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Estreñimiento: qué es, causas, síntomas, remedios naturales, dieta

Tabla de contenidos

Estreñimiento, intestino perezoso, constipación: muchos nombres para describir un molestísimo desorden muy común, sobre todo entre las mujeres.

Las causas que pueden desencadenarlo son varias, entre las cuales una dieta irregular y una vida demasiado sedentaria tienen un papel fundamental. Además, al menos una mujer de cada dos, durante el embarazo, sufre de estreñimiento debido a los cambios hormonales típicos de este período. El estreñimiento es un desorden del que también sufren frecuentemente los recién nacidos.

Un remedio útil contra el estreñimiento es comer frutas o beber, además de mucha agua, infusiones y jugos con una acción laxante natural y que ayudan, pues, a reactivar el movimiento del intestino que se ha relajado demasiado.

También es posible recurrir a los laxantes, pero siempre con moderación. A menudo se tiende a usarlos sin preocupaciones, porque son preparados de venta libre en las farmacias o tiendas naturales, pero hay que recordar que tienen sus riesgos asociados.

Veamos, en lujo de detalle, qué es la constipación, cuáles son los factores de riesgo y cuáles son las soluciones para resolver el problema, desde la alimentación hasta el deporte.

Estreñimiento: qué es

Se entiende por estreñimiento, o constipación, una evacuación difícil o poco frecuente, con sensación de vaciado incompleto del intestino.

El término se deriva del griego styphein (estrecho) e indica una dificultad en el desenvolvimiento de la función intestinal que puede condicionar seriamente el bienestar y la calidad de la vida.

Tipos de estreñimiento

El estreñimiento puede ser de dos tipos:

Constipación debida a un lento tránsito intestinal

En la mayor parte de los casos, el estreñimiento se presenta cuando la perístasis del colón se ve alterada y no permite el tránsito del contenido cólico con la velocidad regular.

El término “perístasis” se refiere a las contracciones de los músculos entéricos, que tienen un papel fundamental en la asimilación de los nutrientes contenidos en los alimentos pero que también favorecen el movimiento, hacia la parte final del intestino, del material de desecho que luego será expulsado con las heces.

La alteración de este mecanismo comporta una ralentización del tránsito intestinal y la consecuente dificultad para evacuar.

Constipación por defecación obstruida

En este caso el problema impacta la parte final del recto, la zona rectoanal. El estreñimiento puede ser causado por la presencia de un prolapso del recto (una condición médica en la que las paredes del recto salen del ano, siendo visibles desde el exterior), de una enterocele o de una rectocele (dos condiciones, que afectan solo a las mujeres en las que, respectivamente, una parte del intestino delgado o del recto se desplazan hacia la vagina), de una disfunción del músculo puborectal o de otras disfunciones del periné.

Estreñimiento en el embarazo

Uno de los principales factores que pueden causar estreñimiento durante el embarazo es la progesterona, que tiene un efecto relajante para reducir las contracciones del útero en los primeros 7-8 meses. La otra cara de la moneda es que contribuye también a endurecer y deshidratar las heces, provocando estreñimiento.

Este desorden está ligado también al crecimiento del útero con el pasar de las semanas y al peso del feto sobre el sigma (la parte final del colon) y sobre el recto.

“En caso de estreñimiento durante el embarazo – sugiere la doctora Stefania Giambartolomei, nutricionista – se recomienda una dieta rica de fibras, una buena hidratación (al menos 2 litros de agua al día), remedios naturales como el kiwi y/o ciruelas

Si no fuesen suficientes, se puede consumir lactulosa que no daña al feto, o intervenir con supositorios.

Estreñimiento en recién nacidos o niños

Normalmente, en la primera semana de vida, los lactantes evacúan entre 4 y 8 veces al día en promedio. En los recién nacidos que son amamantados, la frecuencia de evacuación mayor respecto a los niños alimentados con leche artificial.

