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Cómo tener una buena relación con la comida: te lo explica la psicóloga

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Utilizar la comida como consuelo es algo que hacemos muchísimo, porque a menudo no es el estómago el que impulsa, sino la cabeza. Habrás tenido una amiga en crisis y escuchar de ella frases del tipo: “ayer estaba demasiado triste, acabé con toda mi reserva de chocolate” o incluso: “desde que me dejó no hago más que comer, comer y comer, Estoy engordando cada día más”.

¿Por qué nos refugiamos en la comida?

Según Enrichetta Spalletta, psicóloga especializada en trastornos alimentarios y del peso, existe una antigua combinación de “amor igual comida, comida igual amor”. Debido al hecho que, desde el primer momento de la vida, la nutrición es el criterio para determinar los cuidados y el amor de los padres hacia un niño.

Entonces, de aquí que cada vez que te sientes triste, nerviosa o tienes que enfrentar un fracaso o una desilusión amorosa, en tu cerebro se activa esta ecuación: “Crees que vas a resolver un problema que tiene que ver con el corazón llenando el estómago, a menudo con comida chatarra”. Y esto parece suceder especialmente a las personas ansiosas, con una personalidad compleja, baja autoestima y una tendencia a culparse o sentirse desafortunada.

El efecto de hábitos incorrectos

Pero, ¿cuánto influye una educación alimentaria incorrecta en esta relación desviada con la comida? La psicóloga habla más que todo de las relaciones alimentarias equivocadas. A menudo, de hecho, el tratamiento de alimentos se convierte en un terreno “fértil” para las batallas emocionales que no tienen nada que ver con el hambre y la saciedad.
La comida se puede transformar en un medio para chantajear y exigir atención, por tanto, puede, en una persona que ha sufrido este tipo de relaciones viciadas, conducir a adicciones alimentarias y a comer de todo y sin reglas. Los daños a la salud son evidentemente muchos: desde aquellos en el sistema gastrointestinal, a aquellos en la fertilidad, a los daños osteoarticulares, cardiovasculares, a las enfermedades metabólicas, a la diabetes.

Además, desde el punto de vista psicológico “el hecho de no tener control sobre sus propias conductas alimentarias lleva a la persona a aumentar la insatisfacción corporal y total de sí misma. Por lo que se dejará llevar de nuevo por la comida, considerada como el único consuelo”.

¿Cómo parar?

Un círculo vicioso que según Enrichetta Spalletta puedes romper siguiendo estas sencillas reglas:

• lleva un diario de pensamientos y emociones para considerar y retrasar los comportamientos impulsivos automáticos;
• equilibra deberes y placeres y aprende a sentirte más libre y menos frustrada;
• practica un egoísmo sano tomándote un espacio todo para ti;
• gratifícate;
• crea una lista de deseos y elabora un plan para que cada día. Incluso solamente con una simple acción, te sientas en la dirección de realizarlos;
• finalmente, solicita ayuda de profesionales o grupos de autoayuda, para encontrar apoyo motivacional y soporte clínico.

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