Jessica trabaja en una panadería que también es restaurante y ciertamente seguir una dieta es más difícil.
La suya es una historia que comienza en la adolescencia, cuando descubre que tiene disfunciones en la tiroides que la hacen engordar. El endocrinólogo le dijo que probara un régimen bajo en calorías, pero nunca pudo encontrar el empujón correcto. Pero un día conoce ManzanaRoja y vuelve a encontrar su camino.
“Cuando veo la respuesta pospandemia en la báscula, me digo ¡ya basta!”.
¡ManzanaRoja no parece una dieta!
Jessica inmediatamente se da cuenta de que ManzanaRoja es una dieta que no te obliga a privaciones importantes. Los cambios semanales del menú son el punto fuerte de la dieta, que no llevan al aburrimiento y por tanto al abandono.
Cuidar su cuerpo la pone de buen humor y para alguien que ama cocinar, disfrutar de la cocina mientras está a dieta es una ventaja muy importante. Entonces los primeros resultados alentadores llegan de inmediato.
“Era una vida que no pesaba tan poco, ¡quizás ni siquiera con 13 años estaba tan delgada!”.
El apoyo de amigos y familiares, una ayuda preciosa
En su viaje con ManzanaRoja, Jessica tuvo muchos seguidores que nunca la obstaculizaron sino que la ayudaron a llegar al final. Al verla finalmente serena y poco a poco más feliz, todos la vitorearon.
Entendió que cuidarse también es una opción importante para la salud, comenzando por la dosis del medicamento que se ha reducido significativamente. ¡Y su endocrinólogo también está muy orgulloso de ella!
“A menudo se piensa que las personas con problemas de tiroides no pueden perder peso, ¡pero ese no es el caso en absoluto!”
¡Qué lindo redescubrir los colores!
Jessica solía pensar que amaba el negro. Pero era una forma de disimular los kilos de más que no la hacían sentirse libre para atreverse. Ahora le gusta mirarse a sí misma y redescubre la belleza de los colores, incluso del blanco.
Y a todos aquellos que piensen que no podrán hacerlo o que, como ella, tengan alguna patología hormonal, les queremos sugerir ManzanaRoja que no es una verdadera dieta, no castiga y no entristece. Te hace sentir muy orgulloso de ti mismo y de lo que logras.
“¡Nunca he sufrido sacrificios porque lo hice por mí misma y estoy muy orgullosa de ello!”