Los anacardos son frutos secos que no gozan de una reputación favorable debido a su elevado contenido en grasas y el alto valor calórico que poseen.
No obstante, su reivindicación en el ámbito de los alimentos “saludables” se debe a los avances en la investigación científica, que ha destacado la predominancia de un tipo de ácido graso monoinsaturado llamado ácido oleico, presente en los anacardos y altamente beneficioso para la salud.
Este ácido graso, conocido como Omega-9, contribuye a la reducción del colesterol y los triglicéridos elevados, disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares. Además, estos ácidos grasos saludables, combinados con la presencia de triptófano, carbohidratos, vitaminas del complejo B y hierro, también actúan como promotores del bienestar emocional, alejando la ansiedad.
Para ser equitativos, las propiedades de los anacardos reflejan en gran medida las de otras semillas oleaginosas pertenecientes al grupo de los frutos secos, especialmente las nueces y avellanas. Por ello, constituyen una fuente de calorías significativa pero menor que otros frutos secos (alrededor de 500 calorías por cada 100 gramos), siendo su contenido lipídico (aproximadamente la mitad de su peso) notable.
Los anacardos son mayormente consumidos como un snack, destacando por su sabor y valor nutricional.
¿Qué son los anacardos?
La planta del anacardo (Anacardium occidentale L.) es originaria de la Amazonia, especialmente de la región noreste de Sudamérica.
Es un árbol de hoja perenne perteneciente a la familia de las Anacardiaceae y solo prospera en áreas tropicales y ecuatoriales donde las temperaturas oscilan entre 5° y 45° C.
Por lo tanto, demuestra una notable resistencia a la sequía, pero es vulnerable al frío y no puede sobrevivir a las heladas. En su estado natural, alcanza una altura imponente, superando los 15 metros.
No obstante, las variedades seleccionadas para el cultivo son de menor estatura y se conocen como “enanas”, ya que su altura varía entre 6 y 9 metros.
Planta del anacardo
La parte del anacardo que conocemos es la aceitosa interior, obtenida al extraer la capa protectora que recubre el fruto como una cáscara.
Sin embargo, es inevitable someter el fruto a un proceso de extracción para eliminar todos los componentes tóxicos que lo rodean.
Debido a esto, las semillas disponibles en el mercado pueden encontrarse listas para el consumo, ya sea crudas o tostadas.
Es importante destacar que las semillas nunca están completamente crudas. Durante el proceso de extracción, los anacardos son sometidos a altas temperaturas mediante cocción al vapor o hervidos en aceite para desprenderlos, lo que afecta sus propiedades debido al calor.
Aunque las semillas crudas son las más sabrosas, incluso las tostadas pueden ser un excelente ingrediente en un muesli para el desayuno, acompañadas quizás de yogur o una taza de leche.
Una pequeña porción de 30 a 40 g de anacardos es suficiente para satisfacer el hambre sin excederse en calorías. Los anacardos son una opción perfectamente adecuada como tentempié entre comidas, ya que ayudan a evitar la sensación agresiva de hambre que lleva a consumir más de lo necesario.
Variedades
No hay una clasificación sistemática establecida para los cultivares de los diversos países productores. En general, se hace referencia a las características de la planta, como su altura, coloración y el tamaño más o menos desarrollado del falso fruto, o se clasifican según los tipos comerciales: americano e indio.
El tipo americano se distingue por tener un falso fruto grande y jugoso, mientras que el tipo indio posee una pequeña pepita de escaso interés, por lo que se utiliza exclusivamente para la producción de frutos secos.
Anacardos y dieta
Incluir en la alimentación diaria una pequeña porción de frutos secos como cacahuetes, almendras, nueces, avellanas, piñones, pistachos o anacardos puede ser sumamente beneficioso como fuente de nutrientes esenciales para una dieta equilibrada.
Debido a sus elevadas concentraciones de proteínas (alcanzando hasta un 20%), minerales, ácidos grasos y aminoácidos, los frutos secos son irremplazables en términos de valor nutricional.
