¿Has intentado perder peso muchas veces pero no lo consigues?
Existen bloqueos psicológicos que te impiden perder peso.
Más allá de la buena voluntad y de las dietas rígidas, debes entender si realmente es el momento adecuado.
Aquí te presentamos los 4 obstáculos que debes superar para poder alcanzar finalmente los resultados que esperas.
No consigues perder peso: los motivos
Lo has intentando todo, pero con resultados mediocres.
Quieres cuidarte con una alimentación sana y equilibrada pero caes muy fácilmente en la tentación. No eres la única. Muchas personas tienen tus mismos problemas, debido a bloqueos psicológicos que te impiden alcanzar tus objetivos.
Has probado con muchas dietas, has renunciado a muchas cosas, has hecho ayunos, pero tu peso en la balanza sigue siendo el mismo.
Quizás el misterio está en tu cabeza y debe ser “descubierto” con delicadeza, como afirma la naturópata Marielle Alix.
“Es como si para tu mente, el exceso de peso fuese necesario para sobrevivir. Pero no es así”
Para liberarte de los continuos estímulos de hambre, de la dependencia hacia los azúcares o la costumbre de picar incontrolablemente, tienes que entender qué ocurre en tu cerebro, qué te impide liberarte de la esclavitud hacia la comida.
Kilos demás: un beneficio inconsciente
Una parte de tu inconsciente no quiere renunciar a los kilos demás, los considera como una protección ante los peligros de la vida.
En el fondo, la comida es consolación, especialmente cuando todo parece ser demasiado difícil, cuando eres prisionero del estrés. La comida te ayuda, te dejas llevar y te sientes mejor.
Para identificar estos beneficios inconscientes y liberarte de ellos, puedes escribir en un cuaderno cuando te den ataques de hambre, cómo y hacia cuáles alimentos y cómo te sientes antes y después de comértelos.
Es una forma de tener una consciencia mayor de los motivos que te llevan a sufrir de estos ataques de hambre.
La comida como anti estrés
A cualquier edad, el cerebro busca constantemente evitar el dolor y las emociones negativas.
A menudo, comer es una forma de limitar el dolor psicológico, relacionado con el estrés, la ansiedad y las heridas profundas.
“¡Es más fuerte que yo! No logro resistirme” son afirmaciones que frecuentemente te haces cuando caes en la tentación y rompes la dieta.
En realidad, no quieres liberarte de los kilos demás porque crees que la comida te protege de los problemas. Pero esto es solo una ilusión.
La comida como antídoto para estar bien
Estar en sintonía contigo mismo, cuidar de tu cuerpo y tu mente y sentirte bien: este es tu objetivo. La primera pregunta que te debes hacer es: ¿cómo voy a sustituir la comida, las meriendas fuera de horas o los ataques repentinos de hambre? Con lo que te relaja o te gusta más hacer:
- Un baño caliente
- Leer un libro
- Una charla con amigos
- Ver una película
En fin, debes encontrar un placer diferente a la comida.
Hay que aprender a manejar las emociones de forma diferente, sin desencadenarlas con el consumo de comida.
Sean positivas o negativas, intenta no reprimirlas, sino expresarlas siempre.
Refuerza la autoestima
La regla número uno debe ser: ámate más, refuerza tu autoestima.
Antes de emprender el camino para perder peso, tienes que recuperar tu confianza en ti. Es fundamental para perder peso.
Concéntrate en tus cualidades, en lo que logras hacer bien, en las personas que te rodean y te quieren.
Si sueles recordar solo las cosas negativas de tu vida, entonces empieza a escribir las positivas. Una vez escritas claramente, serán más concretas y te darán el impulso para empezar.
Tomar la decisión de perder peso, de seguir una dieta más sana y equilibrada, como la que te propone Manzanaroja, es un acto de amor propio.
No se trata de iniciar un camino de privaciones y renuncias, sino de abrazar un nuevo estilo de vida que traerá beneficios para tu cuerpo y para tu alma. Para hacerlo, debes liberarte de todos los pesos que traes a cuestas.
Fuente: https://www.mariellealix.com/