Durante los primeros meses de vida, los niños que son amamantados tienen un promedio de 3 evacuaciones al día, contra las 2 evacuaciones de los niños que son alimentados con leche artificial. Sin embargo, en los recién nacidos que toman solo leche materna, puede pasar que durante dos o tres días no tengan ninguna evacuación. Eso sucede porque el pequeño aprovecha todos los nutrientes. La situación no debe alarmar hasta los 4- 5 días, especialmente si el bebé está bien.

A partir de los dos años, el número de evacuaciones se reduce a menos de 2 al día, para luego reducirse a poco más de una.

Como en el caso de los adultos, se habla de estreñimiento si el recién nacido o el niño evacúa con una frecuencia reducida o con dificultades.

Las causas del estreñimiento en los recién nacidos

La mayor parte de los casos de estreñimiento (alrededor del 95%) en los recién nacidos y niños es de naturaleza fisiológica

Son tres, principalmente, las fases del crecimiento que pueden favorecerlo:

  • Al incluir cereales y alimentos sólidos
  • Cuando el niño aprende a usar el baño
  • Cuando empieza la escuela

Los niños pueden evitar la defecación a causa de heces duras, difíciles de evacuar, o porque no quieren dejar de jugar.

Este hábito, si se repite frecuentemente, con el tiempo puede causar una reducción del estímulo que hará que las heces sean más duras y que iniciará un círculo vicioso de defecación dolorosa y empeoramiento del estreñimiento.

En cambio, en chicos más grandecitos, el estreñimiento puede ser causado por dietas con un escaso aporte de fibras o de un consumo excesivo de lácteos.

Causas orgánicas

Pueden existir también causas orgánicas del estreñimiento, relacionadas con enfermedades estructurales, neurológicas, tóxico-metabólicas o intestinales. Afortunadamente, se trata de circunstancias raras (alrededor de un 5%).

Las principales causas orgánicas incluyen:

  • Enfermedad de Hirschsprung, una deformación congénita de los nervios del intestino inferior.
  • Deformaciones anorrectales
  • Fibrosis quística.
  • Enfermedades metabólicas, como el hipotiroidismo.
  • Anomalías de la médula espinal.

La eliminación tardía (luego de las primeras 24-48 horas de vida) del meconio (la sustancia marrón – verdosa que se encuentra en el intestino del feto cuando nace) aumenta la sospecha de enfermedades estructurales, en particular de la enfermedad de Hirschsprung.

¿Cuáles son los síntomas del estreñimiento?

La frecuencia de defecación varía de una persona a otra, pero indicativamente en condiciones normales debería oscilar entre 3 evacuaciones al día hasta las 3 evacuaciones a la semana. En presencia de evacuaciones menos frecuentes, se puede hablar de estreñimiento.

Además de la frecuencia de evacuación, el estreñimiento puede manifestarse junto a otros síntomas, entre los cuales:

  • Dureza y forma irregular de las heces
  • Sensación de evacuación incompleta
  • Esfuerzo excesivo y prolongado durante la defecación
  • Sensación de “bloqueo” intestinal, con dolores y calambres difusos en el área abdominal

Otros efectos colaterales del estreñimiento pueden ir desde el mal aliento hasta la retención de líquidos, desde la hinchazón abdominal al sueño luego de comer hasta la aparición de hemorroides y fisuras, causadas sobre todo por las heces duras y el esfuerzo continuo.

Estreñimiento: causas y factores de riesgo

Con base en las causas que lo desencadenan, el estreñimiento se puede clasificar en:

Estreñimiento transitoria o aguda

El estreñimiento se considera transitorio si es algo pasajero y ligado a determinadas circunstancias.

Es frecuente, por ejemplo, en las mujeres embarazadas, durante viajes que implican cambios de sitio o de hábitos alimenticios, en las personas sedentarias, en las que no se hidratan adecuadamente, luego de intervenciones quirúrgicas y terapias antibióticas, con el pasar de los años.

Estreñimiento crónico

El estreñimiento es crónico si dura más de 6 meses. En este caso, puede ser causado por disfunciones motoras intestinales y/o anorrectales o por enfermedades como la diverticulosis, enfermedades inflamatorias crónicas intestinales, o tumor en el colon-recto.