Se recomienda un consumo diario de alrededor de 10 gramos para aquellos que siguen una dieta y de aproximadamente 20 gramos para quienes no lo hacen.
En particular, los anacardos ofrecen una amplia gama de beneficios para el organismo, por lo que es crucial incorporarlos en la alimentación cotidiana, incluso en un régimen hipocalórico.
Para obtener más información sobre este tema, te invitamos a consultar nuestro artículo detallado sobre los frutos secos.
Beneficios de los anacardos
El magnesio y el fósforo de los anacardos contribuyen a la salud ósea. Por otro lado, el cobre y el hierro trabajan en conjunto en la formación de la hemoglobina, previniendo la fragilidad vascular y contrarrestando problemas articulares. El potasio ayuda a mantener la presión arterial en niveles adecuados.
Además, los flavonoides como las proantocianidinas y la zeaxantina actúan como potentes antioxidantes, protegiendo contra ciertas degeneraciones celulares.
Ahora, exploremos de manera específica los efectos positivos que los anacardos pueden tener en nuestro cuerpo.
Los anacardos combaten el colesterol LDL y la hipertensión
Debido a su rico contenido en grasas monoinsaturadas, los anacardos han sido reconocidos como beneficiosos para la salud cardiovascular.
El consumo regular de anacardos se ha asociado con una reducción en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que sus grasas saludables ayudan a prevenir la acumulación en las arterias. Los compuestos de ácidos grasos tienen un efecto positivo en el colesterol LDL y los triglicéridos, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardíacas. Si quieres saber cómo seguir una dieta contra el colesterol alto, no te pierdas nuestro artículo en profundidad.
Además de promover un perfil lipídico protector para la salud cardiovascular, los anacardos también son ricos en arginina (1.740 mg por cada 100 g), un aminoácido que el cuerpo convierte en óxido nítrico.
El óxido nítrico juega un papel crucial al indicar al endotelio, es decir, la capa interna de los vasos sanguíneos, cuándo debe relajarse para favorecer la vasodilatación y permitir un mayor flujo sanguíneo.
La salud del endotelio es vital para que la vasodilatación funcione correctamente. Por lo tanto, el consumo regular de anacardos puede contribuir a mejorar la salud de los vasos sanguíneos, aumentando en un 30% el funcionamiento de la vasodilatación endotelial.
Gracias a este óptimo funcionamiento de la vasodilatación, se puede establecer una correlación entre el consumo de estas semillas y mejoras en la presión arterial y la hipertensión. Minerales como el magnesio y el potasio también juegan un papel en este proceso.
Por último, la vitamina E, presente en cantidades moderadas, también ejerce una leve acción vasodilatadora al actuar sobre las paredes capilares. Además de ser un antioxidante liposoluble que equilibra los niveles de colesterol, tiene un efecto antitrombótico y contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Efecto antidiabético
Basándose en las observaciones y experiencias de la medicina tradicional, que emplea anacardos en la dieta para tratar diversas afecciones, la Universidad de Montreal (en Canadá), llevó a cabo un estudio para respaldar las efectivas propiedades antidiabéticas de los anacardos.
Adicionalmente, la investigación sobre el extracto de anacardo y su componente principal, el ácido anacárdico, reveló que el consumo de estas semillas estimula la absorción de glucosa en las células musculares.
Los hallazgos sugieren que el extracto de semilla de anacardo posee el potencial de ser un nutracéutico con propiedades antidiabéticas.
Para más información sobre este tema, te invitamos a consultar nuestro artículo detallado sobre la diabetes.
Antioxidantes y antimicrobianos
Los anacardos cuentan con notables propiedades antioxidantes. Entre los minerales esenciales, el selenio y el cobre destacan como micronutrientes clave, ya que actúan como cofactores en ciertas enzimas antioxidantes.
El generoso aporte de vitamina E (tocoferoles) y polifenoles forman una eficaz barrera protectora contra la oxidación, principal causante de la degeneración celular.
