La tarta de queso fría con fresas es un postre apetitoso y fácil de hacer que se puede preparar sin hornear. Una verdadera bendición para estos días de calor. El secreto es una suave crema de queso para untar, una crujiente base de galleta y el fresco sabor de las fresas. En pocos pasos podrás deleitarte con un postre especial para disfrutar como tentempié o como rico colofón a una comida.
Esta tarta de queso de claro origen anglosajón, pero con raíces tan lejanas como la antigua Grecia, sigue siendo uno de los mejores experimentos incluso para los neófitos culinarios. Y siempre da resultados garantizados.
Cómo hacer una tarta de queso fría
Preparar una buena tarta de queso fría con fresas requiere un mínimo de organización y los utensilios adecuados. Empecemos por el molde que, dada la delicadeza de esta tarta, debe ser de buena calidad.
- Te aconsejamos que utilices uno con bisagra para que puedas hornear fácilmente el pastel sin estropearlo.
- Para las dosis indicadas en la receta, el molde perfecto es el de 16 cm, adecuado para seis personas. Puedes doblar las dosis a tu gusto y así utilizar un molde de 24 centímetros que sirva para 10 personas.
- Si la crema se estropea, no temas. Vuelve a colocarla en su sitio con la ayuda de una espátula.
- Es esencial el papel de la gelatina para dar firmeza a la crema. Derrítela a muy baja temperatura, como se indica, para evitar que se desactive.
- También es importante nivelar bien la base. Puedes ayudarte con una cuchara, pero mejor aún con un vaso que te permita ejercer una presión constante sobre los bizcochos.
- Puedes servir la tarta de queso con fresas con o sin cobertura, el aporte calórico variará ligeramente.
Receta tarta de queso fría
Tarta de queso fría con fresas
6
porciones30
minutos356
kcalIngredientes
- Para la base
100 g de galletas secas
50 g de mantequilla
- Para la crema
200 g de queso crema
75 g de azúcar
100 g de nata para montar
Las semillas de una vaina de vainilla
3 g de hojas de gelatina
100 g de fresas
- Para la salsa de fresas
50 g de fresas
1/2 cucharada de azúcar glas
Unas gotas de limón
- Para la decoración
250 g de fresas
Instrucciones
- Triturar las galletas en una batidora hasta que se conviertan en polvo. Añadir la mantequilla derretida y fría. Colocar la mezcla en un molde de 16 centímetros con bisagra y nivelarlo bien para tener una base uniforme. Enfriar en el frigorífico durante unos 30 minutos.
- En un bol, mezclar el queso de untar con el azúcar y las semillas de vainilla. Reservar en la nevera.
- Lavar y triturar las fresas, también se pueden colar si se desea eliminar las semillas. Cuando el puré de fresas esté listo, añadirlo a la crema de queso. Montar la nata y añadirla suavemente a la mezcla de fresas y queso.
- Remojar la gelatina en agua fresca durante unos 10 minutos. Escurrirla y calentarla en un cazo con 2 cucharadas de la crema de queso con fresas. Mantener el fuego al mínimo para no deshacer la gelatina. Remover la mezcla con el resto de la crema de queso y fresas y verter sobre la base de galletas. Dejar enfriar en el frigorífico durante 5 horas.
- Preparar la cobertura. Volver a batir las fresas y pasarlas por un colador. Añadir el azúcar glas y el limón y refrigerar.
- Colocar delicadamente la tarta de queso y fresas en un plato de servir y decorar con la cobertura y las fresas frescas. Puedes servir la salsa aparte.
Tarta de queso fría, siempre deliciosa
La tarta de queso es un postre que puede prepararse sin hornear, como en el caso de nuestra tarta de queso fría con fresas, o incluso en el horno. La tarta de queso de Nueva York, por ejemplo, es la representante más famosa de esta categoría, con su fragante mezcla que adquiere un bonito color dorado en el horno.
Esta tarta conoce distintas variaciones en cada país y puede personalizarse con todo tipo de frutas y chocolate. Y también con diferentes quesos. También está deliciosa en versión salada. Basta con sustituir la base dulce por una hecha con galletas saladas o grisines, y añadir a la crema salmón, tomates y verduras asadas al gusto.
Propiedades de nuestra receta
Dulce, fresca y relativamente rápida de preparar, la tarta de queso fría con fresas tiene muchas flechas en su arco. Sus propiedades nutritivas se basan esencialmente en la combinación de queso, fruta fresca y mantequilla.
Empecemos por el queso, del tipo quark, que es rico en calorías. Es un queso con una notable cantidad de grasas, en su mayoría saturadas, y una cantidad menor de proteínas.
Por ello, su consumo indiscriminado no es recomendable para quienes padecen hipercolesterolemia. Sin embargo, como ocurre con todos los quesos frescos, la cantidad de sales minerales que contiene es excelente. Principalmente calcio, fósforo y sodio. En el compartimento de las vitaminas, destaca la presencia de riboflavina, vitamina B2, esencial para darnos energía.
Llegamos a las fresas, una fruta baja en calorías -sólo 27 calorías por cada 100 gramos- con fuertes cualidades antiinflamatorias, rica en antioxidantes, potasio y vitamina C: 54 miligramos por cada 100 gramos de producto.
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