercicios en posición supina, que es difícil de asumir sobre todo en los últimos meses, porque el útero agrandado presiona la vena cava, provocando caídas de presión.

El aeróbic acuático es excelente, mientras que la natación solo debe practicarse si ya tienes experiencia y si ya conoces algunos estilos, porque de lo contrario podrías acentuar la lordosis lumbar o cervical.

2 – Caminar

Caminar es una actividad que puedes añadir fácilmente a tu rutina diaria durante todo el embarazo. Puedes ir a hacer la compra, ir andando al trabajo o darte un paseo a paso ligero por el parque o por la ciudad.

Un estudio de 2013 de la Universidad de Dublín demostró que caminar a paso ligero durante al menos 30 minutos al día mejora el estado de ánimo y te mantiene en forma al estimular el retorno venoso al corazón.

3- Pilates

El pilates ayuda a encontrar la postura correcta durante el embarazo y es complementario a las clases prenatales. Gracias al Pilates, puedes tonificarte sin estrés, estirar los músculos y controlar la respiración. También favorece la relajación.

Se recomiendan ejercicios suaves como el Pilates con pelota porque ayudan a trabajar en profundidad los músculos del perineo.

4 – Ciclismo

Puedes hacerlo en ciclovías, si tu embarazo no corre peligro y sobre todo en los primeros meses, cuando tu barriguita aún no es demasiado grande.

Evita montar en bicicleta a partir del 6º mes: la barriguita del bebé podría hacerte perder el equilibrio, pero sobre todo haría que tus piernas adoptaran una posición incorrecta, sometiendo a mucha tensión las articulaciones de la pelvis y las rodillas.

5 – Danza del vientre

Se trata de una danza compuesta por movimientos lentos y circulares que involucran la pelvis y la zona pélvica y que es muy recomendable durante el embarazo, porque favorece el parto natural y tu bienestar físico y psicológico.

Con la danza del vientre, de hecho, puedes aprender a mover la pelvis de forma libre y natural y, al tonificar los músculos de la zona pélvica, aliviar los dolores previos al parto y de columna.

6 – Yoga

El yoga es una gran disciplina durante el embarazo porque permite equilibrar el cuerpo y la mente.

Especialmente en el primer trimestre, ciertas posturas te ayudan a fortalecer los músculos, estirarlos evitando el riesgo de calambres, activar la circulación y darte energía.

El yoga es perfecto para ejercitar la respiración, algo muy útil durante el parto, y a través de la meditación entras en contacto con tu bebé, trabajando tus estados de ánimo.

Circuito de ejercicios para embarazadas

Aquí tienes un circuito de tonificación que puedes realizar sin riesgo durante todo el embarazo si cuentas con el visto bueno de tu ginecólogo y vives un embarazo sereno.

El circuito para hacer en casa consta de 7 ejercicios, 6 de tonificación general y uno de movilización de la columna.

Puedes combinar el circuito con trabajo aeróbico de bajo impacto, que mejora la oxigenación. Antes de realizarlo, da un paseo de 15 minutos. Nadar o caminar también está bien, lo importante es que haya un trabajo cíclico con una carga constante.

Recomendaciones

Recuerda que la frecuencia cardiaca en reposo aumenta durante el embarazo, lo que explica por qué las mujeres tienden a cansarse más fácilmente. Por lo tanto, la intensidad de la actividad física debe ser proporcional a las capacidades de la futura madre.

Síndrome de hipotensión supina: al tumbarse, sobre todo a partir del cuarto mes, el peso del feto obstruye la vena cava, que lleva la sangre al corazón. Por lo tanto, es mejor preferir los ejercicios de lado y no de espaldas al suelo, para no reducir la oxigenación tanto para ti como para el feto.

1 – Sentadillas de pie

Empieza colocándote frente a la silla, con las manos apoyadas en el respaldo, las piernas abiertas un poco más que los hombros y los dedos de los pies ligeramente girados hacia fuera. Flexiona las piernas como si fueras a sentarte, sin sobrepasar la punta de los pies con las rodillas, pero sintiendo el peso del cuerpo sobre los talones. Apoya bien los talones en el suelo, aligerando las puntas de los pies y manteniendo el torso recto. Extiende las piernas y vuelve a la posición inicial.

Repeticiones: 3 series de 10, con 1 minuto de descanso entre series.

Variante: Se puede realizar el mismo ejercicio con la espalda contra la pared, colocando una pelota de fitness entre la pared y la espalda.

2 – Bíceps y hombros

Empieza de pie, con los brazos estirados y las manos sujetando dos pesas o dos botellas de medio litro de agua. Flexiona los antebrazos sobre los brazos, activando los bíceps, y luego estira los brazos hacia el techo. Vuelve a flexionar los brazos, activando de nuevo los bíceps, y llévalos de nuevo a los costados.

Repeticiones: 3 series de 15, con 1 minuto de descanso entre series.

3 – Estocadas de espalda

Posición inicial: de pie frente a la silla, con el plumero bajo la punta del pie derecho y las manos apoyadas en el respaldo de la silla. Desliza el pie derecho por el suelo hasta alcanzar la posición de estocada, con ambas piernas flexionadas, una delante de la otra, teniendo cuidado de que la rodilla de la pierna izquierda no sobrepase el pie en el suelo. El torso debe permanecer perpendicular al suelo. Al exhalar, desliza el pie derecho hacia el suelo para volver a la posición de pie.

Repeticiones: 2 series de 10 por pierna (2 series a la derecha + 2 series a la izquierda, o alternando derecha e izquierda), con 1 minuto de recuperación entre series.

4 – Flexiones de tríceps

Coloca una silla detrás de ti y agarra el borde con las manos, que deben tener la misma anchura que los hombros, con los dedos apuntando hacia las nalgas. Torso erguido, cabeza alineada con el torso y mirando hacia delante, piernas semiflexionadas, nalgas separadas de la silla, pies firmes en el suelo. Flexiona los brazos, manteniendo las nalgas muy cerca del borde de la silla, y luego vuelve a estirarlos.

Repeticiones: 3 series de 10, con 1 minuto de recuperación entre series.

5 – Patadas de burro

En posición cuadrúpeda, con los codos bajo los hombros y las rodillas bajo las caderas, levanta la pierna derecha flexionada y, a continuación, realiza pequeñas patadas empujando el talón hacia el techo y volviendo a bajar la rodilla.

Durante todo el movimiento, mantén la espalda recta, sin torcer la pelvis: los huesos deben permanecer paralelos al suelo. Activa solo los glúteos y no la parte baja de la espalda.

Repeticiones: 3 series de 20 por pierna, con 1 minuto de recuperación entre series.

6 – Flexiones de pared

De pie, con los brazos extendidos un poco más anchos que los hombros y las manos apoyadas en la pared de enfrente, inspira y realiza flexiones de brazos manteniendo la espalda recta, los glúteos activos y la cabeza alineada con el resto del cuerpo. Dobla los brazos hasta formar un ángulo de 90° entre el antebrazo y el brazo. Exhalando, extiende de nuevo los brazos.

Repeticiones: 3 series de 10, con 1 minuto de recuperación entre series.

7 – Gato-Camello

Desde una posición cuadrúpeda, con las manos bajo los hombros y las rodillas bajo las caderas, inspira y espira para mirarte el ombligo y redondear la columna, como si quisieras meter la cola entre las piernas. Inhalando, cambia la postura de la columna y deja que tu vientre vaya hacia el suelo. Se trata de un ejercicio de movilización de la columna que mejora la elasticidad de la misma.

Repeticiones: 3 series de 5 repeticiones. 

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