Sin embargo, la diferencia más significativa proviene de los esteroles vegetales, en particular los polifenoles como los flavonoides y los ácidos fenólicos. Los polifenoles tienen múltiples implicaciones en la salud humana:
- Reducción del riesgo cardiovascular.
- Mejora del síndrome metabólico.
- Ayuda en casos de diabetes mellitus y enfermedades asociadas a la inflamación.
- Disminución de la incidencia de ciertos tipos de degeneraciones relacionadas con el cáncer.
Recientemente, también se ha destacado el papel de los polifenoles en la protección del sistema nervioso y en el retardo del envejecimiento.
Un tipo específico de antioxidantes, las proantocianidinas de tipo B, compuestas por catequina y/o epicatequina, se han identificado exclusivamente en 20 variedades de alimentos, entre los cuales se encuentran los anacardos.
Estas sustancias han suscitado un gran interés en el ámbito médico tras el descubrimiento de sus propiedades antiinflamatorias, antiinfecciosas, anticancerígenas y cardioprotectoras.
Adicionalmente, se ha atribuido su capacidad para actuar como “eliminadores” de radicales libres y como inhibidores de la peroxidación lipídica a estos efectos protectores.
Bueno para los ojos
Además, los anacardos contienen otros antioxidantes como la zeaxantina, que desempeña un papel crucial en la preservación de la salud ocular.
Específicamente, la zeaxantina tiene un impacto positivo en la retina al estabilizar sus membranas, especialmente en la zona central de la mácula, que es la más susceptible a los estímulos luminosos, así como en la fóvea, ubicada en el centro de la mácula.
La zeaxantina también contribuye a fortalecer la resistencia de la retina ante los daños causados por la luz. Su función protectora reduce el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad.
Actividad antimicrobiana
Una de las propiedades terapéuticas más destacadas del anacardo es su capacidad antimicrobiana, presente en diversas partes de la planta, incluida la semilla.
Esta función antimicrobiana es versátil y abarca actividades antibacterianas, antifúngicas, antihelmínticas, antiprotozoarias y antivirales, siendo estas últimas especialmente relevantes en casos de infecciones gripales.
Además, todo hace indicar que el ácido presente en los anacardos no solo inhibe la replicación del virus de la gripe, sino que también induce la expresión diferencial de genes asociados con la señalización NF-kB en las células infectadas.
Los compuestos fitoactivos que se encuentran en los anacardos, como el ácido anacárdico, los flavonoides y los taninos, son especialmente conocidos por su acción antimicrobiana. Por otro lado, los compuestos fenólicos como el ácido anacárdico, el cardol y los cardanoles, junto con los triterpenoides y las xantoproteínas, tienen la capacidad de influir en las membranas celulares de bacterias, lo que resulta en la inhibición de su síntesis y crecimiento.
Salud estomacal
Los extractos de anacardo se han empleado en síndromes inflamatorios del tracto gastrointestinal, tales como:
- Diarrea.
- Disentería.
- Dispepsia.
- Náuseas.
Anacardos para combatir el estrés y la depresión
Ciertos componentes de los anacardos trabajan en conjunto para promover la salud de nuestro sistema nervioso, especialmente en lo que respecta a nuestro estado de ánimo.
Los elementos grasos presentes en los anacardos, además de cumplir diversas funciones beneficiosas para nuestro organismo, contribuyen a crear condiciones que ayudan a prevenir la depresión y la inestabilidad del ánimo.
Esta acción se ve potenciada por la presencia de magnesio, el cual ejerce como un auténtico regulador del sistema nervioso. Su presencia ayuda a evitar estados de ansiedad que podrían desencadenar episodios de depresión.
Una hormona crucial en el efecto de “buen humor” es la serotonina. Esta hormona cumple la función de neurotransmisor y es también responsable de:
- Regulación del ciclo sueño/vigilia.
- Sensación de hambre/saciedad.
- Motilidad intestinal.
- Memoria.