También puede ser un síntoma del síndrome del intestino irritable, en el que el estreñimiento y la diarrea se alternan.

Otras enfermedades metabólicas como el diabetes y el hipotiroidismo y las enfermedades neurológicas (Parkinson, esclerosis múltiple) pueden relacionarse con el estreñimiento.

Este desorden puede estar relacionado también con el uso de fármacos que ralentizan el tránsito de las heces en el intestino (por ejemplo, los analgésicos, los antiácidos, antidepresivos). Este tipo de estreñimiento generalmente aparece desde el nacimiento y se puede volver crónico en presencia de otras enfermedades.

Las causas son múltiples: el estreñimiento puede ser un problema transitorio o un desorden funcional, es decir, un comportamiento de tu intestino que le trae dificultades para vaciarse.

Luego hay factores de riesgo que pueden predisponer al estreñimiento, aumentando las probabilidades de sufrirlo: además de una alimentación inadecuada (sobre todo si es pobre de fibras), hidratación insuficiente, sedentarismo, también el estrés o, en casos más graves, condiciones patológicas como la ansiedad, la depresión o problemas psiquiátricos.

Estreñimiento durante la dieta: ¿por qué sucede?

Sucede a menudo que, cuando se inicia una dieta, se sufre de estreñimiento. Generalmente esto se debe a la reducción de la cantidad de comida. Es un desorden temporal que, con el avance de la dieta, desaparece.

Si es posible es mejor evitar los laxantes y los remedios naturales porque ambos son irritantes que, a largo plazo, pueden causar colitis. Si el problema no se resuelve con remedios naturales, te recomendamos que visites al gastroenterólogo.

Diagnóstico

En presencia de estreñimiento, el primer paso es efectuar una anamnesis correcta y un examen clínico del paciente.

El enfoque diagnóstico tendrá que identificar la causa orgánica o funcional del estreñimiento y podrá variar de acuerdo a los síntomas y los datos recopilados clínicamente, previendo eventualmente análisis instrumentales más detallados.

Anamnesis y examen clínico

Entre los parámetros que se deben evaluar, están:

  • Consistencia de las heces.
  • Frecuencia de la defecación.
  • Necesidad de esforzarse o usar maniobras perineales (por ejemplo, presionar el periné, en la región de los glúteos o en la pared recto-vaginal) durante la defecación.
  • Frecuencia y duración del uso de laxantes o supositorios.
  • Eventual presencia de sangre en las heces (que puede ser alarma de un tumor) o de otros síntomas
  • Presencia de enfermedades, metabólicas o neurológicas, que podrían causar estreñimiento.

Exámenes instrumentales

Los exámenes instrumentales incluyen:

  • Enema opaco con rayos X: mediante la introducción de un medio de contraste por vía anal, permite visualizar la anatomía del colon e identificar eventuales divertículos o pólipos.
  • Defecografía: Este examen radiológico con medio de contraste permite evaluar la funcionalidad del aparato anorrectal (capacidad de sostén en reposo y durante la contracción voluntaria), la eficacia del impulso, la presencia o ausencia de prolapsos, el eventual decaimiento del suelo perineal.
  • Colonoscopia: Mediante un instrumento dotado de una sonda con cámara y pinza, permite examinar el colon entera y realizar, si es necesario, pequeñas extracciones de mucosa y de extirpar pólipos.
  • Manometría anorrectal: Evalúa la presión del canal anal en reposo, durante la contracción voluntaria y durante el empuje.
  • Estudio de los tiempos de tránsito intestinal: para realizar este examen, el paciente debe consumir pequeños marcadores radio-opacos. Luego de algunos días se procede con un examen radiológico del abdomen: si más del 80% de los marcadores ha sido expulsado, el tránsito se puede considerar normal. La evaluación de los tiempos de tránsito intestinal también se puede realizar a través de una gammagrafía del colon, un examen más invasivo porque requiere técnicas de entubación para alcanzar el colon.

