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Miel de acacia: qué es, propiedades y beneficios, remedios y usos en la cocina

Tabla de contenidos

La miel de acacia es una sustancia azucarada viscosa que se obtiene del néctar de las flores de la planta Robinia Pseudoacacia.

Además de ser un excelente edulcorante que puede utilizarse como sustituto del azúcar, también tiene formidables funciones terapéuticas.

La presencia de vitaminas, minerales y flavonoides confiere a la miel de acacia importantes propiedades antioxidantes, antibacterianas y calmantes para los trastornos cutáneos. Además, si se toma por la noche, permite beneficiarse de una acción adelgazante eficaz.

La miel de acacia ecológica puede comprarse directamente a los apicultores a un precio de unos 26 euros, en formato de un kilo.

Qué es la miel de acacia: características

La miel de acacia, también conocida como miel de algarrobo, es una variedad de miel monofloral producida por las abejas. Los mayores productores de este alimento proceden del norte de Italia. En particular, en Piamonte, Lombardía y las estribaciones alpinas hay apicultores especializados en la comercialización de miel de acacia. En la región de la Toscana también se producen excelentes cantidades de este alimento.

Desde el punto de vista organoléptico, la miel de acacia es de color amarillo claro, transparente y de consistencia líquida.

Tiene un índice de cristalización bastante bajo y, gracias a la elevada concentración de fructosa, se mantiene en estado líquido durante mucho tiempo. A diferencia de otras variedades de miel, que tienden a cristalizar más rápidamente.

El sabor dulce de la miel de acacia va acompañado de un regusto ligeramente amargo. Su aroma y sabor son delicados y tienen un toque de vainilla.

Gracias a sus características organolépticas y gustativas, se utiliza como edulcorante en sustitución del azúcar. También posee reconocidas virtudes terapéuticas.

Desde el punto de vista nutricional, no proporciona un aporte adecuado de proteínas, grasas y fibra alimentaria, al estar compuesto por una alta concentración de fructosa, vitaminas y minerales.

En concreto, la vitamina C y el magnesio constituyen dos piedras angulares en la composición química del producto. Se asocian a importantes funciones terapéuticas como el refuerzo del sistema inmunitario, la neutralización de los radicales libres y el control de la glucemia.

Además, las reconocidas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del remedio se atribuyen a la rica presencia de compuestos vegetales conocidos como flavonoides.

Valores nutricionales y calorías de la miel de acacia

Al igual que la miel ordinaria, una cucharadita de miel de acacia proporciona

Energía 63 Kcal 267 kJ

Agua 3,59 g

Proteína 0,063 g

Carbohidratos 17,3 g

Azúcares, total 17,2 g

Glucosa 7,52 g

Fructosa 8,59 g

Calcio, Ca 1,26 mg

Potasio 10,9 mg

Fósforo 0,84 mg

Magnesio, Mg 0,42 mg

Sodio, Na 0,84 mg 

Selenio, Se 0,168 µg

Flúor, F 1,47 µg 

Vitamina C 0,105 mg

Folato, total 0,42 µg

Colina, total 0,462 mg

Betaína 0,357 mg

Propiedades y beneficios de la miel de acacia

Honey and acacia flowers on the rustic wooden background

Una rica fuente de antioxidantes

Gracias a la presencia de flavonoides, a la miel de acacia se le atribuyen importantes propiedades antioxidantes que aportan interesantes beneficios para la salud del organismo.

Los antioxidantes ejercen una función protectora de las células frente a los daños causados por los radicales libres.

Con el tiempo, pueden contribuir a la aparición de numerosas enfermedades. El consumo constante de alimentos ricos en compuestos fenólicos puede prevenir ciertos tipos de enfermedades crónicas, sobre todo las cardiopatías y la artritis.

Además, es rico en betacaroteno, una sustancia asociada a una importante acción antioxidante que favorece el buen funcionamiento del cerebro y mantiene la piel sana.

Acción antibacteriana

Es conocido por sus propiedades antimicrobianas. El remedio actúa produciendo y liberando pequeñas cantidades de peróxido de hidrógeno: un ácido que provoca la muerte de las bacterias al atacar sus paredes celulares.