- Deseo sexual.
La liberación de serotonina en el organismo es activada por los receptores nerviosos presentes en el tracto gastrointestinal y en el sistema nervioso central.
Comer anacardos te hace feliz
El precursor de la serotonina es el triptófano, un aminoácido esencial que el cuerpo no produce por sí solo y debe ser adquirido a través de la alimentación. Aunque se encuentra en la mayoría de los vegetales, a menudo no en cantidades suficientes. Para que el organismo sintetice y absorba la serotonina, también son necesarios hidratos de carbono, hierro y vitaminas del grupo B. Es aquí donde los anacardos desempeñan un papel esencial.
Los anacardos son una fuente excepcionalmente rica tanto de triptófano (240 mg por cada 100 g) como de los otros elementos mencionados, destacando especialmente la vitamina B6 (piridoxina), que se identifica como la principal responsable de la absorción de serotonina en el organismo.
Cabe mencionar que los casos de depresión patológica requieren tratamientos específicos y distintos enfoques.
Además, los anacardos son una fuente destacada de cobre y tiamina, ambos benéficos para la función cerebral. El cobre es esencial para la absorción y utilización del hierro, fundamental en la formación de la hemoglobina, que transporta oxígeno al cerebro.
La tiamina (vitamina B1) participa en la conversión de hidratos de carbono en energía, proporcionando al cerebro el combustible necesario para mejorar la función cognitiva y el estado de ánimo.
Por último, la modesta aportación de vitamina E en los anacardos ofrece una capa adicional de protección para el sistema nervioso, además de sus propiedades antioxidantes y efectos beneficiosos para el perfil lipídico.
Anacardos: sensación de saciedad sin afectar al peso corporal
Los anacardos, gracias a su contenido rico en fibra dietética, ejercen efectos beneficiosos en el organismo.
La fibra, con su textura crujiente, induce sensaciones de saciedad, lo que a su vez reduce la ingesta posterior de alimentos. Se ha propuesto la idea de que la acción de masticar activa diversos sistemas de señalización (mecánica, nutricional y sensorial) que pueden influir en las sensaciones de apetito.
Además, la fibra presente en los anacardos puede modular la absorción de azúcares, evitando picos glucémicos e insulínicos poco saludables y dificultando la absorción y reabsorción de colesterol y sales biliares.
Un estudio de la Universidade Federal do Ceará en Fortaleza, Brasil, demostró en laboratorio que la estructura particular de la fibra de anacardo, sin compuestos de bajo peso molecular, promueve la saciedad y mejora el metabolismo de la glucosa y los lípidos.
En realidad, la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) puede estar asociada con efectos positivos en la prevención de la obesidad.
Por último, pero no menos importante, la fibra contribuye a solucionar problemas de estreñimiento, al facilitar la limpieza del tracto intestinal y la eliminación de toxinas. Este último aspecto ayuda a reducir las posibilidades de inflamación, la formación de tumores cancerosos, así como la aparición de fisuras anales y divertículos.
Participan en la salud ósea
Los anacardos son una excelente fuente de fósforo y magnesio, y también proporcionan cantidades decentes de calcio. Todos estos micronutrientes desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de huesos sanos al prevenir la desmineralización.
Potencian la actividad sexual
Se ha evidenciado que las semillas de anacardo, especialmente las hojas, tienen un efecto potenciador en la actividad sexual masculina, mejorando la calidad de vida en este aspecto.
Esta propiedad ha sido reconocida por las poblaciones de las áreas de origen de la planta desde hace mucho tiempo. Un estudio curioso, por cierto, ha confirmado que el extracto etanólico de las hojas no posee efectos tóxicos.
Al parecer, esta capacidad está vinculada a la abundancia de ácidos grasos beneficiosos, antioxidantes y esteroles presentes en el anacardo, los cuales pueden incrementar la libido y mejorar el funcionamiento de los órganos sexuales. Se sostiene que este efecto proviene de su capacidad vasodilatadora.