Estreñimiento: tratamientos

Remedios naturales

Entre los principales remedios para combatir el estreñimiento:

  • beber jugo de ciruelas o comer ciruelas secas: la EFSA, Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria, recomienda diez al día para obtener resultados.
  • Comer kiwi, ricos de fibras: contienen 3 g en cada 100 g.
  • Beber infusiones a base de diente de león o achicoria, que despiertan delicadamente el intestino.
  • Consumir probióticos, que tienen el poder de acelerar el tránsito intestinal, además de restablecer el equilibrio de la flora bacteriana.

Estreñimiento: la importancia de escuchar a tu cuerpo

La regularidad en la evacuación es muy importante, por lo que hay que darle la posibilidad a nuestro intestino de hacerla. Es fundamental escuchar al cuerpo, al estímulo de la evacuación.

Reprimiéndolo, además, se llega al estreñimiento. Por lo que nada de prisas en las mañanas, es mejor levantarse antes y tomarse el tiempo necesario para satisfacer el proprio intestino.

Estreñimiento en recién nacidos y niños: cómo intervenir

Frente a episodios de estreñimiento, el pediatra tendrá que proceder con un análisis de los síntomas, incluyendo los asociados al estreñimiento que pueden representar señales de una causa orgánica (adelgazamiento, fiebre, vómitos), con un examen del abdomen y del ano y con una evaluación neurológica (caminar, reflejos de los tendones, debilidad de las piernas).

También es importante examinar los hábitos alimenticios del niño y las eventuales modificaciones de la dieta antes de la aparición del estreñimiento: si, por ejemplo, los síntomas aparecieron luego de comer trigo podrían indicar celiaquía.

En caso de que el estreñimiento sea de naturaleza orgánica, se deben tratar las enfermedades que lo causan. En caso de estreñimiento funcional, el tratamiento típicamente incluye intervenciones de dos tipos:

  • Modificaciones de la alimentación: pueden incluir jugo de ciruelas a las fórmulas para niños, un aumento del consumo de frutas, verduras y otras fuentes de fibras para lactantes más grandes y niños, un aumento del consumo de agua y la reducción de alimentos astringentes como la leche y el queso.
  • Modificaciones conductuales: En los niños más grandes, que ya saben ir al baño solos, es importante promover las evacuaciones regulares luego de las comidas.

Eventuales medicamentos, de uso oral o rectal deben ser prescritos por el médico. En el caso de recién nacidos, típicamente el tratamiento del estreñimiento no requiere medidas particulares: para los que son amamantados, aumentar el consumo de fibras de la madre puede contribuir a suavizar las heces, favoreciendo su evacuación. En cambio, para los recién nacidos que consumen leche artificial, el pediatra podría sugerir la modificación de la fórmula de la leche e intentar diluir con más agua la leche en polvo.

Medicamentos

Es importante, en caso de estreñimiento, interrumpir si es posible el uso de medicamentos que puedan haberlo causado, así como es esencial tratar las eventuales enfermedades que lo hayan causado.

A largo plazo, los laxantes pueden perder efecto porque el cuerpo se acostumbra y causar efectos secundarios  como dolor abdominal, diarrea, meteorismo, problemas renales, deshidratación, fecalomas, oclusión intestinal y hemorragias del tracto gastrointestinal.

Es importante evitar la automedicación y el abuso en la ingesta de laxantes, que deben usarse solo con prescripción médica.

Laxantes

Aquí están los principales tipos de laxantes disponibles contra el estreñimiento.

Agentes que aumentan el volumen de las heces

Actúan lentamente y de forma delicada, y representan el medio más seguro para favorecer la evacuación.

Entre estos se encuentra el psilio, el policarbofil calcio y la metilcelulosa. En general, se asumen aumentando gradualmente la dosis y con suficiente agua para evitar la formación de un fecaloma hasta que no se obtengan heces más suaves y con mayor masa.

Este enfoque favorece la evacuación de forma natural y el cuerpo no se acostumbra, haciendo que se pierda el efecto.