Es especialmente eficaz contra Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa: dos cepas bacterianas resistentes a los antibióticos y responsables, respectivamente, de infecciones cutáneas y ciertos trastornos respiratorios.

Además, el alimento es capaz de reducir la resistencia bacteriana que caracteriza las distintas fases de la enfermedad renal crónica.

Reduce el tiempo de cicatrización de las heridas

El producto se ha utilizado durante siglos para el tratamiento de heridas. Gracias a la acción sinérgica de las propiedades antioxidantes y antibacterianas, el remedio es capaz de acelerar el proceso de cicatrización de las heridas impidiendo la colonización bacteriana y la aparición de infecciones.

Aplicada tópicamente, la miel de acacia ejerce una potente acción antiinflamatoria sobre la piel, reduce la extensión del edema, favorece el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos y promueve la correcta hidratación de la piel, aliviando las molestias asociadas a la herida.

Combate el acné

En el mercado se pueden encontrar numerosas fórmulas cosméticas a base de miel de acacia que sirven para combatir el acné.

Gracias a sus propiedades antibacterianas, el remedio puede ayudar a la piel a deshacerse de las bacterias nocivas, previniendo la aparición de algunas afecciones comunes que afectan a la piel.

La miel de acacia cuida la piel

Gracias a la presencia de vitaminas y antioxidantes en el remedio, la aplicación tópica de miel de acacia se convierte en una valiosa solución para los problemas de la piel.

En concreto, retrasa la aparición de arrugas, alivia la inflamación cutánea y reduce cicatrices, manchas y pequeñas quemaduras que afectan a la piel.

Contrarresta los trastornos digestivos

La miel de acacia cruda y ecológica ayuda a aliviar las dolencias que afectan al tracto digestivo. Se cree que reduce el grado de acidez del estómago.

Añadir una cucharadita de miel de acacia pura al agua tibia junto con zumo de limón produce un efecto alcalinizante que mantiene estable el grado de acidez ideal para el estómago.

Genial para la dieta

La miel de acacia favorece la saciedad, especialmente mezclada con agua o leche. Ayuda a saciar los antojos de dulces, reduciendo así la necesidad de picar a lo largo del día.

Además, esta variante de la miel estimula el metabolismo, actuando como remedio coadyuvante en los programas de adelgazamiento.

Remedio para el dolor de cabeza

Los compuestos químicos fenólicos de la miel de acacia poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes con efecto neuroprotector.

Por esta razón, su ingesta puede ser útil para aliviar los ataques de migraña.

Para qué sirve la miel de acacia y cómo utilizarla

Miel de acacia en la cocina

La miel de acacia se distingue de otras mieles monoflorales por su sabor ligeramente aromático, caracterizado por un aroma dulce pero delicado y un regusto vagamente amargo.  

Los elementos organolépticos que lo distinguen son su textura clara y transparente y su fragancia casi imperceptible. Cuando es perfectamente puro, el producto adquiere un tono verde muy claro.

Se utiliza como edulcorante alternativo al azúcar. Por sus características gustativas, se utiliza principalmente en preparaciones frías.

Su adición en infusiones, yogures, café y leches vegetales es ideal porque no solo no altera los sabores de otros alimentos, sino que los realza. Su uso en la cocina es bastante versátil. Lo encontramos como ingrediente en platos dulces y salados.

Está presente en las galletas integrales, el pan de centeno y es un excelente condimento para platos de salmón a la parrilla. Además, su sabor es especialmente agradable degustado a cucharadas, añadido a los biscochos y en combinación con una gran variedad de quesos.

En el extranjero, la miel de acacia suele servirse con mantequilla salada.

Usos terapéuticos

Remedio para eliminar el catarro de los bronquios

Ingredientes:

  • 600 g de miel de acacia.
  • 500 g de yemas de pino silvestre.
  • 1,5 litros de agua.

Procedimiento: Hervir los brotes en el agua durante una hora y media a fuego lento. A continuación, cuela la solución y pásala a un cazo, añadiendo la miel. Deja hervir de nuevo el remedio hasta que adquiera una consistencia espesa y de jarabe.