En efecto, un adecuado flujo sanguíneo hacia el órgano sexual masculino es crucial para una función eréctil normal.
Propiedades y calorías de los anacardos
En el perfil lipídico de los anacardos se encuentra una de las características nutricionales más notables. Principalmente, están compuestos por ácidos grasos monoinsaturados (AGMI), con alrededor de 25 g por cada 100 g, de los cuales más de 24 g consisten en ácido oleico (Omega-9), junto con ácidos grasos poliinsaturados (AGP) que suman unos 8 g, principalmente ácido linoleico (Omega-6).
La proporción de ácidos grasos saturados es aproximadamente de 8 g, principalmente ácidos palmítico y esteárico.
Adicionalmente, tanto el ácido oleico como el ácido linoleico son compuestos grasos que aportan una variedad de beneficios al organismo.
La cantidad de hidratos de carbono es la siguiente en importancia, representando casi el 30% del peso, compuestos principalmente por sacarosa y almidón. La parte proteica representa alrededor del 15% del peso y la fracción fibrosa, debido a sus funciones beneficiosas, no debe ser subestimada (alrededor del 3%).
ANACARDOS | |
Parte comestible (%) | 100 |
Agua (g) | 3 |
Proteínas (g) | 15 |
Lípidos (g) | 46 |
Colesterol (mg) | 0 |
Hidratos de carbono disponibles (g) | 28,8 |
Almidón (g) | 23,2 |
Azúcares solubles (g) | 5,6 |
Fibra total (g) | 3 |
Energía (kcal) | 544 |
Energía (kJ) | 2258 |
Sales minerales
En lo que respecta a los oligoelementos, los anacardos ofrecen una notable variedad de minerales. A continuación, se detallan los minerales presentes en los anacardos por cada 100 gramos.
CONSTITUYENTES | ANACARDOS |
Hierro (mg) | 6 |
Calcio (mg) | 45 |
Sodio (mg) | 16 |
Potasio (mg) | 565 |
Fósforo, (mg) | 490 |
Zinc (mg) | 6 |
Magnesio (mg) | 260 |
Cobre (mg) | 2,00 |
Selenio (µg) | 12 |
Cloro (mg) | 18 |
Yodo (µg) | 11 |
Manganeso (mg) | 1,8 |
Azufre (mg) | 380 |
Vitaminas
La vitamina B6, conocida como piridoxina, así como la vitamina B1, también llamada tiamina, los folatos, la vitamina E y la vitamina K, se encuentran en abundancia en esta combinación vitamínica.
En su conjunto, estas semillas representan una fuente sumamente rica en nutrientes. Al igual que otros frutos secos y semillas oleaginosas, son especialmente recomendadas para aquellos que requieren una dieta con mayor aporte calórico y enriquecida en nutrientes. Por ejemplo, son un alimento idóneo para un niño en pleno crecimiento o para un deportista que demanda un alto nivel de energía.
No obstante, el valor calórico de los anacardos no debe generar preocupación siempre y cuando se consuman como parte de una dieta bien equilibrada. Es decir, en cantidades adecuadas que tomen en consideración las necesidades energéticas individuales, especialmente en relación a su valioso aporte nutricional y sus efectos beneficiosos.
VITAMINAS HIDROSOLUBLES | |
Vitamina B1, Tiamina (mg) | 0,2 |
Vitamina B2, riboflavina (mg) | 0,02 |
Vitamina C (mg) | 0 |
Vitamina B3 o Vit. PP, Niacina (mg) | 1 |
Vitamina B6, piridoxina (mg) | 0,43 |
Folatos totales (µg) | 68 |
Ácido pantoténico (Vit. B5) (mg) | 1,08 |
Vitamina B8, biotina (µg) | 13 |
VITAMINAS LIPOSOLUBLES | |
Vitamina E (ATE) (mg) | 1 |
Vitamina K (µg) | 34,1 |
Contraindicaciones de los anacardos
No se han registrado reacciones adversas de los anacardos con los medicamentos. Sin embargo, quienes estén bajo tratamiento con anticoagulantes deben tener en cuenta el alto contenido de vitamina K. Además, la elevada concentración de fósforo puede preocupar a personas con afecciones renales.