Agentes osmóticos

Contienen iones polivalentes que se absorben muy poco (como el fosfato o el sulfato de magnesio) o carbohidratos (lactulosa, sorbitol) que se quedan en el intestino, aumentando su presión osmótica y absorbiendo agua.

Los laxantes osmóticos son razonablemente seguros incluso si se usan regularmente.

Catárticos secretores o estimulantes 

Los catárticos secretores o estimulantes son, por ejemplo, el bisacodil, el aceite de ricino, las antraquinonias como la sena, el aloe y el ruibarbo.

Actúan irritando las mucosas intestinales o estimulando directamente la submucosa y el plexo mientérico.

Este tipo de laxantes es capaz de aumentar las contracciones cólicas, favoreciendo el avance las heces hacia el exterior.

Son activadores potentes de la motilidad intestinal que deberían ser usados solo por períodos reducidos de tiempo. Su uso prolongado puede causar efectos adversos como calambres abdominales, una melanosis crónica (condición benigna caracterizada por una pigmentación marrón-negruzca del colon), una degeneración neuronal del colon, el “síndrome del intestino perezoso”, graves alteraciones hidroelectrolíticas y reacciones alérgicas.

Agentes emolientes (docusato, aceite mineral)

Actúan lentamente para suavizar las heces, facilitando su paso, pero no son potentes estimuladores de la defecación. El docusato, en particular, es un surfactante que permite que el agua entre a la masa fecal para suavizarla y aumentar su volumen.

Dieta

Los beneficios de la dieta mediterránea

Equilibrar nuestros hábitos alimentarios es el primer paso para combatir el estreñimiento.

“La dieta mediterránea – explica la doctora Stefania Giambartolomei, nutricionista – es una ayuda válida contra el estreñimiento porque contiene un alto contenido de fibras como las frutas y verduras. Justamente la carencia de frutas y verduras en la dieta puede hacer que aparezca el problema del estreñimiento, mientras que no hay alimentos que puedan inducirlo.”

Es importante, pues, incluir en la propia alimentación alimentos ricos de fibras, antes que nada verduras crudas y cocidas. Las hortalizas particularmente beneficiosas son las de hoja verde, como las espinacas.

Entre las frutas, sí al kiwi, las ciruelas y melocotones, ciruelas secas, uvas, peras, bananas maduras (mejor evitar las verdes, porque son astringentes).

Entre los cereales, son particularmente eficaces los integrales, como la avena y el centeno, por lo que es bueno consumirlos regularmente, alternándolos con los refinados.

También las legumbres son de ayuda, si se consumen trituradas. Es importante recordar, sin embargo, que tanto cereales integrales como legumbres pueden causar hinchazón abdominal, por lo que hay que consumirlos con prudencia. También son útiles para restablecer la flora intestinal los lácteos, no solo la leche sino también el yogur.

La inclusión regular de semillas en la dieta (de lino, de chía, de girasol, de calabaza, etc) también es útil contra el estreñimiento porque favorecen la motilidad intestinal.

En el intestino, en contacto con el agua, las semillas son capaces de producir mucilaginas que lo “limpian” y regulan su vaciado.

Estreñimiento: ¿por qué las fibras son importantes y cuánto consumir?

Deberíamos consumir al menos 25 gramos de fibras al día porque, aunque sean polisacáridos, es decir azúcares, aportan poquísimas calorías pues no son digeribles ni pueden ser absorbidas.

Existen dos tipos:

  • Las fibras solubles ayudan a reducir el colesterol y la glicemia, ralentizando la absorción de los carbohidratos y favorecen la sensación de saciedad. Se encuentran sobre todo en las frutas y sus pieles, en las legumbres, las patatas, la avena;
  • Las fibras insolubles reducen el tiempo de tránsito intestinal de las heces que, absorbiendo agua del intestino, se vuelven más suaves y voluminosas, por lo que son más fáciles de expulsar. Son abundantes en los cereales integrales, en el repollo, en las nueces. Pero si sufres de colon irritable, es mejor que limites su consumo.