Toma una o dos cucharaditas por la noche para despejar las vías respiratorias.

Infusión energizante y reparadora

Ingredientes:

  • Una cucharadita de miel de acacia.
  • Una pizca de canela.
  • 250 ml de agua caliente.

Preparación: Hierve el agua en un cazo y pásala a la taza, añadiendo una cucharadita de miel. Espolvorea el remedio con canela.

Se recomienda tomar la infusión caliente al menos una vez cada dos o tres días. Útil como reconstituyente durante el período de convalecencia postgripal.

Recetas cosméticas con miel de acacia

Un tratamiento para el cabello quebradizo afectado por las puntas abiertas

El remedio se elabora mezclando un bote de yogur, una cucharada de miel de acacia y una pequeña cantidad de aceite de coco.

Aplica la mezcla en toda la longitud del cabello previamente vaporizado, envuélvelo en film transparente y déjalo actuar durante media hora.

A continuación, procede a un aclarado a fondo con champú y acondicionador hasta eliminar todo rastro del remedio.

Mascarilla hidratante para pieles secas

Añade 2 cucharaditas de miel, medio aguacate y unas gotas de agua de rosas a un cuenco.

Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una consistencia cremosa. A continuación, aplica la mezcla directamente sobre el rostro, espera 5 minutos y aclara con abundante agua tibia.

Exfoliante para eliminar las células muertas

Combina miel de acacia, azúcar moreno y aceite de almendras dulces y aplica el remedio en las zonas a tratar masajeando con movimientos circulares. A continuación, elimina todos los restos del remedio con abundante agua tibia.

Loción limpiadora facial

Prepara una mezcla combinando dos cucharadas de miel de acacia y un litro de agua. Mezcla bien y aplica sobre la piel de la cara y el cuello. Espera 10 minutos y aclara con abundante agua tibia.

Jabón balsámico

Añade 180 g de miel de acacia y 80 g de jabón de Marsella rallado a un cuenco.

Derrite la mezcla al baño maría, removiendo continuamente con una cuchara de madera. Una vez que los ingredientes hayan alcanzado una buena densidad, deben transferirse a moldes especiales donde reposarán durante unas 6 semanas.

Transcurrido este tiempo, el jabón está listo para su uso.

Contraindicaciones

La ingesta de miel de acacia puede considerarse segura. No obstante, la administración del producto debe limitarse en los siguientes casos:

  • Los niños menores de un año pueden contraer una rara enfermedad de transmisión alimentaria llamada botulismo tras su ingesta.
  • Las personas diabéticas deben evitar consumir grandes cantidades de miel de acacia, ya que este alimento, al contener una alta concentración de azúcares, puede afectar a los niveles de azúcar en sangre.
  • Para los alérgicos a los componentes de la miel o a las abejas, el consumo del producto podría desencadenar una reacción alérgica de diversos grados.

A pesar de los innumerables beneficios para la salud del consumo de miel de acacia, hay que tener en cuenta que se trata de un edulcorante. Por ello, debe consumirse con moderación.

Cómo elegir y dónde comprar miel de acacia

La miel de acacia se caracteriza por su color amarillo especialmente claro, casi transparente, y su consistencia líquida. Se puede adquirir fácilmente en supermercados y tiendas especializadas, tanto físicas como en línea.

Es aconsejable comprarla directamente a los apicultores y preferir un producto 100% natural procedente de la agricultura ecológica certificada.

El precio de un kilo de miel de acacia ecológica ronda los 26 euros.

Una vez abierto, el producto debe conservarse en recipientes especiales de vidrio con cierre hermético, en un lugar fresco y seco. Preferiblemente a una temperatura de unos 18 grados.

También es importante almacenar la miel lejos de fuentes de calor para evitar que se deterioren las propiedades organolépticas del producto. Si se conservan correctamente, pueden consumirse en los dos años siguientes a su apertura.

Acacia: una planta valiosa

Robinia Pseudoacacia es el nombre científico de la acacia: una especie melífera perteneciente a la familia de las Fabaceae. Los arbustos pueden alcanzar una altura de hasta 25 metros y tienen un tronco erguido cubierto de una corteza rugosa de color marrón.