Es importante mencionar que estos frutos secos contienen níquel, lo cual puede representar un problema significativo.
En todos los casos, se recomienda consultar al médico antes de incorporarlos regularmente en la dieta.
Es crucial destacar que, al igual que otros frutos secos, los anacardos poseen un potencial alergénico y podrían desencadenar reacciones anafilácticas peligrosas en personas alérgicas a estas sustancias. Por lo tanto, aquellos con alergias deben evitar su consumo.
Por otro lado, el consumo de estas semillas no está contraindicado durante el embarazo y no representa un problema para las personas celíacas, dado que no contienen gluten de forma natural. No obstante, se sugiere verificar la etiqueta para asegurarse de que no hayan estado expuestas al gluten durante su procesamiento.
Guía para comprar anacardos: ¿son realmente tóxicos?
Los anacardos deben someterse a un proceso de transformación extenso y crucial antes de ser aptos para la comercialización. La extracción se lleva a cabo en instalaciones específicas y se basa principalmente en un tratamiento térmico para eliminar las toxinas internas.
Una vez resuelto el problema de la toxicidad, se procede a descascarillar las semillas, a menudo realizando esta operación manualmente, y luego se someten a un nuevo escaldado para facilitar la eliminación de la capa exterior que las recubre. Finalmente, son envasadas directamente o enviadas para ser tostadas.
Solo alrededor del 10% de los anacardos procesados pasan por este proceso sin contratiempos, ya que el aceite irritante suele contaminar la semilla durante la extracción, volviéndola tóxica e inapropiada para la comercialización.
El proceso especializado y los considerables residuos resultan en precios de venta inevitablemente más elevados en comparación con otros frutos secos, especialmente en el mercado occidental, donde la demanda es menor.
Aunque los anacardos en estado fresco o crudo siguen siendo relativamente desconocidos y, por ende, poco utilizados, es más fácil encontrar anacardos tostados, que están ampliamente disponibles.
Anacardos tostados
Los anacardos tostados están disponibles tanto en versiones saladas como sin sal, y pueden encontrarse enteros o en trozos. Algunas etiquetas indican que han sido tostados en seco, es decir, sin añadir aceite.
Esta es la opción más recomendable para evitar un consumo excesivo de grasa, ya que los anacardos tostados en seco tienen un contenido graso menor que cualquier otra semilla oleaginosa.
En la mayoría de las tiendas, los anacardos suelen presentarse preenvasados. Rara vez se nos brinda la oportunidad de adquirir estas semillas a granel. En caso de encontrarnos con esta posibilidad, es importante tener en cuenta que los anacardos son particularmente sensibles y pueden volverse rancios con facilidad.
Por lo tanto, es esencial verificar que estén bien almacenados, protegidos y que la tienda mantenga una adecuada rotación del producto para garantizar su frescura.
Anacardos al vacío
Si el producto está empaquetado, se recomienda elegir envases al vacío, ya que esto garantiza una mayor frescura a lo largo del tiempo. En cualquier caso, es fundamental verificar que los anacardos no presenten señales de deterioro o mal almacenamiento.
Si es factible, antes de adquirirlos o consumirlos, es aconsejable realizar una prueba de sabor o simplemente olerlos para confirmar que no están rancios. Se debe mantener cierta cautela con los productos excesivamente baratos, ya que podrían estar tratando de ocultar posibles defectos.
Aceite de anacardo
Otra presentación poco común de anacardos en el mercado es en forma de aceite.
La alta calidad y cantidad de lípidos en los anacardos los convierten en una opción excelente para la extracción de un aceite que puede utilizarse para aderezar una amplia variedad de platos de manera saludable y deliciosa.