En cambio, algunos alimentos como las alcachofas contienen fibras solubles e insolubles.

Los hábitos sanos en la mesa contra el estreñimiento

Te dejamos algunas reglas sencillas de la Fundación Veronesi para una dieta contra el estreñimiento:

  • Come al menos una porción de verduras con cada comida, cocida o cruda. Entre las verduras cocidas, mejor si hervidas o al vapor, y prefiere espinacas, calabacín, brócoli o coliflor (consumir con moderación en caso de meteorismo, aumentando las dosis gradualmente), judías verdes, berenjenas y alcachofas.
  • Come cada día 2-3 frutas de tamaño medio, especialmente kiwi (en la mañana, en ayunas), peras, albaricoques, higos y ciruelas. Cuando sea posible, come la fruta con su piel o cocida.
  • Lleva a tu mesa las legumbres al menos dos veces a la semana. Si sufres de meteorismo, licúalas.
  • Incluye en tu dieta, cada día, una porción de yogur o de leche fermentada.
  • Consume cotidianamente al menos 2 litros de líquidos: además del agua, puedes beber infusiones sin azúcar.
  • Limita el consumo de alcohol, té o café (aunque uno en la mañana favorece el movimiento intestinal).
  • Evita los quesos fermentados, las frituras y las grasas animales.

Estreñimiento y deporte

Tener un estilo de vida activo y practicar deportes regularmente ayuda a combatir el estreñimiento porque permite una mejoría de la perístasis intestinal. La actividad física debe ser de baja intensidad y cotidiana: basta una caminata rápida de 20-30 minutos o pedalear en la bicicleta estática todos los días.

También se recomiendan deportes como el pilates: la contracción abdominal produce efectos beneficiosos en el intestino.

El yoga también es beneficioso, en particular la práctica de la respiración yóguica (pranayama) que, además de reducir el estrés, que es causa del estreñimiento, puede influir positivamente en los movimientos intestinales y ayudarte a resolver este problema.

Complicaciones

El estreñimiento, típicamente, es una condición benigna. Sin embargo, si aparece inesperadamente en personas adultas con antecedentes de tumores intestinales o si aparece junto a síntomas como sangrado fecal, adelgazamiento o anemia, es mejor consultar a un médico.

Otras condiciones que pueden asociarse al estreñimiento deben ser referidas al médico que sugerirá eventuales análisis y terapias. Entre estos:

  • Hinchazón del recto
  • Pérdida de sensibilidad dentro y alrededor del ano
  • Pérdida involuntaria de las heces (incontinencia)
  • Intestino que sobresale del ano (prolapso rectal) a causa del esfuerzo repetido
  • Hemorroides
  • Fisuras anales

El fecaloma

La complicación más riesgosa del estreñimiento es la oclusión intestinal causada por un fecaloma, es decir, de una acumulación de heces en un tracto del colon. Si esta condición no es tratada correctamente, puede causar, raramente, una isquemia rectal, es decir, falta de aporte sanguíneo al recto.

El primer enfoque, en caso de fecaloma, es el uso de enemas de agua del chorro seguidos por pequeños enemas de solución hipertónicas, en general de 100 ml, que se pueden comprar libremente.

Si el tratamiento no resulta eficaz, es necesario fragmentar y evacuar manualmente la masa fecal: un procedimiento doloroso que, en general, requiere usar anestesia o sedar al paciente. Entre las causas que pueden favorecer la formación de un fecaloma está el uso abusivo de laxantes.

Prevención

Los consejos de alimentación y estilo de vida que ayudan a combatir el estreñimiento son útiles también para prevenirlo.

Una dieta inspirada en los principios de la dieta mediterránea, rica de frutas, verduras y cereales y pobre en grasas y azúcar, una hidratación adecuada, una actividad física regular y el hábito de dedicar el tiempo adecuado a las necesidades intestinales son los cuatro principios de base que deberíamos seguir cada día para mantener lejos el estreñimiento.

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