Las ramas jóvenes están provistas de espinas que se desarrollan en la base del follaje. Las hojas de la planta son imparipinnadas, formadas por foliolos ovales sin pelos.

Las inflorescencias, agrupadas en racimos, están teñidas de blanco y desprenden una intensa y agradable fragancia que recuerda a la glicinia. La floración de la acacia se produce de mayo a julio. Las abejas se sienten especialmente atraídas por el agradable aroma que desprenden las flores, importando néctar en abundancia.

Al final de la floración, las flores dan lugar a infrutescencias constituidas por legumbres coriáceas de color marrón rojizo.

La acacia es originaria de Norteamérica, pero recientemente se ha naturalizado también en Europa. Crece silvestre en zonas boscosas y prefiere suelos secos y bien drenados, a pleno sol pero al abrigo de los vientos fríos.

Al ser una planta especialmente resistente, la acacia se considera el emblema de la inmortalidad y la buena fortuna.

Producción de miel de acacia

La producción la llevan a cabo las abejas que utilizan la lígula para succionar el néctar: una sustancia líquida y azucarada que se encuentra en la base de las flores. Los insectos polinizadores recogen el néctar en una cavidad denominada bursa melaria, en la que la sustancia azucarada se añade a determinadas enzimas. Estas sustancias permiten la transformación del néctar en miel.

Para facilitar el proceso de producción, el apicultor coloca una familia de abejas en una colmena: una estructura especial de madera en cuyo interior se encuentran los marcos que sirven de moldes para fabricar las celdas.

La colmena constituye el nido de la familia y permite a las abejas forrajeras entrar y salir de la estructura. Con la llegada de la primavera y la floración, la abeja reina pone sus huevos, ampliando así la familia y aumentando tanto el néctar recolectado como la miel que se puede almacenar. El apicultor aumentará el espacio disponible para las abejas introduciendo un panal: una estructura especial en cuyo interior hay más cuadros.

Una vez depositada la miel, las abejas siguen procesando el alimento para reducir el grado de humedad y conservar el producto durante más tiempo.

A continuación, las celdas que contienen la miel son enceradas por las abejas, lo que permite que el alimento alcance su plena madurez. En este momento, el apicultor comienza la recolección de la miel.

Se retira el panal de la colmena y se inicia el proceso de extracción de la miel en el laboratorio mediante un extractor que actúa como centrifugadora. La sustancia resultante se filtra y se transfiere a un recipiente llamado madurador, en el que se deja decantar la miel.

Mediante este proceso, es posible eliminar tanto el aire formado en la miel durante el centrifugado como la presencia de cualquier materia extraña. A continuación, la miel se envasa, etiqueta y comercializa.

Antecedentes históricos

La importación de la acacia de Norteamérica a Europa tuvo lugar en el siglo XVII de la mano de Jean Robin: un herborista francés de quien la planta tomó su nombre botánico Robinia Pseudoacacia.

La acacia llegó a Italia a finales del siglo XVIII, donde apareció por primera vez como planta ornamental y más tarde se utilizó para fortificar terraplenes de carreteras y vías férreas.

El uso de la miel de acacia como edulcorante tiene orígenes ancestrales. Los egipcios, griegos, romanos, árabes e indios ya la utilizaban antes del descubrimiento del azúcar.

Fuentes

  1. Aliyu Muhammad, Potential biological activity of acacia honey.
  2. Nikolett Czipa, Composition of acacia honeys following processing, storage and adulteration.
  3. Manisha Deb Mandal and Shyamapada Mandal, Honey: its medicinal property and antibacterial activity.
  4. Norzana Abd Ghafar, Acacia honey accelerates in vitro corneal ulcer wound healing model.
  5. E, Anne Eady, A Honey Trap of the treatment of acne: manipulating the follicular microenvironment to control propionibacterium acnes.
  6. Kathie A Grant, Infants botulism: advice on avoiding feeding honey to babies and other possible risk factors.
  7. Nur Zuliani Ramli, A review on the protective effects of honey against metabolic syndrome.
  8. Honey, USDA U.S. Department of agriculture FoodData Central.
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