La mejor forma de conservar anacardos
Para preservar adecuadamente los anacardos, es crucial evitar que se vuelvan rancios. Para lograrlo, se debe minimizar el contacto con el aire y almacenarlos en un lugar fresco y seco. Preferiblemente, se recomienda utilizar un recipiente hermético que impida la contaminación de la semilla con los olores de otros alimentos.
A temperatura ambiente, los anacardos tienen una duración superior a las almendras y los cacahuetes, gracias a su contenido de ácido oleico. En el refrigerador, pueden conservarse hasta por seis meses, y en el congelador, pueden mantenerse aptos para el consumo por más de un año.
En los países productores, el falso fruto del anacardo se consume y se emplea en diversas preparaciones culinarias. Lamentablemente, su delicada y fina piel impide su exportación debido a su naturaleza perecedera.
En Brasil y América Latina, la pulpa carnosa y jugosa del pseudofruto se utiliza para elaborar un jugo ligeramente fermentado muy apreciado por su sabor ácido y refrescante, así como por su capacidad para saciar la sed. Adicionalmente, la pulpa puede ser destilada para producir licor.
Otros usos
El anacardo es un recurso económico de gran importancia debido a los diversos usos que se pueden dar a muchas de sus partes.
Incluso las raíces y la cáscara son aprovechadas para obtener una goma con propiedades similares a la goma arábiga y una savia blanquecina que se utiliza en la preparación de pinturas.
En el estado de Goa, India, se utiliza la flor del anacardo para la producción de un licor conocido como “Fenny”, que posee un aroma y sabor parecidos a los del barniz.
Además, de la cáscara de la semilla se extrae una tinta indeleble, y se producen otros derivados que pueden emplearse como lubricantes, impermeabilizantes, pinturas e insecticidas.
El falso fruto del anacardo proporciona un jugo que parece ser altamente efectivo contra las termitas. También se utiliza para producir una bebida fermentada similar al vino, con bajo contenido alcohólico y alto contenido de taninos, que posee un sabor ácido. A partir de esta bebida se obtiene alcohol y vinagre.
Debido a su elevado contenido de azúcares, el zumo de manzana de anacardo también se emplea como fuente de azúcares reductores para fermentaciones enzimáticas destinadas a la producción de ácido láctico, dextrosa y oligosacáridos.
Además, los residuos resultantes de la extracción del zumo de anacardo se utilizan en la fabricación de diversos productos, tales como:
- Caramelos.
- Mermeladas.
- Aromas para dulces y bebidas.
- Alimentos para el ganado.
Botánica
El árbol presenta un tronco relativamente bajo, de forma sinuosa y con un color que tiende hacia el marrón rosado. Desde este tronco, se desprenden ramas que se extienden formando una copa circular densa, amplia y de notable altura. Las hojas alcanzan hasta unos 15 cm de longitud, tienen una forma elíptica con la punta redondeada y están dispuestas de forma alterna en las ramas, unidas por un corto peciolo.
Por lo general, la floración tiene lugar entre los meses de septiembre y octubre, aunque en climas tropicales puede ocurrir en cualquier momento. Las inflorescencias se componen de numerosas flores pequeñas con 5 pétalos blancos o rosados, que incluyen tanto flores hermafroditas como masculinas. Estas flores se agrupan para formar racimos o panículas, y se sitúan en los extremos de los brotes jóvenes, en el exterior del follaje.
Anacardos: estacionalidad
Desde noviembre hasta finales de diciembre, la planta entra en período de fructificación, dando lugar a una estructura fructífera muy característica que se compone de dos partes fusionadas.
La primera parte es un falso fruto de tonalidades amarillas, naranjas o rojas intensas, con una superficie lisa, delicada y fina. Su interior es jugoso, con una textura carnosa y fibrosa. Este falso fruto se forma a partir de la prolongación del pedúnculo y del receptáculo floral, alcanzando el tamaño de una manzana alargada, similar a un pimiento. En Centroamérica, se le conoce como “manzana de marañón” o “manzana de acajú” o simplemente “Marañón”.
La segunda parte es el fruto propiamente dicho, una drupa conocida como “anacardo” o “almendra de acajú o marañón”. Tiene una tonalidad grisácea y una forma que se asemeja a una media luna. Se encuentra ubicada en el extremo apical de la manzana del anacardo. Este fruto está compuesto por una cáscara coriácea que protege una única semilla oleaginosa.
Ambas partes son comestibles, aunque requieren cierta precaución. La semilla de anacardo está cubierta por una doble capa de cáscara que contiene ácido anacárdico y cardol, siendo este último un compuesto fenólico cáustico que se evapora con el calor. Sin embargo, para que la semilla sea apta para el consumo, es necesario eliminar la parte tóxica. Esta operación no es sencilla y debe llevarse a cabo con habilidad para evitar la contaminación de la semilla.
El anacardo tiene un rendimiento anual de alrededor de 15-30 kg de fruta por árbol, con promedios de 1.200 kg por hectárea para la variedad enana y 380 kg por hectárea para la variedad común.
En la actualidad, la producción global de anacardos representa aproximadamente el 18% de todos los frutos secos, con una cifra cercana a las 755 mil toneladas anuales. Los principales países productores son:
- Costa de Marfil.
- Vietnam.
- India.
- Brasil.
- Nigeria.
Antecedentes históricos
El nombre botánico del género “Anacardium” proviene del griego ἀνά (Ana), que significa “fuera”, y καρδία (Kardia), que significa “corazón”, en alusión a la posición de la semilla (el corazón) fuera del fruto (el falso fruto).
La planta del anacardo tiene su origen en el noreste de Brasil. Cuando los portugueses colonizaron Brasil, llamaron al fruto del anacardo “Caju”, un término derivado de la palabra “Acaju” en la lengua tupí, hablada por los pueblos autóctonos del este de Brasil.
Posteriormente, el anacardo se introdujo en India y África. Para 1550, la producción de anacardos ya era notable.
Aunque la semilla se había cultivado y consumido de manera tradicional durante siglos, su llegada a los mercados mundiales no se dio de manera significativa hasta mediados de la década de 1920:
- India (único exportador de anacardos).
- Estados Unidos (único comprador).
Desde entonces, el mercado ha experimentado cambios significativos, con la creación de nuevos centros de producción y procesamiento de anacardos.
Producción
A nivel de producción, África Oriental y Asia Oriental continúan siendo las principales potencias en el mercado internacional de anacardos.
Sin embargo, India ha desempeñado un papel fundamental al establecer una industria de transformación, principalmente a través de diversas pequeñas empresas que emplean mano de obra altamente calificada. La producción nacional de la India ha sido capaz de satisfacer durante mucho tiempo las demandas de capacidad y procesamiento a nivel nacional, consolidando así la relación con países de África Oriental como Mozambique, Kenia y Tanzania, quienes se han convertido en proveedores importantes de anacardos.
Además, África Occidental ha ganado relevancia recientemente en el mercado internacional y se prevé que continúe su crecimiento tanto en términos de producción como de volúmenes de exportación.
En esta región, Nigeria y Costa de Marfil representan el 79% de la producción total.
Paises productores
Entre los países productores, Vietnam lidera la lista con aproximadamente el 30% de la producción total.
El protagonismo de Asia es evidente también con la presencia de India, que se sitúa en el tercer lugar entre los cinco principales productores a nivel mundial. Tanto Vietnam como India experimentaron un notable aumento en la producción de anacardos a principios de la década de 2000.
Además, en Sudamérica, Brasil ha emergido como un productor importante, incentivado por políticas gubernamentales que buscan impulsar la producción de anacardos para su exportación, principalmente hacia Estados Unidos.
No obstante, el incremento en la producción de este fruto en las últimas décadas ha consolidado a África y Asia como las regiones con la mayor cuota de producción a nivel global.
Fuentes:
- Consiglio per la ricerca in agricoltura – CREA
- Anacardos y obesidad
- Toxicidad de los anacardos